La ONU decidió hoy aumentar la presencia de policías civiles y oficiales de enlace en Timor Oriental debido a la violencia que causó la muerte de seis personas, cuando faltan tres días para el referéndum de autodeterminación del territorio ocupado por Indonesia.
El Consejo de Seguridad de la ONU aceptó por unanimidad de sus 15 miembros que la Misión de Asistencia de las Naciones Unidas en Timor Oriental (Unamet) envíe 460 policías y 300 oficiales de enlace para ayudar a mantener la seguridad el lunes, durante y después del referéndum.
Ese día los timorenses tendrán la oportunidad de elegir la independencia o la autonomía bajo el gobierno de Indonesia, que invadió el territorio en 1975 y lo anexó como provincia en 1976.
La ONU (Organización de las Naciones Unidas) no envió militares armados para mantener la paz en Timor Oriental, ni tiene planes de hacerlo, a pesar del aumento de la violencia registrado en estos días.
Los oficiales desarmados de Unamet actúan como asesores de las fuerzas de seguridad de Indonesia, encargadas de mantener la seguridad durante la votación.
Pero fuentes diplomáticas se preguntan si se puede confiar en Yakarta para mantener la paz, debido a los ataques perpetrados el jueves y este viernes por milicianos favorables a Indonesia.
"Hay mucho temor en el ambiente y muchos independentistas no pudieron participar en la campaña porque sus adversarios se lo prohibieron o, directamente, los intimidaron y los atacaron físicamente", declaró el embajador de Portugal, Antonio Monteiro, este viernes en el Consejo de Seguridad.
Portugal es la antigua potencia colonial de Timor Oriental.
La violencia reinante constituye una prueba de que los esfuerzos de Indonesia por mantener la seguridad antes del referéndum son "completamente inapropiados e insuficientes", observó Montero.
"Es inadmisible que, a tan poco tiempo de la (votación de) consulta seamos testigos de tal incremento de la violencia, e incluso de la pérdida de vidas humanas", agregó.
El embajador de Finlandia, Marjatta Rasi, recalcó que la "actitud intimidatoria de las milicias favorables a la integración llevó a muchos observadores independientes a sospechar que está relacionada con oficiales del ejército de Indonesia".
El presidente de Indonesia, Bacharuddin Jusuf Habibie, afirmó en varias ocasiones que Yakarta coopera con Unamet, indicaron funcionarios de la ONU, pero algunos milicianos y militares de Timor Oriental no respetan dicho compromiso.
Pero el embajador indonesio Makarim Wibisono argumentó que Yakarta hace lo posible para preservar la paz durante el referéndum del lunes.
Indonesia envió "8.000 policías para asegurar la paz antes de la consulta popular y después de que termine", declaró.
"Esta alta proporción de un policía por cada 100 timorenses confirma la sinceridad de las autoridades indonesias… por mantener un ambiente tranquilo y seguro", agregó.
Pero "según nuestras observaciones, algunos funcionarios del personal de Unamet no se adhieren a este principio al realizar sus tareas" de organización del referéndum, afirmó Wibosono.
En los últimos días se multiplicaron las señales de tensión entre la ONU y el bando que defiende la integración con Indonesia. Algunos líderes milicianos amenazaron a Unamet y la acusaron de ser "tendenciosa".
El Consejo de Seguridad subrayó su inquietud por ese distanciamiento cuando omitió de la resolución aprobada este viernes un texto de agradecimiento a las "autoridades locales de Timor Oriental" por su cooperación.
Sin embargo, la ONU aún no considera aplazar la consulta, que ya fue retrasada dos veces, ni enviar a la zona a efectivos de paz internacionales.
Indonesia no aceptó recibir a los cascos azules, y Estados Unidos y otros países creen que serían innecesarios por el momento.
"No se puede retirar una fuerza de paz del anaquel de una tienda. No están dadas las condiciones necesarias para una fuerza de paz en este momento", declaró Jamsheed Marker, enviado especial de la ONU a Timor Oriental.
En definitiva, eso significa que no hay una alternativa para obligar a Yakarta a garantizar la seguridad en el territorio timorense. Pero organizaciones de derechos humanos argumentan que Indonesia ya demostró que no merece la confianza internacional.
"El presidente Habibie habla de reformar Indonesia desde que integraba el régimen (del dictador Alí) Suharto, pero los escuadrones de la muerte que aterrorizan a Timor Oriental con apoyo indonesio… confirman que el poder de los militares sigue en pie", sostuvo la periodista estadounidense Amy Goodman.
Goodman fue expulsada de Indonesia esta semana presuntamente por la cobertura periodística que ha hecho de la situación en Timor Oriental en los últimos años.
Xanana Gusmao, líder del movimiento independentista timorense, dijo este viernes desde su arresto domiciliario en Yakarta que los últimos brotes de violencia demuestran que Indonesia "no quiere la paz" en Timor Oriental. (FIN/IPS/tra-en/fah/mk/ceb-aq/ip/99