La ONU exhortó a los vendedores de armamento a establecer un código de conducta voluntario para frenar el tráfico de armas ligeras y pequeñas, que terminan usándose contra la población civil en zonas de guerra.
"La comunidad empresarial internacional debe asumir sus responsabilidades sociales y morales y abstenerse de comerciar con bandos en conflicto que tengan… antedecentes de abusos contra poblaciones civiles y, sobre todo, contra los niños", dijo el subsecretario general Olara Otunnu.
Ante el Consejo de Seguridad de la ONU (Organización de las Naciones Unidas), Otunnu, el Representante Especial para la Infancia y los Conflictos Armados del foro mundial, dijo que existe la "urgente necesidad" de supervisar y controlar el tráfico.
Mujeres, niños y niñas son sistemáticamente atacados en algunos de los conflictos vigentes en el mundo, aseguró.
"La fácil disponibilidad de las armas ligeras facilita enormemente la violencia contra la población civil así como su empleo por los propios niños", expresó.
Igualmente, el tráfico ilícito en madera, oro y diamantes tiende a incentivar la maquinaria bélica responsable de los abusos contra mujeres y niños, agregó.
"Insto a la comunidad empresarial a asumir su responsabilidad en la materia. Exhorto a que desarrollen un código voluntario de conducta en sus propias industrias para corregir este serio problema", declaró.
En julio, otro funcionario de la ONU pidió una "asociación creativa" entre el organismo mundial y la industria internacional de armamento.
Jayantha Dhanapala, subsecretario general para Asuntos de Desarme, dijo que la industria de armamentos, "un sector estratégico de la economía mundial", está en excelente posición para ayudar a la ONU.
La industria debería promover una mayor transparencia y reducir el uso equivocado de armas adquiridas para servir a legítimas necesidades de seguridad nacional, dijo.
"Hago un llamamiento a ese sector industrial para que se nos una en el seguimiento de esa tarea importante. Trabajando juntos podemos servir a los principios fundamentales de paz y seguridad internacionales que siguen siendo la base de la Carta de la ONU", prosiguió.
La ONU, precisó, protagoniza iniciativas como la ayuda a los gobiernos para integrar a ex combatientes a la vida civil, reúne y destruye excedentes de armas y coordina estudios por grupos de expertos sobre diferentes aspectos específicos del problema de las armas ligeras y las municiones.
El año pasado, el Consejo de Seguridad realizó una reunión especial que se concentró especialmente en el problema de los niños atrapados en conflictos armados.
Otunnu, de Costa de Marfil, dijo que la reunión fue la primera en la historia de la ONU en que una resolución del Consejo de Seguridad se adoptó exclusivamente sobre el tema de los niños y los conflictos armados.
La resolución, aprobada unánimemente por los 15 miembros del Consejo, puso énfasis en las obligaciones de la comunidad internacional para proteger a mujeres y niños en tiempo de guerra.
"Debemos asegurarnos que la protección y las necesidades (de mujeres y niños) se tomen en cuenta en cualquier negociación de paz", agregó.
Otunnu se manifestó complacido de que esto se aplique en las negociaciones de paz actualmente en curso en Burundi, Sierra Leona, Sudán y Colombia.
El funcionario visitó Burundi, Colombia, Sierra Leona, Sri Lanka y Sudán en los últimos días y logró que varias facciones beligerantes se comprometieran a proteger a la población civil.
Los bandos prometieron permitir el acceso a poblaciones en las zonas que controlan, a no interferir en la distribución de bienes de asistencia, observar ceses del fuego humanitarios con el propósito de vacunaciones, no atacar escuelas u hospitales, no usar minas terrestres y no reclutar niños.
"La comunidad internacional debe respaldar firmemente esos compromisos", manifestó Otunnu al Consejo de Seguridad.
El Consejo de Seguridad, los gobiernos, las organizaciones regionales, los organismos de la ONU y las organizaciones no gubernamentales deben reforzar esos compromisos a través de sus propios canales e influencia, sostuvo.
Millones de niños sufren por causa de conflictos armados en 50 lugares del mundo.
Desde mediados de los 80 a mediados de los 90, dos millones de niños murieron, un millón quedó huérfano, seis millones seriamente heridos o inválidos, 12 millones quedaron sin hogar y 10 millones padecen serios traumas psicológicos, indicó la ONU.
Así mismo, más de 300.000 menores de 18 años luchan en conflictos armados en el mundo.
En la provincia yugoslava de Kosovo, 80 por ciento de los civiles afectados por la guerra son mujeres y niños. En toda la región de los Balcanes más de 250.000 niños fueron perjudicados por los combates, informó la ONU. (FIN/IPS/tra-en/td/mk/ego/aq/ip/99