Niños y niñas indígenas de Venezuela desafiaron hoy a la Asamblea Constituyente a fundar una nación multicultural y a cambiar una realidad que decreta la postergación de sus pueblos.
"Yo soy un yekuana y vengo a reclamar mis derechos", dijo Danny Maldonado, ante la reunión final de 100 niños de 24 etnias que esta semana prepararon un documento con sus demandas para presentarlo a los constituyentes.
El proceso constituyente ofrece una oportunidad de participación sin precedentes para los pueblos indígenas, que tienen seis representantes entre los 131 asambleístas encargados de redactar una nueva Constitución.
Tres de esos representantes fueron elegidos por las propias comunidades indígenas, como un mecanismo para asegurar que sus intereses estuvieran representados. Ahora, también les corresponderá plantear las demandas de sus niños.
"Necesitamos que por favor nos den la propiedad de la tierra, así como la tienen los criollos (no indígenas)", dijo la niña jivi Beatriz Castro, quien también pidió profesores con vocación capaces de darles clases bilingües.
La reunión organizada por la organización Centros Comunitarios de Aprendizaje, con auspicio del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, demostró que los niños tienen prioridades muy vinculadas a su realidad.
La mayoría de los pequeños delegados de las etnias mencionaron la necesidad de acceso a la educación, la salud, los servicios, y demandaron respeto a sus culturas, tradiciones y lenguas.
Durante su paso por Caracas tuvieron la oportunidad de encontrarse con algunos constituyentes, entre ellos con la esposa del presidente, Marisabel de Chávez, quien además es presidenta de la Fundación del Niño.
Las propuestas de los niños indígenas deberían ser recibidas esta misma semana por la Asamblea, que en los primeros 10 días de funcionamiento discutió su reglamento y una eventual declaración de emergencia de los poderes públicos.
"Le pedimos a la Asamblea que nos ayude con nuestros derechos de niños indígenas", dijo la kariña Jennifer Valencia, mientras la warao Milagros Yáñez recordaba "nuestro derecho a tener un ambiente sano y digno".
La participación indígena en la constituyente ha generado la esperanza de conseguir reivindicaciones fundamentales para sus comunidades, entre una treintena de etnias que sobreviven en Venezuela.
El Consejo Nacional Indígena, que organizó la elección de los constituyentes indígenas, ha dicho de manera reiterada que esperan la inclusión en la nueva Constitución de un capítulo especial sobre sus derechos.
Consideran indispensable que Venezuela sea declarada una nación multicultural, en la que además se hablan varios idiomas, como punto de partida para reivindicar demandas como las de su acceso a la propiedad de tierras y a la propiedad intelectual sobre sus conocimientos ancestrales.
La Constitución vigente desde 1961 se limita a una breve mención a los indígenas en la cual les concede derecho a un "régimen de excepción", que no evitó el desarrollo de situaciones de postergación y discriminación.
"Hay niños discriminados por su cultura", dijo este jueves el niño wayuu Marcos Barroso, del estado de Zulia al extremo occidental de Venezuela. "Hay mucha gente que discrimina a otra gente por su ropa típica", añadió.
Los niños yukpas, que habitan en la frontera con Colombia, denunciaron el impacto de proyectos de carbón, mientras los waraos del delta del río Orinoco, cercano a la frontera con Guyana, acusaron a la contaminación petrolera por degradar su mundo.
"Por favor, les pido que hagan todo cuanto puedan para ayudarnos en el rescate de nuestra identidad, si no tendremos una etnia extinta", planteó el añú Manuel Morán.
El principal impulsor del proceso constituyente ha sido el presidente Hugo Chávez, quien desde un principio pidió abrir espacios para garantizar la participación de los indígenas.
Chávez, cuyos partidarios lograron una amplia mayoría en las elecciones constituyentes del 25 de julio, presentó el primer proyecto constitucional que recibió la Asamblea, y planteó el tema indígena.
"El Estado venezolano reconoce la existencia de los pueblos indígenas, su organización social, política y económica, sus usos y costumbres, lenguas, creencias y tradiciones, así como los derechos originarios sobre las tierras y territorios que tradicionalmente ocupan", dice la propuesta presidencial.
La Asamblea Constituyente tiene un plazo de hasta seis meses para redactar la nueva Constitución. (Fin/IPS/lc/dm/ip-pr la/99