MERCOSUR: En busca de una difícil solución

El Mercosur buscará esta semana en la capital de Uruguay un camino para impedir crisis como la que enfrentó la semana pasada a Argentina con Brasil, sacudiendo los cimientos del bloque ocho años después de su creación.

Pero la reunión técnica de este jueves y la política de este viernes difícilmente solucionen la compleja situación de la región y los intereses en juego, admiten funcionarios.

Tanto el bloque en general como los dos principales socios del Mercosur (Mercado Común del Sur) en particular afrontan desde el principio de este año un deterioro de las relaciones a partir de la devaluación del 13 de enero en Brasil.

Desde entonces, el ritmo del comercio de Brasil con Argentina, Uruguay y Paraguay cayó 15 por ciento respecto del año pasado, cuando entre 1991, cuando se institucionalizó el Mercosur, y 1998 se había multiplicado por cinco.

Pero también Argentina vio caer 26,9 por ciento sus ventas hacia el resto del bloque, luego que entre 1991 y 1998 se habían multiplicado casi por nueve.

En 1991, los cuatro países de la región acordaron coordinar sus políticas macroeconómicas, situación que hasta el momento no ha sido posible concretar.

La última crisis comenzó el 26 de julio, cuando Argentina decició aplicar medidas de salvagurdia a todas las importaciones de América Latina, incluidas las del Mercosur.

La decisión, tomada sin consultar a los restantes socios del bloque, generó una dura reacción de Brasil que puso el grito en el cielo ante las trabas que la medida argentina le significaba, básicamente, a sus ventas de calzado, textiles, azúcar y acero.

El presidente brasileño Fernando Henrique Cardoso reaccionó con una energía insusual: dio la orden de suspender la participación de su país en todas la reuniones técnicas del Mercosur.

Pero las quejas de Brasil fueron relativizadas tanto por expertos como por gobernantes, que recordaron que Brasil tampoco consultó a sus socios en el momento en que decidió devluar el real.

"En función de los acuerdos, Brasil tiene razón, pero si analizamos el asunto bajo el prisma de los efectos negativos de la devaluación del real sobre nuestras economías, debemos darle la razón a Argentina", dijo al diario brasileño Gazeta Mercantil el ministro de Industria de Paraguay, Gilberto Caballero.

A pedido de Brasil, el presidente uruguayo Julio María Sanguinetti, a cargo este semestre de la presidencia rotativa del Mercosur, convocó a reuniones extraordinarias del Grupo Mercado Común (GMC) y del Consejo Mercado Común (CMC) para debatir la cuestión.

El GMC reunirá este jueves a técnicos de los cuatro países y el CMC este viernes a cancilleres y ministros de Economía.

La situación entre los socios mayores del Mercosur llegó a tal grado de tensión que el presidente argentino Carlos Menem viajó imprevistamente el jueves a Brasilia para reunirse con Cardoso.

Brasil amenazó con utilizar la negociación del sector automotor para presionar a Argentina. Es que si se produjera una guerra comercial al respecto, Brasil llevaría la mejor parte y se quedaría con la mayoría de las inversiones en este sector.

Ante esa posibilidad y la presión internacional, Menem decidió dejar sin efecto las medidas de salvaguardia, lo que enfrió momentáneamente el enfrentamiento.

El martes, en rueda de prensa en la provincia argentina de Entre Ríos, Menem admitió que "estuvo a punto de ocurrir un verdadero desastre" que hubiera trabado la posibilidad de que su país siga creciendo en la región.

"Necesitamos un Mercosur más flexible y elástico, que no transforme en crisis problemas coyunturales como los que vivimos", dijo el canciller argentino Guido Di Tella.

Pero la decisión de Menem de dar marcha atrás no significó una solución al diferendo. "Podemos decir que la confrontación de los últimos días fue resuelta entre comillas", advirtió el ministro de Economía de Brasil, Pedro Malán.

"La situación no está solucionada en absoluto", coincidió el director de Integración de la Cancillería uruguaya, Elbio Rosselli.

El diplomático consideró que la cuestión macroeconómica "es la esencia" del problema y que otro de los problemas es la inexistencia en el Mercosur de instituciones que debatan los problemas con una perspectiva global.

Será necesario construir "soluciones de enorme flexibilidad y realismo", dijo Rosselli a IPS, quien adelantó que de la reunión que se celebrará en Montevideo no pueden esperarse soluciones "espectaculares" ya que no será posible en 48 horas encontrar el camino definitivo. (FIN/IPS/rr/mj/if/99

Archivado en:

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe