La Asamblea Constituyente de Venezuela, instalada hoy, se declaró "originaria", una condición que la faculta para disolver los poderes contituidos.
"Declaro solemnemente el carácter originario de la Asamblea", dijo el veterano líder político Luis Miquelena, al asumir la presidencia del cuerpo de constituyentes.
Los 131 integrantes de la Asamblea Constituyente tienen un plazo de hasta seis meses para redactar una nueva carta, que deberá regir los destinos de Venezuela a partir del 2000.
La Constituyente está compuesta por 128 delegados elegidos en comicios generales el 25 de julio, y por tres representantes de los pueblos indígenas que de esta forma tienen una representación sin precedentes en un proceso de esta naturaleza.
Los partidarios del presidente Hugo Chávez, agrupados en el Polo Patriótico, tienen una mayoría absoluta tras haber conquistado 121 puestos constituyentes en las elecciones.
"Sabemos que el pueblo esta expectante. El pueblo está ávido porque se materialicen las promesas de más de un siglo", dijo Miquelena, considerado el mentor político de Chávez.
Al afirmar que la Asamblea es "originaria", Miquelena lanzó un desafío a la Corte Suprema de Justicia, que había declarado su carácter de "derivada", es decir limitada a redactar una Constitución.
Pero la condición de originaria coloca al poder constituyente por encima de los poderes constituidos, y por lo tanto le permitiría disolver instituciones como el parlamento o la Corte Suprema Justicia, si es que interfieren con sus labores.
La primera sesión de trabajo de la Asamblea será este jueves, y el primer invitado es el presidente Chávez, quien presentará su propio proyecto de Constitución y pondrá su cargo a la orden del órgano.
Una de las primeras declaraciones de la Asamblea Constituyente será ratificar al mandatario en su cargo.
Chávez asumió el poder en Venezuela hace seis meses, enarbolando la convocatoria a la Constituyente como su principal proyecto político, con el objetivo de "refundar" la democracia venezolana.
Miquelena advirtió a los miembros de la Asamblea que uno de sus desafíos será "darle contenido a la palabra cambio", y acusó a los partidos tradicionales que ostentaron el poder durante 40 años de democracia de no darse cuenta "de la época en que vivimos".
El presidente de la Asamblea también dijo que la opción electoral de Chávez fue un medio para "evitar la vía de la violencia" con el fin de impulsar cambios sin traumatismos.
"El proceso de cambio no tiene retroceso", aseguró Miquelena, quien consideró "un privilegio la circunstancia de vivir este momento en la historia" venezolana.
La mayoría de los analistas políticos ha comentado que uno de los desafíos de la Asamblea será reflejar los intereses de todo el país, dado el poder hegemónico que podría ejercer el oficialismo.
Los partidos tradicionales quedaron totalmente marginados del proceso, y ocurrió lo mismo con la sociedad civil. Hay siete independientes desvinculados de todo partido y tres indígenas.
Sin embargo, también se esperan algunas divergencias al interior del polo oficialista, que reúne a representantes de diversas tendencias.
"Estamos presenciando un cambio de un sistema por otro sistema", advirtió Miquelena al destacar la trascendencia del proceso constituyente.
Venezuela ha tenido 25 constituciones desde 1811, cuando se escribió la primera de ellas al fragor de las luchas independentistas.
La Constitución vigente data de 1961, y fue aprobada tras el derrocamiento de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez. (FIN/IPS/lc/mj/ip/99