VENEZUELA: Partidos tradicionales resucitan contra Constituyente

El parlamento de Venezuela y los partidos tradicionales que lo controlan resucitaron esta semana de un letargo impuesto por la nueva realidad política, con el fin de enfrentarse con medidas de la Asamblea Constituyente.

Derrotas consecutivas frente al Polo Patriótico que apoya al presidente Hugo Chávez implicaron una virtual marginación de los partidos socialdemócrata y democratacristiano, o de fuerzas derivadas de sus filas, que habían dominado la democracia venezolana entre 1958 y 1998.

Aunque no está claro si los partidos lograrán recuperar terreno perdido, en los últimos días volvieron a escena para cuestionar la reorganización de poderes públicos decretada por la Constituyente, que consideran intervencionista y violatoria de la Constitución vigente desde 1961.

"Defendemos una Constitución que, aunque quieran matarla, aún no está muerta", dijo Pedro Tabata, del socialdemócrata Acción Democrática (AD), quien consideró que el proceso constituyente augura "el comienzo de una dictadura".

Tabata propuso a la Comisión Delegada, cuerpo de legisladores que cumple funciones del parlamento durante los recesos, una sesión bicameral extraordinaria que debía realizarse este viernes, para analizar los decretos de reorganización aprobados por los constituyentes.

La oposición, que mantenía bajo perfil frente a la Asamblea, aprobó la propuesta de Tabata y de esa forma quebró un pacto con los constituyentes, que implicaba mantenerse en receso al menos hasta octubre.

La Asamblea Constituyente, instalada el 3 de agosto con la misión de redactar una Constitución en seis meses, consideró que esa convocatoria constituía una provocación y endureció su decreto de emergencia legislativa suspendiendo sesiones ordinarias o extraordinarias del parlamento.

Los constituyentes también aprobaron una prórroga del receso legislativo hasta que haya una nueva Constitución, incluso dándole atribuciones legislativas a la Comisión Delegada, lo cual, según especialistas, viola las normas vigentes.

La Asamblea, además, había decretado una emergencia judicial que logró apoyo de la Corte Suprema. La presidenta del máximo tribunal, Cecilia Sosa, estuvo en desacuerdo y renunció.

En un discurso en el cual acusó a la Corte de suicidarse para no ser asesinada, Sosa también calificó de traidores al Congreso legislativo y a los partidos, por supuesto entreguismo ante la Constituyente. Horas después, la sesión bicameral era convocada.

Venezuela vivió este viernes un clima de tensión que tuvo su eje en disturbios en torno del Congreso, en los cuales, por primera vez en meses, aparecieron militantes de AD, quienes protagonizaron una serie de enfrentamientos callejeros.

Por su parte, el partido democratacristiano Copei se sumó al cuestionamiento de la Constituyente, por considerar que su decreto reduce al parlamento "de forma indigna" y que ese tipo de medidas generan crisis política.

"Técnicamente, el Congreso está cerrado", dijo el jefe parlamentario de Copei, César Pérez Vivas, quien recomendó a la Asamblea considerar que "en Venezuela cabemos todos".

La sesión bicameral no se produjo y los enfrentamientos políticos fueron desactivados por la Iglesia, que logró un compromiso de diálogo entre ambos bandos, aunque los partidos tradicionales aún deberán ratificar si lo aceptan.

Los partidos tradicionales de Venezuela quedaron profundamente impactados el 25 de julio, cuando el oficialismo obtuvo más de 60 por ciento de los votos y con eso conquistó 121 de los 131 puestos en la Asamblea Constituyente.

Aunque los partidos habían decidido no apoyar este proceso, algunas de sus figuras participaron por iniciativa propia pero sólo uno de ellos logró aparecer entre los elegidos, lo cual demostró un dramático cambio en las preferencias del electorado.

Los partidos tradicionales habían perdido las elecciones presidenciales de diciembre contra Chávez, y también fueron derrotados cuando el presidente logró el 25 de abril masivo apoyo en un referendo para su propuesta de convocar a una Constituyente.

En las últimas semanas, los partidos AD y Copei sólo figuraron en la prensa venezolana cuando fueron expuestas sus crisis que, en ambos casos, provocaron la renuncia de sus máximos dirigentes ante el insistente reclamo de las bases.

Los dos partidos se alternaron en el poder desde 1958, cuando fue derrocada la dictadura de Marcos Pérez Jimenez.

La marginación de la palestra política también afectó al conservador Proyecto Venezuela cuyo candidato, Henrique Salas, antes vinculado a Copei, fue el principal oponente de Chávez en la carrera presidencial de 1998.

Chávez se refiere con frecuencia al papel desempeñado por la clase política tradicional, culpándolos de la crisis socioeconómica que vive Venezuela, asi como de hechos de corrupción cometidos durante los anteriores gobiernos.

El presidente comentó este viernes, cuando habló al país en medio del clima de tensión generado por el antagonismo entre parlamentarios y constituyentes, que "el viejo orden está desapareciendo, gracias a Dios".

Y advirtió que el clima de perturbación del viernes era generado por "cúpulas políticas del viejo régimen moribundo". (FIN/IPS/lc/mj/ip/99

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