Un contingente militar de Malí, que llegó a Sierra Leona hace seis meses como parte de Ecomog, la fuerza de mantenimiento de paz de Africa occidental, se retiró de este país africano esta semana, aunque su ayuda sigue siendo necesaria para aplicar el cese del fuego firmado por el gobierno y los rebeldes.
Los 428 soldados se despidieron del presidente Ahmed Tejan Kabbah antes de ser agasajados en una recepción organizada en Freetown por el Comando Superior de Ecomog.
El retiro de los soldados ocurre después de que el 10 de julio el gobierno y los rebeldes firmaron un acuerdo de paz.
Kabbah agradeció a los soldados de Malí por participar en las operaciones de Ecomog, "en un momento muy crucial, y por su conducta ejemplar".
"En nombre de mi gobierno y mi pueblo, deseo agradecerles por su apoyo filial al ayudar a traer la paz a nuestro país. Deseo y ruego que esta solidaridad fraterna continúe", declaró.
El comandante del contingente de Malí, coronel Kane, dijo que hubiera deseado que sus soldados tuvieran la oportunidad de quedarse más tiempo para verificar la aplicación del acuerdo de paz.
Ecomog explicó que el contingente de Malí se retiró de Sierra Leona porque no tenía el apoyo necesario para permanecer en este país. El retiro de los soldados fue un hecho "desafortunado", declaró el portavoz de la fuerza regional, Paul Aghimien.
"Desearíamos que se quedaran más tiempo, ya que sus soldados demostraron profesionalismo y serían ahora más necesarios que antes, porque hemos ingresado en la fase más crítica de la crisis de Sierra Leona: la aplicación del proceso de paz", declaró a IPS.
Versiones sin confirmar señalan que los soldados de Malí fueron financiados por Holanda durante un período de seis meses. El contingente llegó a Sierra Leona en febrero, un mes después de que el insurgente Frente Revolucionario Unido invadió la capital.
El gobierno holandés no habría renovado el apoyo financiero, que terminaba este mes. "Esto demuestra la falta de entusiasmo de la comunidad internacional por la crisis en este país", comentó Josephus Sesay, economista de Freetown.
Aunque no se sabe cuánto costaría mantener a los soldados de Malí en el país, las dificultades financieras del gobierno de Sierra Leona le impiden evitar que se vayan.
Cuando los soldados de Malí llegaron, fueron enviados al norteño distrito de Portloko. Inmediatamente, los rebeldes lanzaron una gran ofensiva contra el contingente, matando y tomando prisioneros, pero no lograron expulsar a las fuerzas de Malí.
Esto le granjeó al contingente la simpatía de la población local. "Me gustaría que se quedaran. Los soldados de Malí son buenos y serviciales con los civiles, y casi no nos molestaban", se lamentó Musu Kamara, residente de Portloko.
Ahora que se retiraron, el gobierno tiene el apoyo de las fuerzas de Ghana, Guinea y Nigeria. Los nigerianos comprenden 75 por ciento de los 15.000 soldados de Ecomog en el país.
El acuerdo de paz negociado en la capital de Togo estipula que soldados de otros países de Africa occidental se sumarán a la fuerza de Ecomog en Sierra Leona para ayudar a aplicar con éxito el pacto.
"Es paradójico. Mientras se pide que se amplíe la fuerza de Ecomog, presenciamos el retiro gradual de las tropas. Es siniestro, ya que los rebeldes podrían aprovecharse de eso y recurrir a la violencia", opinó Justina Kallon, profesora de Freetown.
Nigeria también anunció que comenzará a retirar gradualmente a sus soldados, lo cual agrava la inquietud de la población.
La guerra civil se desató en marzo de 1991 y desde entonces causó la muerte a más de 20.000 personas y dejó a miles con sus manos, brazos o piernas amputadas. Pueblos y aldeas enteros fueron devastados por la violencia, pero se espera que el pacto para compartir el poder con los rebeldes traiga la paz. (FIN/IPS/tra-en/lf/mn/aq/ip/99