HONDURAS: Se reabre caso de sacerdote estadounidense asesinado

El obispo católico Thomas Gumbleton, de Detroit, Estados Unidos, intenta localizar en Honduras los restos del sacerdote estadounidense Guadalupe Carey, víctima de la represión política de los años 80 y sepultado al parecer en una base que utilizó la "contra" nicaragüense.

Gumbleton, que llegó a Honduras acompañado de un grupo de religiosas, pedirá al Senado de Estados Unidos la "desclasificación" (hacer pública) la información que la CIA puede tener sobre el caso de Carey y del ex soldado estadounidense David Báez Cruz, muertos cerca de la frontera con Nicaragua.

Versiones periodísticas aseguran que el cuerpo decapitado de Carey fue sepultado en la base militar de El Aguate, situada 130 kilómetros al noreste de Tegucigalpa, y la cabeza, en el Estado Mayor de las Fuerzas Armadas.

La base militar de El Aguacate, ya en desuso, fue centro de represión del ejército hondureño y de operaciones de los rebeldes nicaragüenses que combatieron al gobierno sandinista instalado en Managua entre 1979 y 1990. Según grupos de derechos humanos, contiene seis cementerios clandestinos.

"Sabemos que la CIA (Agencia Central de Inteligencia) tiene información al respecto, y estamos pidiendo a mi gobierno aclarar de una vez por todas esta información, para dar con los cuerpos de nuestros compatriotas e identificar a los culpables", dijo Gumbleton antes de trasladarse a El Aguacate.

Investigaciones periodísticas condujeron al hallazgo en El Aguacate de centros de tortura y de lo que se presume son seis cementerios clandestinos.

Las Fuerzas Armadas dijeron que Guadalupe fue muerto junto a dos hondureños, pero nunca presentaron el cadáver. Hace dos semanas, un dirigente campesino aseguró que la cabeza del sacerdote está enterrada en un túnel del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas. La Fiscalía de Derechos Humanos anunció una investigación en el lugar.

Guadalupe trabajaba en el nororiental departamento de Olancho en la instrucción de dirigentes campesinos y sindicales en sus derechos, y colaboró en la creación de organizaciones campesinas y de mujeres.

Grupos de derechos humanos opinaron que los militares vieron una amenaza en la labor del sacerdote y resolvieron asesinarlo. Guadalupe fue muerto cuando regresaba a Honduras después de oficiar una misa en territorio nicaragüense.

Gumbleton viajó a El Aguacate en compañía de la dirigente humanitaria Bertha Oliva y de fiscales de derechos humanos. Estos anunciaron para el mes próximo el arribo de Estados Unidos de expertos forenses para realizar exhumaciones en la base militar.

Se presume, según Oliva, que hay 48 fosas en ese sitio, agrupadas en seis cementerios. Zapadores enviados por la Organización de Estados Americanos limpiarán las zonas donde puede haber antipersonales dejadas por los 'contras' nicaragüenses.

La represión lanzada en la década pasada en Honduras causó la desaparición de 184 personas, la mayoría dirigentes sindicales y populares y militantes de izquierda.

Gumbleton señaló este viernes la responsabilidad de Estados Unidos en esos casos. Washington se alineó en el "lado sucio" en Centroamérica durante la guerra fría, dijo el obispo.

La misión estadounidense está integrada también por tres religiosas de la orden Maryknol. Se trata de la polaca Rita Owczarek y de las estadounidenses Mariana Pahrl y Joan Uhlen. (FIN/IPS/tm/ff/hd/99

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