La actitud contradictoria de Estados Unidos frente al dumping de petróleo y de acero, las múltiples quejas ante la Organización Mundial de Comercio (OMC), y la necesidad de exportar que tienen muchos países para recuperarse de crisis financieras auguran tiempos difíciles para el libre mercado.
El Departamento de Comercio de Estados Unidos no formuló cargos por "dumping" contra Arabia Saudita, México y Venezuela por inundar el mercado estadounidense con petróleo barato, lo cual fue considerado un triunfo para el libre comercio mundial y la economía de mercado.
El término "dumping" se refiere a la venta por debajo de los costos de producción, o con precios claramente inferiores al promedio en el mercado.
Esta decisión "eliminó el grave riesgo de trastorno del mercado petrolero mundial, cuyas consecuencias podrían haber sido desastrosas para todos, productores y consumidores", declaró el ministro de Energía de Venezuela, Alí Rodríguez.
Los pormenores de la última discusión sobre el petróleo son claros.
Un grupo de pequeños productores de Estados Unidos denunció que sus intereses fueron perjudicados por exportaciones baratas de crudo de Arabia Saudita, México y Venezuela, los mayores abastecedores a ese país que importa 55 por ciento del petróleo que utiliza.
Los productores afirmaron que las importaciones violaron leyes comerciales nacionales y normas internacionales contra el dumping y, por tanto, Washington debería protegerlos.
Un productor en Estados Unidos puede reclamar "daños materiales" actuales o potenciales, como la caída de las ventas, pérdida de beneficios y despidos de trabajadores.
El reclamo es válido si esos "daños" fueran el resultado de subsidios "desleales", aranceles desproporcionados, cuotas u otras trabas comerciales, o dumping descarado.
El lunes 9, el Departamento de Comercio declaró que el reclamo de los productores estadounidenses no fue comprobado y que los precios petroleros fueron fijados por el mercado.
El secretario mexicano de Energía, Luis Tellez, calificó el reclamo de "ridículo", pero reconoció que, de haber tenido éxito, habría provocado serias repercusiones comerciales, políticas y económicas.
Más del 70 por ciento de la exportación de petróleo mexicano se destina a Estados Unidos, unos 1,1 millones de barriles diarios.
En Washington, el secretario estadounidense de Energía, Bill Richardson, calificó el rechazo de la queja como "un doble triunfo para consumidores y productores locales de crudo".
De haber prosperado la demanda, habría puesto en peligro "relaciones estratégicas importantes" con México, Arabia Saudita y Venezuela, agregó.
El analista Robert Ebel, director de Energía y Seguridad Nacional del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, con sede en Washington, opinó que la decisión sobre la disputa petrolera tuvo en cuenta consideraciones políticas.
Una decisión a favor de los demandantes "no hubiera servido a los intereses de consumidores y productores y habría perjudicado los intereses nacionales", comentó.
La actitud estadounidense respecto del crudo contrasta con un anuncio anterior del presidente Bill Clinton de que Estados Unidos adoptará una línea dura en la OMC contra el dumping y bloqueará préstamos internacionales que incluyan subsidios para el acero.
Tras la crisis financiera asiática y la caída de la demanda del acero, muchos productores se volcaron al mercado estadounidense para proteger sus ingresos.
En efecto, prestamistas internacionales alentaron a Brasil, Corea del Sur y Rusia a aumentar sus exportaciones de acero para aliviar la presión financiera.
Funcionarios en Washington admitieron que algunos préstamos de emergencia para asistir a países afectados por la crisis podrían haber beneficiado indirectamente la producción de acero de esos países.
Además, la industria del acero habría sido respaldada indirectamente por préstamos del Banco Mundial para la infraestructura, si bien no se canalizó dinero a la producción porque en los últimos años el organismo da prioridad a la reforma industrial y la privatización.
Ahora parece que Estados Unidos será más rigurosos con los productores de acero. Muchos se preguntan cuál es la razón por esa diferencia de actitud respecto a los dos productos básicos.
Gary Hufbauer, un experto del Instituto de Economía Internacional en Washington, cree que la cuestión tiene que ver más con el peso político que con el comercio. Los demandantes en el caso del crudo eran pequeños productores que no tenían el apoyo de gigantes petroleros como Exxon-Mobil, Chevron y Texaco.
En el otro caso, la industria estadounidense del acero, sacudida por tres graves bancarrotas y más de 10.000 despidos en los últimos años, presiona al gobierno que, a su vez, procura retener la presidencia tras las elecciones del 2000.
Mientras Estados Unidos endurece su posición antidumping con miras a las reuniones de la OMC en Seattle previstas para noviembre, la organización deberá enfrentar una creciente lista de quejas de comercio desleal.
La OMC tiene pendientes más de 130 denuncias, la mayoría de países desarrollados y muchas vinculadas con dumping.
La lista incluye quejas de Europa y Japón contra una ley antidumping estadounidense de 1916 que violaría normas de la OMC, y otra de México contra Estados Unidos por dumping de melaza de maíz.
Washingon acusó a Corea del Sur de dumping de programas de computación, y Guatemala denunció a México por dumping de cemento, mientras Sudáfrica formuló quejas similares contra los productos farmacéuticos de India.
Todo indica que las disputas comerciales se agravarán, luego de que el Banco Mundial informara esta semana que los precios mundiales de productos básicos cayeron o caerán a un nivel histórico, y que no se prevé que la economía mundial se recupere a corto plazo.
Los productores buscarán aumentar sus exportaciones en la economía global en que hay poco optimismo fuera de Estados Unidos, y en que cada vez más países procuran proteger a sus productores domésticos de la "competencia foránea desleal".
En ese contexto, Hufbauer considera que Washington "está reclamando una posición de status quo" mediante la imposición de restrictivos acuerdos antidumping e indicando que "hará oídos sordos a Corea del Sur, Brasil y cualquier otro" con propuestas de reformas.
Luis Giusti, ex presidente de Petroleos de Venezuela S.A., opinó que la decisión de rechazar la propuesta petrolera "es sólida y justa y debería hacer que todos den un suspiro de alivio. Allana el camino para un clima de negocios orientado al mercado, a lo cual aspira cada país, y sobre todo Estados Unidos".
Pero eso sigue siendo sólo una probabilidad. (FIN/IPS/tra-en/cr/mk/ego/aq/if/99