La eventual aplicación de sanciones de Estados Unidos a una importante cadena hotelera española con inversiones en Cuba amenaza el pacto de "no agresión" entre Washington y la Unión Europea (UE).
La UE rechazó la ley Helms-Burton, promulgada en 1996 por Estados Unidos para dar alcance extraterritorial a algunos aspectos del embargo que mantiene contra Cuba desde principios de los años 60.
Pero en 1998, las dos partes llegaron a un acuerdo, relativo también a las sanciones que Estados Unidos mantiene sobre Irán y Libia.
Estados Unidos renunció a aplicar las cláusulas de la ley Helms- Burton a la UE, a cambio de que los europeos eviten la compra de alguna de las 160 propiedades confiscadas en los años 60 por el gobierno cubano a personas naturales y jurídicas estadounidenses.
Pero la airada reacción que provocaron en España informaciones sobre la probable aplicación del título cuarto de la Helms-Burton a la cadena hotelera Sol Meliá, con importantes intereses en Cuba, presagia tormenta sobre el pacto, por el cual la UE desistió de llevar el caso a la Organización Mundial de Comercio.
Clinton mantiene suspendido el título III de la ley Helms- Burton, que ampara la denuncia de inversiones en bienes que pertenecieron a estadounidenses, pero no el IV, que niega la entrada a Estados Unidos de directores (y sus familiares) de firmas cuestionadas.
"Si se llegase a abrir un expediente sancionador, Espana tomaría medidas muy enérgicas, hasta el punto de bloquear los acuerdos entre la UE y Estados Unidos", advirtieron el jueves portavoces del Ministerio español de Asuntos Exteriores.
En La Habana, en tanto, ejecutivos de Sol Melía evitaron comentarios, en espera de una declaración oficial de la empresa, que mantiene intereses en 12 hoteles cubanos.
Por otro lado, en ausencia de declaraciones oficiales, la prensa estatal de la isla se limitó a recoger despachos de agencias de noticias sobre el tema fechados en Madrid.
De acuerdo con esas informaciones, el grupo Sol Meliá no ha recibido notificación oficial del gobierno estadounidense acerca de la presunta apertura de un expediente administrativo por su actividad en Cuba.
Portavoces de Sol Meliá, un grupo que proyecta participar en otros siete hoteles en Cuba, aclararon que la empresa no tiene la propiedad de ningún establecimiento en la isla y que su actividad es "sólo de asesoramiento técnico y de explotación".
La primera información sobre el asunto data del 3 de julio, cuando el diario The Miami Herald, de Estados Unidos, aseguró que investigadores del Departamento de Estado habían concluido que Sol Melia construyó uno de sus hoteles en Holguín, 771 kilómetros al oriente de La Habana, en terrenos confiscados a un ciudadano estadounidense.
De acuerdo con el diario, de confirmarse ese hecho, el gobierno podría prohibir la entrada en Estados Unidos de los miembros de la junta de directores y de los directores accionistas de Sol Meliá.
Sin embargo, un portavoz de la cancillería española aclaró que el expediente es admianistrativo y no sancionador, y representantes de Sol Melía dijeron que la investigación es de "rutina", porque en 1996 quedó claro que su presencia en Cuba no es contraria a la ley Helms-Burton.
El diario El País, de Madrid, informó este viernes que el sector hotelero español reaccionó con acritud ante la intervención de Washington en las relaciones bilaterales económicas entre España y Cuba.
El País citó al director general de Turismo de España, Germán Porras, quien, tras expresar su total "solidaridad" con la cadena hotelera, advirtió que el eventual contencioso enfrentaría a Estados Unidos con la UE.
El caso se agregaría al litigio entre la firma cubano-francesa Havana Club Holding y su competidora Bacardi-Martini USA por la marca del ron Havana Club, en el cual ya intervino la Comisión Europea, órgano ejecutivo de la UE.
La UE presentó el 8 de julio ante la Organización Mundial de Comercio (OMC) una demanda de consulta contra Estados Unidos por el respaldo legal de Washington al uso indebido de esa marca.
Las partes tienen dos meses, a partir de la fecha de la demanda, para llegar a un acuerdo, según el mecanismo establecido por el órgano de resolución de conflictos de la OMC.
Pese a diferencias ideológicas, los países miembros de la UE tienen una fluida, y en algunos casos estrecha, relación económica y comercial con el gobierno de Fidel Castro.
Alemania, Italia, Francia, España y el Reino Unido son, después de Canadá, los principales emisores de turismo hacia la isla, que espera recibir antes de fin de este año 1,7 millones de visitantes.
La Organización Mundial del Turismo señaló en su último informe anual que en 1998, Cuba figuró entre las cuatro naciones latinoamericanas de mayor crecimiento turístico, junto a Brasil, Costa Rica y Guatemala.
Dado que Europa constituye el principal socio comercial de La Habana, el gobierno de Castro dispuso en julio el uso obligatorio del euro como moneda de contratación y de pago en las operaciones que involucren a los países de la Unión Monetaria Europea.
Mientras, España es uno de los mayores inversores extranjeros en Cuba, y el comercio bilateral sobrepasa los 700 millones de dólares. (FIN/IPS/pg/ff/if ip/99