El asesinato hoy en Colombia del periodista y humorista Jaime Garzón causó conmoción en los medios de prensa, que hacen el recuento de las numerosas víctimas que tuvieron en las dos últimas décadas.
Garzón, uno de los más destacados humoristas de televisión y radio en Colombia, fue asesinado a escasos metros de la emisora Radionet, en la que participaba en un espacio periodístico de la mañana.
El presidente Andrés Pastrana, a quien Garzón caricaturizó con frecuencia, pese a la amistad que los unía, condenó el asesinato "del más célebre de los periodistas-humoristas de Colombia" y prometió que este caso no quedará impune.
"Jaime (Garzón) se identificaba con el sentimiento de los colombianos a través de los personajes que creó", dijo Pastrana a Radionet.
Con Garzón son 126 los periodistas asesinados en Colombia en los últimos 20 años, según la Fundación para la Libertad de Prensa. La mayoría de los casos han quedado en la impunidad.
Esos asesinatos no están desligados de la situación general del país, donde anualmente se perpetran unos 28.000 homicidios, señaló la Fundación.
"Aunque parezca descarnado, el asesinato de 13 periodistas al año no es un índice anormal en un país" de tan alta inseguridad pública, comentó a IPS Ignacio Gómez, del diario El Espectador y miembro de la Fundación.
La Fundación para la Libertad de Prensa afirmó en mayo que "organizaciones criminales", fuerzas irregulares e "integrantes del universo político-administrativo del país", manifiestan con el asesinato de periodistas su intención de vulnerar el derecho a la información.
Garzón fue muerto por dos hombres que circulaban en una motocicleta de color blanco y le efectuaron cinco disparos cuando esperaba en su vehículo el cambio del semáforo para cruzar la vía.
Las radioemisoras Radionet y Caracol recibieron llamadas telefónicas de supuestos paramilitares de derecha que se responsabilizaron del crimen. Pero la organización paramilitar Autodefensas Unidas de Colombia libró un comunicado para desmentir esa versión.
El jefe de la policía, Rosso Serrano, atribuyó el crimen a "personas intolerantes" que atacan a quienes trabajan por la paz.
Garzón combinaba su oficio periodístico y de humorista con su condición de integrante de la comisión de la sociedad civil que intenta reactivar el diálogo del gobierno con el insurgente Ejército de Liberación Nacional.
El desmentido de los paramilitares fue recibido con escepticismo por Serrano, quien señaló que las fuerzas de seguridad que ya han elaborado retratos hablados de los asesinos con las descripciones suministradas por testigos .
Según representantes de Radionet, Garzón había recibido mensajes para advertirle un plan de los grupos paramilitares para asesinarlo.
Garzón colaboró con Pastrana en la campaña de éste para las elecciones municipales de 1977 en Bogotá y posteriormente fue elegido alcalde del municipio de Sumapaz, del central departamento de Cundinamarca.
Entre 1993 y 1997 realizó dos programas de televisión en los que caricaturizaba hechos de la vida política y criticaba casos de corrupción, en especial la financiación del narcotráfico de la campaña electoral de Ernesto Samper, presidente entre 1994 y 1998.
El secretario General de la Organización de Estados Americanos, César Gaviria, dijo que Garzón hizo significativas contribuciones a Colombia al describir situaciones con franqueza crítica.
"La pérdida de su voz crítica va a ser muy sentida por todos los colombianos" declaró Gaviria, presidente de Colombia en el período 1990-1994.
Mientras, el jefe de las Fuerzas Armadas, Fernando Tapias, advirtió que el asesinato de Garzón aumentará la polarización de la sociedad colombiana. (FIN/IPS/yf/ff/hd cr/hr