Grupos de mujeres de Malasia procuran cambios en las actitudes de la sociedad hacia las mujeres y en la legislación sobre violación y otros delitos sexuales, mientras aumentan las denuncias de este tipo de ataques.
Cinco hombres que violaron a una mujer y la prendieron fuego pronto quedarán en libertad, después de pasar sólo cinco años en la cárcel.
Esto ocurrirá apenas unas semanas después de la brutal violación y asesinato de una estudiante de ascendencia india de 15 años, que provocó fuertes protestas públicas.
Los grupos de mujeres afirmaron que la sociedad parece estar enviando mensajes equivocados acerca de la violación, desde las leyes que absuelven muy fácilmente a quienes cometen ese delito hasta las nociones culturales de que está bien que los hombres sean agresivos y las mujeres deben sufrir en silencio.
"La violación es un tema que este país no manejó adecuadamente", dijo Ivy Josiah, de la Organización de Ayuda a la Mujer (WAO).
Los grupos de mujeres afirmaron que es terrible que en una nación mayoritariamente musulmana como Malasia haya cada vez más casos de violación, pero que es aun peor ver que las autoridades hacen muy poco para prevenir ese delito y ayudar a las víctimas.
En 1996 se registraron 1.071 casos de violación en Malasia, y la cifra aumentó a 1.323 en 1997. A mediados de 1998 los casos registrados ya eran más de la mitad del total del año anterior ese número.
En los últimos cuatro meses, los medios informaron de por lo menos un ataque sexual por día. El mes pasado, una mujer y su hija fueron violadas por el yerno de la primera, y una turista holandesa fue violada varios hombres en una plantación de caucho.
Las activistas aceptan que se debe tener en cuenta que la cobertura de los medios de comunicación y la mayor conciencia pública del problema alientan a cada vez más mujeres a denunciar los ataques sexuales.
Esto podría ayudar a explicar el aumento de los casos de violación registrados. Sin embargo, también señalaron que se estima que de 10 casos de violación, nueve no son denunciados.
Todo indica que esto obedece en parte a la legislación. Hace tiempo que los abogados tienen problemas con las leyes relacionadas con la violación y otros delitos sexuales.
Las activistas opinaron que las sentencias impuestas a quienes son declarados culpables de violación son demasiado leves. Los violadores sólo reciben azotes y condenas que no pueden sobrepasar los cinco años de prisión.
También hay problemas con la definición del delito. Según la ley local, sólo hay violación cuando un hombre penetra con su pene a una mujer por la fuerza. En consecuencia, la penetración por la fuerza con objetos como botellas o palos no constituye violación.
Las organizaciones no gubernamentales han pedido durante años que se modifique la ley que define y sanciona la violación y otros ataques sexuales.
La última modificación de esa norma fue realizada en 1989, cuando se estableció que la vida pasada de una víctima no podía utilizarse para desacreditarla durante un juicio.
Los grupos de mujeres dejaron de pedir la pena de muerte para los culpables de violación, por temor a que eso disminuyera el número de denuncias por parte de las víctimas que fueran violadas por sus padres u otros familiares.
Actualmente, la Sociedad de Acción de Todas las Mujeres (AWAM, por su sigla en inglés) pide que se elimine la exigencia de pruebas confirmatorias como heridas en los casos de violación, y que se otorguen compensaciones a las víctimas de ese delito.
La AWAM y otros grupos de mujeres señalaron que las deficiencias en la legislación reflejan las actitudes de la sociedad en relación con la violación, sus perpetradores y sus víctimas.
Ong Julynn, una investigadora de AWAM, lamentó que haya una gran tolerancia hacia los hombres que se jactan de ser "hombres de verdad" por sus habilidades sexuales. "La idea predominante de masculinidad incluye la agresividad, que conduce a la violación", afirmó.
Un psicólogo no quiso ser identificado señaló que siempre hay presión para que el hombre pruebe su virilidad, y que por eso "las violaciones perpetradas por grupos son más violentas".
"En esas situaciones cada hombre trata de probar su masculinidad a los demás. Si uno golpea a la mujer agredida, otro intentará ser aun más agresivo, tal vez introduciendo un objeto en la vagina de la víctima".
Josiah apuntó que cuando una mujer es observada maliciosamente y objeto de comentarios groseros, la mayoría de las personas espera que ignore tal comportamiento, porque "los hombres son así".
La sociedad es tolerante ante los comentarios de los hombres sobre sus presuntas habilidades sexuales, pero espera que las mujeres respeten un código de comportamiento muy conservador, añadió.
"Se dice que las mujeres víctimas de violencia, ya sea en forma de violación, abuso físico o acoso sexual, deben permanecer calladas. Pero esto no impide que las personas miren con desprecio a una mujer que fue violada, porque perder la virginidad implica un estigma social", aseguró Josiah.
Esta doble moral explica en gran medida la insensibilidad que prevalece hacia las víctimas de violación, incluso entre las autoridades y los trabajadores de la salud, afirmaron las activistas.
Con frecuencia se dice que las mujeres que fueron violadas sedujeron a los hombres y luego los acusaron de violación, dijo Julynn. En los hospitales las víctimas son sometidas a un examen físico muy agresivo. "En otras palabras, son víctimas de abusos otra vez", comentó.
Josiah sugirió que el gobierno realice programas de sensibilización respecto de las cuestiones de género para la policía, los funcionarios de los servicios de seguridad social y el personal médico que trabaja con víctimas de violación.
"No hay un sistema integral de apoyo para las víctimas de violación. Debería aplicarse un enfoque integral que incluyera el establecimiento de refugios para las víctimas y consejeros entrenados", agregó. (FIN/IPS/tra-en/rm/cb/at/mp/hd ip/99