Los ingresos de Guinea Ecuatorial aumentaron enormemente desde que las firmas petroleras estadounidenses descubrieron importantes yacimientos de gas y petróleo en la costa, pero los beneficios sólo alcanzan a una minoría.
Mobil, la principal compañía petrolera, triplica su producción cada año desde que inició sus operaciones en 1996, y actualmente produce 100.000 barriles de petróleo por día. La consecuencia ha sido un impresionante crecimiento anual de 53 por ciento del producto interno bruto.
Los ingresos petroleros deberían ser suficientes para mejorar en forma significativa la calidad de vida de la población, pero nada cambió para 75 por ciento de los habitantes, que siguen estando desnutridos según datos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
El país es uno de los más pequeños y pobres de Africa, con menos de medio millón de habitantes, en su mayoría granjeros analfabetos que viven sin agua potable y sin electricidad.
Menos de cinco por ciento de los habitantes acumulan 80 por ciento de la riqueza. La mayoría de los privilegiados integran el clan familiar del presidente Teodoro Obiang Nguema Mba Nzago, que gobierna desde que Guinea Ecuatorial se independizó de España, a fines de los años 60.
El Fondo Monetario Internacional se queja de la corrupción generalizada en el gobierno, que según sus cálculos recibió el año pasado 130 millones de dólares de las compañías petroleras extranjeras. Sin embargo, el presidente asegura que sólo entraron al país 34 millones de dólares.
Se dice que los integrantes del clan Nguema se quedaron con la diferencia, y los medios de comunicación de Francia y España informaron que la familia ha realizado compras extravagantes en París.
Las firmas petroleras estadounidenses aseguran, sin embargo, que el dinero que aportan a los países de Africa ricos en petróleo beneficia a las mayorías pobres.
"Pensamos que nuestras operaciones tienen un papel importante para mejorar las condiciones económicas y sociales de muchos de esos países", declaró un portavoz de Mobil.
Sin embargo, existen pruebas de que las grandes cantidades de dinero que entregan las firmas petroleras a los gobiernos africanos suelen sumir a esos países en el caos. En los países donde las instituciones democráticas no son fuertes, los gobernantes tienden a beneficiar sólo a sus allegados.
La población de Nigeria, el gran vecino del norte de Guinea Ecuatorial y quinto productor mundial de petróleo, es tan pobre como la de los países que no tienen recursos naturales valiosos, pero los sucesivos gobiernos se enriquecieron con ingresos petroleros de miles de millones de dólares.
Los habitantes del delta del Níger, la principal región productora de petróleo de Nigeria, iniciaron acciones violentas que incluyen el ataque a los trabajadores extranjeros de las empresas petroleras.
Las guerras civiles en tres países vecinos de Guinea Ecuatorial, Angola (al sur) y Congo y República Democrática de Congo (al oeste), se deben en gran medida a la disputa por el control de los yacimientos de petróleo y diamantes, que constituyen la principal riqueza de esas naciones.
La nueva riqueza petrolera de Guinea Ecuatorial también empezó a causar problemas. Ya hubo por lo menos dos intentos de golpe de Estado, y una rebelión de la etnia de los bubis, habitantes originales de la zona explotada por las firmas estadounidenses, que formaron un movimiento separatista.
Nadie piensa que los insurgentes bubis puedan tener éxito, ya que el gobierno reprime duramente a la oposición. La Comisión de Derechos Humanos de la ONU informó que la tortura y los asesinatos políticos son rutinarios y que los responsables tienen "absoluta impunidad".
Los analistas consideran que la principal amenaza a la estabilidad política del país proviene, en cambio, de los enfrentamientos entre los miembros del clan familiar del presidente.
Los diplomáticos europeos y de la ONU también están inquietos por la posibilidad de que el dinero procedente del petróleo debilite su influencia.
Antes de que se descubrieran los yacimientos, el gobierno dependía mucho de la ayuda económica de España. Pero ahora que la ex colonia española tiene ingresos petroleros seguros de Estados Unidos, Nguema anunció que ya no permitirá que España "manipule la política interna y cause desestabilización".
Las críticas de Washington al régimen de Nguema se suavizaron 1994, el año en que las compañías petroleras estadounidenses se instalaron en el país.
"No estamos aquí para imponer nuestras costumbres estadounidenses", declaró Art Green, gerente de Mobil en Guinea Ecuatorial.
Los diplomáticos europeos y de la ONU acusan a Mobil de intervenir en la política local con prácticas que atentan contra la democratización.
El principal fundamento de esas acusaciones es el apoyo de la firma apoya al Instituto para las Estrategias Democráticas (IDS), una organización estadounidense de control de elecciones cuyo presidente, Bruce McColm, sostuvo que los comicios de marzo fueron "creíbles", contradiciendo las denuncias de fraude de la comunidad internacional.
Los criterios de contratación de personal de las compañías estadounidenses también fueron criticados.
El último informe sobre derechos humanos del Departamento de Estado de Estados Unidos confirmó que las compañías no contratan miembros de la oposición desde que Nguema declaró públicamente que esas personas no deberían obtener empleos en la nueva industria petrolera.
La firma Nomeco, de Michigan, no pudo defenderse cuando se la acusó de haber despedido a una empleada de Guinea Ecuatorial una semana después de que contrajera matrimonio con un miembro de la oposición.
Mobil "no tiene conocimiento" de las acusaciones en su contra, según un portavoz de la compañía.
Las petroleras, que han realizado cuantiosas inversiones en el país, no desean hablar de sus relaciones con el gobierno, ni siquiera cuando tienen problemas con las autoridades.
Empleados de Mobil fueron arrestados en varias ocasiones por acusaciones que parecen absurdas, como la de apoyar a los rebeldes. Los observadores sostienen que a menudo los funcionarios del gobierno realizan los arrestos con la intención de recibir sobornos.
Cuando los empleados de Mobil llegan al país, la firma traslada a la mayoría de ellos en helicóptero desde el aeropuerto a la plataforma de extracción de petróleo, a fin de que tengan el menor contacto posible con los lugareños, de modo que muchos ni siquiera llegan a conocer el país.
"La estrategia de Estados Unidos es tomar el dinero y escapar. Occidente extrae materias primas de Africa desde hace siglos, y deja a los africanos sin nada. Creemos que llegó la hora de asumir la responsabilidad de nuestras acciones", declaró un funcionario francés.
El único país rico en petróleo de Africa Central que se ha mantenido bastante próspero y estable desde los años 70 es Gabón, una ex colonia francesa en la cual el gobierno de Francia y la firma petrolera Elf-Aquitaine, de ese país, mantienen un estricto control.
McColm opinó que "Elf-Aquitaine tiene mayor tendencia a intervenir en la política que las firmas estadounidenses", y señaló que esa actitud es antidemocrática.
"No se puede esperar que sigamos dictando la política de Africa, del mismo modo en que una compañía extranjera que opere en Estados Unidos no puede imponer su política al gobierno estadounidense", comentó un portavoz de Mobil.
El gobierno de Francia alega que redujo el control sobre sus ex colonias en los últimos años, y Elf-Aquitaine, que fue privatizada, pronto iniciará operaciones en Guinea Ecuatorial. Un diplomático francés opinó que no debe esperarse que la firma sea más crítica del gobierno que las compañías estadounidenses. (FIN/IPS/tra-en/dh/mn/ceb/mp/if-ip/99