La posibilidad de que cuatro presidentes falten a la IX Cumbre Iberoamericana, que se celebrará en noviembre, no detuvo los preparativos en Cuba, el país anfitrión, que parece haber optado por mantenerse ajeno al mar de fondo.
"No sería la primera cumbre en la cual no participan todos los mandatarios", dijo una fuente cercana a los preparativos de la reunión de jefes de Estado y de gobierno en La Habana.
Los presidentes Eduardo Frei, de Chile, y Carlos Menem, de Argentina, anunciaron el viernes que podrían no asistir a la cumbre en protesta porque España pide la extradición del ex dictador chileno Augusto Pinochet, hoy detenido en Londres.
En lo previo, también afirmaron que no concurrirían a la reunión en La Habana los presidentes Francisco Flores, de El Salvador, y Arnoldo Alemán, de Nicaragua, por discrepancias con Cuba en materia de derechos humanos.
La fuente, que pidió reserva de su identidad, recordó que a la cumbre de Madrid, en 1992, tampoco acudieron cuatro mandatarios, y sostuvo que no por ello esa reunión resultó "deslucida".
En esa ocasión, faltaron, por razones diversas, los presidentes de Colombia, Portugal, Perú y Venezuela, lo que no restó importancia a la cumbre, acotó.
Iberoamérica, área que abarca América Latina, España y Portugal, está integrada por 21 países.
En medios diplomáticos se comentó que hasta el momento todas las ausencias previstas en La Habana se manifestaron en el terreno de las declaraciones, que fueron reflejadas, en algunos casos, ampliamente por medios de prensa.
"Hay que esperar la notificación oficial al respecto", se limitó a comentar un diplomático latinoamericano.
Mientras, en el contexto de las reuniones previas al encuentro de estadistas de España, Portugal y América Latina, la nación anfitriona afina los detalles del foro de ministros de Economía y Hacienda, previsto para el 2 y 3 de septiembre.
A principios de ese mes deberán finalizar, además, los trabajos de remozamiento del Palacio de Convenciones, moderno edificio prevista como sede de la cita, estrenada en 1979 por la IV cumbre del Movimiento de Países No Alineados.
Las labores preparatorias de la cumbre fueron elogiadas por el canciller guatemalteco Eduardo Stein, de visita en La Habana el fin de semana. El presidente de Guatemala, Alvaro Arzú, se propone visitar Cuba a fines de septiembre y asistir luego a la reunión de jefes de Estado y de gobierno.
"Apreciamos como muy completos y competentes los esfuerzos preparatorios" de Cuba, dijo Stein, quien estimó "justo" reconocer que el gobierno de Fidel Castro no ha hecho de éstos una plataforma de reclamos internacionales ni para plantear temas estrictamente domésticos.
En su opinión, las autoridades de la isla "han mantenido una actitud muy abierta, muy flexible y muy prudente"
A la advertencia, el viernes, del presidente chileno de que no asistirá a la cumbre, se sumó la de Menem, premiado con aplausos de empresarios chilenos cuando declaró que "si Chile no concurre, tampoco concurrirá la República Argentina".
Las razones de uno y otro, sin embargo, no parecen ser las mismas.
Frei manifestó esa posibilidad por primera vez en la Cumbre América Latina y Caribe-Unión Europea, celebrada en Río de Janeiro a fines de junio, luego de que fracasaron sus gestiones para que España deje de reclamar la extradición desde Londres de Pinochet, actualmente senador vitalicio.
Con Menem a su lado, Frei reiteró en conferencia de prensa el viernes, en Santiago, que no asistirá a la reunión porque, a su juicio, en la comunidad iberoamericana no se están respetando los convenios suscritos sobre gobernabilidad y territorialidad de la justicia.
Más que a Cuba, el dardo apunta a España, que en septiembre tendrá que decidir si insiste o no en la extradición de Pinochet para juzgarlo o facilita su liberación por razones humanitarias.
A su vez, Menem plantea desde 1998, junto con países centroamericanos, un boicot a la cumbre en Cuba para expresar así sus diferencias con el gobierno de Castro.
Al respecto, el diario español El País comentó este lunes que, en señal de agradecimiento al gesto de Menem, Frei firmó una declaración de apoyo a la soberanía argentina sobre las islas Malvinas, hoy bajo bandera británica.
Además, detalló ese periódico, Frei prometió también iniciar el retiro de las minas colocadas en 1978 en diversos pasos fronterizos a lo largo de la cordillera de los Andes, cuando Argentina y Chile estuvieron al borde de una guerra por el canal de Beagle.
La comunidad iberoamericana celebró su anterior cumbre en la ciudad portuguesa de Oporto en octubre de 1998, en los mismos días en que Pinochet fue detenido en Londres.
Otra de las posibles ausencias a la cumbre podría ser la del presidente salvadoreño Flores, aunque hasta el momento no hubo una definición oficial al respecto.
En este caso, la razón sería la condena a muerte en tribunales cubanos a principios de este año, aún no ejecutada, contra dos salvadoreños acusados de terrorismo, con el saldo de un muerto en el caso de uno de los sentenciados.
El Salvador es el único país iberoamericano que no tiene vínculos de ningún tipo con Cuba.
El presidente nicaragüense Alemán comenzó a afirmar que no viajará a La Habana desde la cumbre pasada, también invocando diferencias en materia de derechos humanos.
Sin embargo, ese país, a diferencia de El Salvador, ha estado representado en todas las reuniones previas a la cita realizadas hasta el momento.
La serie anual de cumbres iberoamericanas comenzó en 1991, a iniciativa de México y con el fin de reunir a los jefes de Estado y de gobierno de todos los países de lengua española y portuguesa de América y Europa para debatir problemas comunes.
La primera cita tuvo como sede la ciudad mexicana de Guadalajara, y las siguientes se realizaron en Madrid, Salvador de Bahía (Brasil), Cartagena de Indias (Colombia), San Carlos de Bariloche (Argentina), Santiago y Viña del Mar (Chile), Isla Margarita (Venezuela) y Oporto. (FIN/IPS/pg/mj/ip/99