Colombia advirtió hoy al presidente venezolano Hugo Chávez que su eventual colaboración con el proceso de paz de este país no puede llevarlo a intervenir indebidamente en asuntos internos.
El canciller colombiano Guillermo Fernández dijo que confía en la sensatez de Chávez, quien se manifestó dispuesto al diálogo con la guerrilla de Colombia tras la liberación de ocho pasajeros de un avión venezolano obligado por secuestradores a aterrizar en este país.
"El presidente Chávez es soberano para tomar determinaciones en su territorio, pero no en Colombia", y de hacerlo así "incurriría en intromisión en los asuntos internos de nuestro país" expresó Fernández, al referirse a las declaraciones del mandatario venezolano.
Chávez agradeció este lunes a las insurgentes Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) la devolución del avión y de los ocho pasajeros y consideró un buen indicio que los rebeldes no pidieran rescate.
El presidente venezolano, quien ha manifestado disposición a facilitar el proceso de paz colombiano, dijo que no tendría inconveniente en reunirse con las FARC "si ello contribuyera" a la solución del conflicto armado.
Fernández indicó que Colombia acepta la contribución que Chávez o de cualquier otro gobernante, siempre que se "atiendan los parámetros con los cuales nosotros hemos sugerido la cooperación".
Todo gobierno extranjero que se proponga prestar su ayuda al proceso de paz debe aguardar "la solicitud expresa de Colombia" y respetar el principio de "no intervención en los asuntos internos", aclaró el canciller.
Venezuela se ciño a esas condiciones para facilitar en febrero conversaciones en su territorio entre representantes del gobierno colombiano y del Ejército de Liberación Nacional, la segunda fuerza guerrillera de Colombia.
La aeronave de la compañía venezolana Aviones de Oriente fue secuestrado el 30 de julio, cuando cubría la ruta Caracas- Guasdualito, en la frontera con Colombia, y aterrizó en una zona controlada por las FARC, en el departamento colombiano de Arauca.
El grupo rebelde negó responsabilidad en el hecho y lo atribuyó a venezolanos adversarios de Chávez, para anunciar la próxima entrega de los cuatro secuestradores del avión.
La versión de las FARC fue recibida con escepticismo por el jefe de las Fuerzas Armadas de Colombia, Fernando Tapias, quien la consideró "una buena novela".
Resulta "una dudosa coincidencia" que estos presuntos opositores del gobierno llegaran "precisamente a la pista clandestimna de las FARC", observó Tapias.
Comunicaciones interceptadas por los servicios de inteligencia indicaban que el avión se encontraba en poder de las FARC, y el ministro de Defensa, Luis Ramírez, dijo que las investigaciones preliminares identifican a la organización guerrillera como responsable del secuestro.
"Hay algunas informaciones de que los secuestradores fueron miembros de las FARC" que habrían actuado en forma "no coordinada" con el mando de la organización, declaró Ramírez.
Las autoridades colombianas investigan la versión de que el avión fue desviado para transportar armas a Colombia, difundida por uno de los pasajeros liberados, Víctor Arellana, de la Policía Técnica de Venezuela.
Arellana aseguró este martes a la radioemisora colombiana Caracol que los secuestradores "se identificaron como (militantes) de las FARC y dijeron que necesitaban la aeronave para transportar un lote de armas".
Otros observadores creen que el secuestro pudo ser realizado por sectores opuestos al diálogo entre el gobierno y las FARC. Se trataría de guerrilleros afiliados a la llamada "linea dura" de las FARC o de grupos paramilitares apoyados por la extrema derecha.
Algunos analistas afirman que el décimo frente de las FARC, encabezado por Germán Briceño, conocido con el alias de "Grannobles", se opone al diálogo con el Poder Ejecutivo.
El décimo frente de las FARC asesinó a principios de este año a tres estadounidenses defensores de los derechos indígenas, cuyos cadáveres fueron encontrados en territorio venezolano.
Los jefes de las FARC expresaron rechazo por el crimen, que puso fin a los contactos directos entre esa organización y el gobierno de Estados Unidos para la erradicación de cultivos ilícitos de coca.
El mando insurgente aseguró que los culpables del asesinato de los tres activistas estadounidenses serían castigados, por todavía no ha cumplido ese compromiso.
Otra hipótesis sobre el secuestro del avión, recogida por el diario El Tiempo, supone que los guerrilleros se proponían vender el aparato a narcotraficantes.
"Al parecer, el avión que las FARC consiguieron no llenaba los requisitos que exigían los narcos y se deshizo el negocio", indico este martes el diario colombiano.
Veinte aviones fueron secuestrados desde 1994 en Venezuela. En cuatro casos la responsabilidad fue de los insurgentes colombianos y en los restantes, de traficantes de drogas. (FIN/IPS/yf/ff/ip/99