La Asamblea Constituyente de Venezuela inicia este martes sus deliberaciones para fundar una nueva democracia, con lo cual el presidente Hugo Chávez logra en seis de gobierno el cumplimiento de su principal proyecto político.
Los 131 miembros de la Asamblea tienen un plazo de seis meses para redactar la nueva Constitución. La ceremonia de instalación se realizará en el Aula Magna de la Universidad Central, con participación de las principales autoridades del país.
Chávez pidió audiencia en la primera sesión formal del nuevo cuerpo constituyente, el jueves, con la finalidad de presentar su propio proyecto para una Constitución, elaborado con respaldo de un equipo de asesores.
La influencia del mandatario será decisiva, en especial después de que el oficialista Polo Patriótico arrasara en las elecciones del 25 de julio, conquistando 121 puestos, que le dan una mayoría aplastante en la Asamblea.
Los opositores a Chávez han recalcado que el verdadero desafío de la Asamblea será abrirse a los aportes de la sociedad sin limitarse a actuar como "levantamanos" de propuestas del oficialismo.
"Espero que sea un acontecimiento histórico serio", dijo este lunes el candidato independiente más votado en las elecciones, Claudio Fermín.
Aunque Fermín reconoció el "protagonismo esencial" del presidente, advirtió que "la Asamblea debe sentarse a deliberar" y rechazó la eventualidad de una Constitución "cocinada".
La Asamblea Constituyente es la principal iniciativa política de Chávez, que asumió el gobierno el 2 de febrero y pretende reconstruir la democracia venezolana mediante "una revolución pacífica".
El presidente califica el proceso constituyente de batalla contra los partidos políticos que controlaron la etapa democrática comenzada en 1958 con el derrocamiento de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez y a los que responsabiliza de los problemas del país.
Chávez, un teniente coronel retirado que en 1992 encabezó una tentativa de golpe de Estado, durante la campaña para la Asamblea se autocalificó de "comandante de la Constituyente".
Tras la instalación de este martes, la Asamblea deberá decidir las reglas para su funcionamiento, aunque se presume que gran parte de esas normas fueron ya delineadas por la mayoría oficialista.
Los constituyentes tendrán sueldos similares a los de los diputados del Congreso legislativo, pero sin los beneficios adicionales que suelen otorgarse a los parlamentarios, según anunció la prensa.
Asimismo, estarán obligados a brindar dedicación exclusiva a la Asamblea y su asistencia a las sesiones será controlada.
Funcionarios del gobierno buscan fórmulas para garantizar el presupuesto de la Asamblea, que debe considerar el pago de gastos a numerosos delegados provenientes del interior del país, que deberán permanecer en Caracas al menos seis meses.
La Asamblea funcionará en un salón del Congreso, que se declaró en receso y como es habitual en estos casos dejó encargada de sus funciones a una "comisión delegada".
Esta actitud fue considerada como un aporte del parlamento y al parecer, evitará su disolución por parte de una Asamblea de carácter "originario" que se coloca por encima del poder constituido.
Con esas atribuciones, la Asamblea estaría preparada para declarar un régimen de emergencia judicial que le permitiría intervenir ese poder del Estado, de acuerdo con versiones que circularon en los últimos días.
Además, está contemplada la designación de una "Comisión de Participación" que escuchará opiniones de la sociedad civil y recogerá sus propuestas. Esa comisión, de acuerdo con las versiones circulantes, publicará la Gaceta Constituyente, para informar sobre el avance de la Asamblea.
La nueva Constitución deberá estar lista a comienzos del 2000, y sólo podrá entrar en vigencia si es aprobada en un referendo popular.
Chávez sugirió publicamente que el proceso podría acelerarse si los constituyentes trabajan intensamente y con el objetivo de terminar su trabajo en tres meses. (Fin/IPS/lc/ff/ip/99
