Habitantes de un barrio de la capital de México asolado por la delincuencia declaran el "toque de queda" para mejorar su seguridad, mientras las autoridades instalarán 100 cámaras de vídeo para rastrear asaltantes en el centro histórico.
Unos 40.000 habitantes del barrio de Tulyehualco, en la sureña Xochimilco, son protegidos por civiles armados con pistolas, machetes y garrotes, que realizan rondas nocturnas y prohiben a extraños el acceso a la zona, ante lo que consideran ineficacia policial.
Un mes después de que ocurrieron dos sonados asesinatos en pleno día en las calles de la ciudad de México, el gobierno local aceleró la instalación de un sistema de seguridad de alta tecnología desarrollado por compañías privadas y la policía británica Scotland Yard.
Con una inversión inicial de entre cinco y nueve millones de dólares, 100 cámaras quedarán colocadas a partir de septiembre en lugares estratégicos de esta capital para captar el paso de hasta 300.000 vehículos por hora. Los datos podrán ser consultados al instante por la policía.
Las cámaras de vídeo grabarán los rostros de los conductores de automóviles que circulen por el llamado primer cuadro de la capital, donde cada día 18 personas son muertas de manera violenta.
El sistema de alta tecnología que permite vigilar todos los movimientos de las personas y los automóviles, incluidas su matrícula, tiene como objetivo fundamental la disuasión y la prevención de los delitos.
El nuevo equipo, que servirá para identificar delincuentes y hacer un seguimiento de automóviles robados, se sumará a otras 110 cámaras que ya cuenta la ciudad, explicó el presidente del gubernamental Procéntrico, Guillermo Gazal.
Los asesinos del conocido conductor de televisión Francisco Stanley y de dos militares del cuerpo de seguridad del presidente Ernesto Zedillo, pudieron haber sido identificados de inmediato, de haber funcionado a tiempo las cámaras ubicadas cerca de donde ocurrieron los respectivos crímenes, en junio.
En ambos casos, los aparatos comenzaron a funcionar unos minutos después de los hechos, explicaron las autoridades.
"Insistimos en que en nuestro barrio vivimos nosotros y no permitiremos que se sigan cometiendo injusticias. La unión va en serio", advierten los habitantes de Tulyehualco que pretenden tomar la justicia en sus manos.
Hace 20 años "llegó a vivir (al barrio) gente de otros lados y comenzó la desunión que terminó con esta ola de inseguridad", agregan quienes se proponen contrarrestarla con la vigilancia impuesta por hombres que comienzan sus rondas a partir de las 23:00 horas local.
Los 40 policías divididos en tres turnos, es decir, uno por cada tres mil habitantes, que actúan en un área de cinco kilómetros cuadrados, resultaron insuficientes para evitar que hiciera crisis el temor de la gente en Tulyehualco.
Las autoridades de Xochimilco, una de las 16 jurisdicciones en que se divide la capital mexicana, exigen sin éxito que los vecinos entreguen las armas.
Ante la determinación de los vecinos de establecer su propia ley, nada ha podido hacer la delegada de Xochimilco, Estefanía Chávez.
Un estudio realizado por un instituto de estudios superiores señala que la mayoría de los policías judiciales de la ciudad de México, donde 80 por ciento de los habitantes declara vivir con inseguridad, es autoritaria, agresiva e irritable por problemas psicológicos.
La encuesta revela que la mayoría de los agentes policiales eligió ese trabajo sólo para tener emociones fuertes y apenas dos por ciento afirmó ser experto en el uso de armas. (FIN/IPS/pf/dm/pr/99