La ONU adoptó medidas para minimizar la violencia en Timor Oriental luego del referéndum que se celebrará en dos semanas para decidir entre la independencia o la integración a Indonesia bajo un plan de autonomía.
Kofi Annan, secretario general de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) anunció que incrementará la fuerza policial del foro mundial en la antigua colonia portuguesa de 270 a 410 hombres luego de la votación del 30 de agosto.
Al mismo tiempo, dijo, los funcionarios militares de enlace desplegados deberían incrementarse a 300 para que puedan "cubrir todas las áreas" y coordinar sus actividades con el ejército indonesio, las milicias proindonesias y el movimiento armado independentista.
Las recomendaciones formuladas por Annan, aceptadas en el Consejo de Seguridad, reflejaron optimismo sobre la efectiva realización del referendum, postergado dos veces, y a la vez pesimismo por la atmósfera posterior a la votación.
"La situación en Timor Oriental será bastante delicada durante la fase interina, mientras el territorio se prepare para la aplicación del resultado de la consulta popular, cualquiera que sea éste", escribió Annan en un informe al Consejo.
"Las preocupaciones sobre seguridad no terminarán con el recuento de los votos", concordó la secretaria de Estado estadounidense, Madeleine Albright, en una declaración realizada en Washington.
"Funcionarios indonesios y líderes milicianos proindonesios sugirieron en los últimos días que una votación por la independencia provocará una violencia generalizada o incluso una guerra civil", señaló Albright.
"Esto es intimidación o algo peor. Es inaceptable. El retorno de la violencia generalizada a Timor Oriental sería una tragedia innecesaria", declaró la secretaria de Estado.
Añadió que Estados Unidos "cumplirá con su parte para robustecer la presencia de la ONU" luego de la votación.
El gobierno de Indonesia, que ocupa Timor Oriental desde 1975 y está a cargo de la seguridad del referéndum, declaró que aceptará el resultado de la consulta, aun si, como se prevé, la mayoría de los 440.000 votantes registrados optan por la independencia.
Sin embargo, funcionarios de la ONU temen que las milicias proindonesias, responsabilizadas por la última ola de violencia, y sus aliados del ejército reacciones negativamente si los timorenses orientales rechazan el plan de autonomía.
Algunos funcionarios iniciaron discusiones para un posible despliegue de una fuerza de paz luego del referéndum. Hasta ahora, sólo están presentes policías desarmados y funcionarios civiles de la Misión de Asistencia de las Naciones Unidas en Timor Oriental (Unamet).
No obstante, la mayoría de los líderes timorenses confían en que el gobierno de Bacharuddin Jusuf Habibie tendrá que aceptar aun la opción por la independencia sin mayores problemas.
"Habibie podrá no ser un demócrata al estilo Jefferson, pero es un pragmático", observó el líder independentista José Ramos Horta, coganador del Premio Nobel de la Paz 1996. "Aquellos que rechazan este acuerdo están cada vez más aislados", agregó.
Aunque Ramos Horta reconoció que algunos elementos del ejército indonesio —especialmente las célebres fuerzas especiales Kopassus o "cascos negros"— se beneficiaron de la ocupación de Yakarta durante 24 años, arguyó que el gobierno indonesio llegó demasiado lejos para volver atrás.
Incluso la líder opositora y candidata presidencial Megawati Sukarnoputri se retractó de declaraciones previas sobre que no permitiría la independencia de Timor Oriental, destacó Ramos Horta.
Sin embargo, advirtió, "la comunidad internacional debe atender seriamente la situación de seguridad en el territorio y realizar planes de contingencia para intervenir si es necesario".
Algunas naciones vecinas, como Australia y Nueva Zelanda, ya elaboraron planes para actuar en caso de que aumente la violencia en Timor Oriental, advirtió el líder independentista.
"Una banda de matones no puede obligar a las Naciones Unidas a empacar e irse", comentó.
La ONU, tuvo conversaciones con funcionarios indonesios sobre planes de seguridad posreferéndum, comenzó a presionar a todas las partes para que acepten los resultados de la votación.
Al mismo tiempo, aliados de Yakarta tratan de convencerla de que Indonesia se beneficiaría al respetar el resultado de la consulta, aún si ésta fuese favorable a la independencia.
Tal actitud "ayudaría a Indonesia en sus pretensiones de transformarse en un miembro respetado de la comunidad internacional", señaló Albright.
Además, "sería un paso importante hacia la renovación de los lazos con Estados Unidos y otras naciones democráticas", agregó la secretaria de Estado. (FIN/IPS/tra-en/fah/mk/mlm/ip-hd/99