India y Pakistán negaron la posibilidad de una cuarta guerra desde 1947, aunque la frontera entre ambos países con capacidad nuclear se transformó en un polvorín, bajo la atenta mirada de la comunidad internacional.
"No estamos al borde de la guerra y no creemos que haya ningún tipo de amenaza", declaró a la prensa el ministro de Defensa de India, George Fernandez, en referencia a los ataques recíprocos con misiles antiaéreos producidos esta semana sobre la frontera.
Sin embargo, las conversaciones bilaterales, que se interrumpieron en mayo cuando comenzó el conflicto fronterizo de Kargil, no pudieron reanudarse debido a la creciente tensión limítrofe, dijo Fernandes el jueves.
"Toda la Línea de Control (que divide de hecho la región de Cachemira entre ambos países surasiáticos) debe ser respetada, y no sólo los 140 kilómetros de la zona de Kargil, de donde recientemente expulsamos a intrusos paquistaníes", destacó el ministro.
Pero Pakistán no está dispuesta a aceptar la Línea de Control como frontera internacional por la simple razón de que sería el reconocimiento final del estado indio de Jammu y Cachemira, el único de mayoría musulmana, como territorio de India.
Ashraf Jehangir Qazi, alto comisionado de Pakistán en Nueva Delhi, describió la Línea de Control como una "línea temporal de tregua hasta el establecimiento de una paz duradera entre ambos países en base a un acuerdo final sobre la cuestión de Cachemira".
La infiltración en Kargil pareció ser una medida de Paquistán destinada a demostrar que la Línea de Control no es tan sacrosanta para Islamabad como Nueva Delhi pretende que lo sea.
En el momento más crítico del conflicto, en junio, el canciller paquistaní Sartaj Aziz declaró en conferencia de prensa que, tras una fallida iniciativa diplomática de paz, la Línea de Control nunca fue demarcada en el terreno.
La presión de Estados Unidos y otras potencias occidentales para poner fin al conflicto exhortando a Pakistán a respetar la frontera de hecho y replegarse a sus posiciones anteriores representó un duro golpe para Islamabad.
El conflicto terminó rápidamente en parte porque India realizó ejercicios navales cerca de Karachi, el principal puerto de Pakistán, a apenas 200 kilómetros de la disputada zona de Sir Creek, donde tuvieron lugar los ataques con misiles esta semana.
El martes, India derribó un avión paquistaní de vigilancia naval con 16 hombres a bordo, y el miércoles Paquistán respondió con un fallido ataque contra un helicóptero indio que transportaba periodistas al lugar de los hechos.
Sir Creek, un estuario del pantanoso e inhóspito delta Indus, es disputado en parte debido a la naturaleza cambiante del canal de 100 kilómetros de longitud que separa la provincia sureña paquistaní de Sindh del estado occidental indio de Gujarat.
La pequeña bahía fue escenario de duros enfrentamientos durante la guerra de 1965, y regularmente pescadores de ambos países terminan en la cárcel acusados de violar el disputado límite marítimo del lugar.
Las gestiones diplomáticas de la última década para resolver esta disputa territorial se complicaron por el descubrimiento de ricos yacimientos de petróleo y gas natural en la región.
Parte de la confusión sobre el lugar donde cayó el avión paquistaní tras ser impactado por un misil antiaéreo de India tiene que ver con la falta de resolución de la frontera en términos exactos y la naturaleza cambiante de los estuarios y calas del delta.
Aunque indignado por el derribo de su avión, el gobierno de Pakistán descartó toda posibilidad de una guerra.
Informes de Islamabad señalan que el primer ministro Nawaz Sharif declaró el jueves que el incidente "complicó" las posibilidades de un diálogo de paz luego del conflicto de Kargil.
Sharif agregó que no habrá guerra "por el momento… a menos que India provoque una escalada", según los informes.
En el terreno, sin embargo, el incidente dio lugar a una movilización militar a ambos lados de Sir Creek y de hecho a lo largo de toda la frontera, a una escala sin precedentes desde la guerra de 1971, que terminó con la transformación de Paquistán Oriental en Bangladesh.
El canciller Aziz informó que su gobierno reforzó las patrullas con aviones de combate F-16 y trasladó un batallón armado con misiles desde su base militar de Nadin hasta las cercanías de Sir Creek.
Mientras, el diario The Times of India publicó este viernes que, desde el martes, la fuerza aérea nacional desplegó aviones de combate Mig-29 y Mig-21 en el área, además de helicópteros provistos de cohetes.
Según un acuerdo bilateral de 1991, los aviones de combate no pueden aproximarse a menos de 10 kilómetros de la frontera internacional sin notificación previa.
A nivel diplomático, el derribo del avión paquistaní le costó a India una reprimenda de Estados Unidos, que consideró el hecho como una violación mucho más grave del acuerdo de 1991 que la aproximación aérea sin aviso previo.
"La falta de aviso es un aspecto del problema, pero el derribo del avión es un hecho mucho más grave, violatorio del acuerdo", declaró el jueves James Rubin, portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos. (FIN/IPS/tra-en/rdr/mlm/ip/99