México habrá alcanzado en el último año lectivo de este siglo, que comienza hoy, una escolaridad promedio de 7,7 años, aún lejana de la que gozan Canadá y Estados Unidos, sus principales socios comerciales.
Más de 29 millones de estudiantes asistieron a la primera clase de este año. En la enseñanza primaria se registraron en esta oportunidad 23,4 millones de alumnos, 310.200 más que en el anterior, en unas 183.000 escuelas, informó la Secretaría (ministerio) de Educación Pública.
Uno solo de cada 100 niños logrará acceder a la universidad, indican diversos estudios.
Las autoridades educativas estiman que el promedio de escolaridad de los 97 millones de mexicanos se incrementará un décimo de año respecto del período lectivo pasado.
El promedio de escolaridad de los socios de México en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte es de 12,6 años en Estados Unidos y 11,7 años en Canadá.
El gasto público en educación para 1998 equivalió a 6,3 por ciento del producto interno bruto (PIB), si se consideran los aportes del Estado y los de las familias mexicanas mediante la compra de libros, material didáctico, uniformes y transporte, según cifras oficiales.
La proporción del gasto familiar destinado a educación se incrementó paulatinamente de 2,8 por ciento en 1984 a 10,6 en 1996, informó la organización no gubernamental Observatorio Ciudadano de la Educación.
Ese aumento significa que, dependiendo de las posibilidades económicas de cada hogar, la "población tiende a afrontar los costos educativos aun a costa de sacrificar otros rubros importantes como salud, vivienda, vestido y calzado", destacó la organización.
Entre 1984 y diciembre de 1994, cuando estalló la peor crisis económica de las últimas cinco décadas, el gasto alimentario de las familias mexicanas cayó de 44,5 a 33,6 del PIB. Esa proporción alcanzó 35,8 por ciento en 1996, según la misma fuente.
Noventa por ciento de la población matriculada en el sistema educativo mexicano acude a escuelas públicas, financiadas por el Estado. Sin embargo, los gastos de las familias no se limitan sólo a la inscripción, pues también incluyen compra de libros, uniformes y transporte, señaló el Observatorio.
Además, existen aportes de la comunidad, como donativos, subsidios y actividades que realizan los particulares para el sustento de las instalaciones educativas, agregó.
Cifras oficiales señalan que México superó la recomendación de Unesco de destinar seis por ciento del PIB a la educación, pero 10,4 por ciento de la población ingresará en el nuevo milenio sin saber leer ni escribir.
No completan el ciclo de instrucción primaria, en México de seis años, 21,1 por ciento de la población. El mismo porcentaje concluye la instrucción media básica y 26,9 por ciento la educación media superior, según datos oficiales.
La mitad de la fuerza de trabajo nacional se considera poco calificada.
Las capacidad mínima de la población mexicana para afrontar los requerimientos de la actividad económica prevista para comienzos del próximo siglo se atribuyen a la enorme brecha entre la enseñanza urbana y la que se imparte en las zonas rurales del país, reconocen las autoridades.
Actualmente, 132,5 de cada 1.000 niños de los sureños Oaxaca y Guerrero, dos de los estados más pobres de México, reprueban sus estudios de primaria, contra 33 en Coahuila, 37 en Nuevo León y 38 en la capital, según informes oficiales.
Esa situación crea, entre otros resultados, que estados como Chiapas, Oaxaca y Guerrero dispongan sólo de dos por ciento de posgraduados, mientras en Coahuila, Nuevo León y la ciudad de México se concentren 53 por ciento.
Expertos emiten pronósticos poco alentadores en materia de educación superior para la próxima década, periodo para el que se pronostica que solo 19 por ciento de los egresados de bachillerato podrán ocupar un asiento en aulas universitarias, solo dos puntos porcentuales más que en la actualidad.
En este país, 45 de cada 100 jóvenes deserta de las aulas. La Universidad Nacional Autónoma de México, la más grandde de América Latina, está paralizada por una huelga hace más de cuatro meses debido convocada por estudiantes para reclamar educación gratuita.
Asistidos por 1,4 millones de maestros, los alumnos que se incorporaron este lunes a clase tras un mes y medio de vacaciones abarcan desde preescolar hasta posgrado, con excepción de los 300.000 estudiantes inscritos en la paralizada UNAM.
En el nuevo año lectivo, los niños de entre 11 y 13 años que cursan sexto grado tendrán por primera vez en sus manos libros que incluyen capítulos sobre orientación sexual.
Además, después de casi cuatro décadas de ausencia en las aulas, Civismo y Etica fue incluida como una materia más de los estudiantes de secundaria.
En más de 183.000 escuelas de México, en las que se repartieron en forma gratuita 160 millones de libros. (FIN/IPS/pf/mj/ed/99