El anuncio de una moratoria de la deuda externa de Ecuador hasta marzo del 2000 certificó la profunda crisis financiera que vive este país andino hace más de un año.
Al principio, causó sorpresa que el gobierno ecuatoriano manejara esa hipótesis. Sin embargo, la posibilidad ya había sido manejada por analistas económicos internacionales hace un mes.
El martes 13 de julio, el diario estadounidense The Wall Street Journal publicó un informe premonitorio según el cual Ecuador amenazaba con convertirse en el primer país que, tras reestructurar su deuda externa bajo el esquema de bonos Brady, puede irse a pique.
Según el periódico, Ecuador estaba obligado a reestructurar el pago de los Brady y eso arrastraría consigo el modelo entero, auspiciado con "tanto esmero por el gobierno de Washington".
"La reestructuración, aunque sea realizada por un país pequeño", podría poner en entredicho "la capacidad de América Latina para superar su susceptibilidad al pánico financiero que llegó hasta aquí el año pasado procedente de Rusia y del este de Asia", manifestaba el diario neoyorquino.
Si el pánico generado por la crisis ecuatoriana deriva en el derrumbe de los bonos Brady, los inversionistas y tenedores de esos papeles pueden obligar a deudores mayores como Argentina, Brasil y Venezuela a pagar tasas de interés más altas para proteger sus colocaciones en América Latina, según analistas.
Esa realidad preocupó al propio Departamento del Tesoro de Estados Unidos, que utilizó su influencias ante el Fondo Monetario Internacional (FMI) para que flexibilice su posición frente a la gravedad de la crisis económica ecuatoriana.
Eso se refleja en algunos documentos del FMI, según los cuales lo que más preocupa a los técnicos de ese organismo en sus negociaciones para firmar en breve una carta de intención con Ecuador es la crisis financiera de ese país y el creciente peso de la deuda externa en las finanzas públicas.
La crisis financiera ecuatoriana se profundizó en los últimos diez meses con la quiebra en cadena de 10 bancos y el posterior rescate efectuado por el gobierno, que desembolsó con ese fin más de 1.500 millones de dólares.
Tras la realización de cinco auditorías internacionales se estableció que para salvar la bancarrota del sistema era necesario cerrar bancos y asistir financieramente otros, lo que significaría un nuevo desembolso de 1.400 millones de dólares.
De concretarse el acuerdo "stand by" con el FMI, Ecuador podría contar con 400 millones de dólares para fortalecer la balanza de pagos y 500 millones para iniciar la reestructuración del sistema financiero.
Para el analista económico Hernán Ramos, el gobierno ecuatoriano debería tratar de sacar ventaja de los bonos Brady. En ese sentido, Ramos se preguntó si no era moralmente lícito recurrir a las armas que se tienen cuando el país está entre salvarse o derrumbarse.
"Los bonos Brady son el cuco feroz para los tenedores de deuda. Sin embargo, para el gobierno ecuatoriano pueden convertirse en su fantasma salvador", aseguró Ramos.
Las autoridades económicas y monetarias del país desmintieron que Ecuador vaya a declarar una moratoria unilateral de pagos de su deuda. Sin embargo, las explicaciones fueron algo contradictorias.
El presidente del Banco Central, Modesto Correa, afirmó desconocer si la ministra de Finanzas, Ana Lucía Armijos, llevó a su reunión con representantes del FMI en Washington la propuesta de diferir el pago de 94 millones de dólares de intereses de bonos Brady, que vencen el 31 de agosto.
"No puedo confirmar ni negar esa noticia, pues tal planteamiento es responsabilidad exclusiva de Finanzas y de la Comisión de Deuda que se conformó para que se encargue del tema. Lo prudente es esperar el retorno de la ministra, este domingo, para que aclare la situación", recalcó.
Correa admitió que se registró nerviosismo en el mercado, al que atribuyó a que los agentes económicos están bien informados sobre el estado de las cuentas nacionales.
"Todos sabemos que dada la crisis no es fácil cumplir los compromisos de deuda, pero es necesario decirles que se hará todo lo posible para honrarla", agregó.
En torno del pago que debe efectuarse la próxima semana, Correa explicó que en el fideicomiso de deuda Brady existe una "mora técnica", que da al país la posibilidad de diferir 30 días el pago, contados desde la fecha de vencimiento.
Otra fuente del Banco Central señaló que los bonos Brady se renegociarán mediante "mecanismos de mercado" y anticipó que la ministra Armijos llegará a Quito este domingo desde Washington con novedades sobre la negociación.
El presidente de Ecuador, Jamil Mahuad, afirmó que su gobierno busca soluciones alternativas al problema de la deuda.
"Hay que analizar opciones alternativas. Queremos que sea una decisión que utilice mecanismos de mercado", aseguró Mahuad a IPS
A su regreso, Armijos se reunirá con Mahuad para informar de sus conversaciones con los organismos internacionales de crédito, sobre la repogramación de pagos de la deuda externa. Luego anunciará al país lo negociado en Washington y lo decidido por el gobierno ecuatoriano.
Hasta que se haga efectivo ese anuncio, el Ministerio de Finanzas cumplirá, con dificultades, el pago de los 94 millones de intereses de los bonos Brady que vencen este fin de mes.
Para el ex ministro de Finanzas Pablo Concha, diferir el pago de los bonos dentro de una reestructuración de la deuda es la única opción viable, porque significaría la liberación de recursos que hoy están comprometidos exageradamente frente a la realidad de la economía.
Concha calculó que Ecuador destina 54 por ciento del presupuesto al pago de deuda y que el próximo año destinaría más de 60 por ciento.
También explicó que el impacto financiero del volumen de bonos Brady no alcanza ni uno por ciento del total de papeles que circulan en el mercado.
"Lo que Ecuador puede renegociar es apenas 3.000 millones de dólares, es decir un 0,3 por ciento, insignificante en los mercados", precisó.
El banco de inversión estadounidense Lehman Brothers recomendó a Ecuador reestructurar su deuda externa "organizadamente con el FMI y el Club de París".
Según Lehman Brothers, Ecuador debe buscar alivio en las tasas de interés y no perdón de deuda.
"La crisis fiscal y el servicio de la deuda ilustran la realidad y demuestran que Ecuador no puede salir de su crisis a través de acciones fiscales estándar, debido a la severidad de la recesión", dijo la firma.
La aclaración de que Ecuador no declararía una moratoria unilateral transmitió cierta tranquilidad al mercado internacional.
Bancos de inversión y analistas económicos plantean la posibilidad de que Ecuador reestructure su deuda, lo que se justifica por la situación económica que atraviesa este país.
Lehman Brothers indicó a través de un boletín de prensa que la mejor estrategia para el país sería una reestructuración ordenada de su deuda externa organizada por el FMI y el Club de París, que reúne a los países industrializados deudores.
"La posición fiscal del Ecuador y lo que implica la dinámica en el servicio de la deuda ilustra un fuerte deterioro en el desempeño debido a la crisis. Específicamente, muestran que Ecuador no puede salir de su crisis a través de acciones fiscales estándar por causa de la severidad de la recesión", dijo.
Arturo Porzecanski, economista jefe para las Américas de ING Barings, calificó la situación por la que atraviesa Ecuador de muy delicada, por lo que requiere la ayuda de la comunidad internacional.
Por otra parte, este sábado llegó al país una nueva misión del FMI, encabezada por John Thonrton, para afinar los últimos detalles de la carta de intención que el gobierno y la entidad firmarían antes de fin de agosto. (FIN/IPS/kl/mj/if/99