CARIBE: Tormentas anuncian fuerte temporada de huracanes

La tormenta tropical "Dennis", que se formó hoy en el océano Atlántico y se cierne sobre Bahamas, es sólo una de varias que amenazaron al Caribe en los últimos días y que se sucederán hasta noviembre, cuando termine la temporada de huracanes.

A fines de la semana pasada, las autoridades seguían el paso de la tormenta "Cindy", que durante el fin de semana se convirtió brevemente en el tercer huracán de la temporada, como se temía.

Las tormentas, que deben tener al menos 62 kilómetros por hora, se transforman en huracanes cuando superan los 119 kilómetros por hora.

Las dos anteriores, "Arlene" y "Brett", no representaron un peligro para la región.

El lunes, el Centro Nacional de Huracanes (CNH) de Estados Unidos anunció que Cindy se había debilitado y convertido en tormenta tropical, sin tocar tierra. Pero la región tuvo poco tiempo para celebrar la noticia.

La noche del lunes, los meteorólogos temían que otros dos sistemas de nubes que se habían desarrollado cerca de Puerto Rico causaran fuertes lluvias en ese país y en Islas Vírgenes (Estados Unidos). Este martes, el CNH advirtió de la formación de la tormenta tropical Dennis, que amenaza a Bahamas.

"Seríamos tontos si no nos preocuparan (los sistemas de nubes). Existen y se están desarrollando. En uno o dos días, podrían representar una amenaza para alguien", declaró Jerry Jarrell, director del CNH.

Antes del comienzo de la temporada en junio, Jarrell había advertido a la prensa de Miami que la actividad de tormentas y huracanes iba a ser superior al promedio este año.

El Centro de Predicción Climática de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) hizo un pronóstico similar en mayo.

"Existen fuertes probabilidades de que haya al menos tres grandes huracanes este año. La mayor parte ocurrirá en los tres meses de mayor actividad de la temporada", de agosto a octubre, explicó el centro estadounidense.

El oceanógrafo de la Universidad de Colorado William Gray predijo 14 tormentas tropicales para esta temporada, de las cuales 10 se convertirían en huracanes, y tres de ellos serían intensos.

Pero hasta mediados de este mes, sólo una de las tormentas había adquirido la magnitud suficiente como para que los meteorólogos la bautizaran. Arlene nació el 11 de junio, entre Bermuda y Puerto Rico, y creció hasta convertirse en tormenta tropical el día siguiente, pero se disipó sin llegar a tierra.

En Islas Vírgenes (Estados Unidos), que sufrió grandes destrozos por las tormentas de 1989, 1995 y 1996, el director de la Agencia de Emergencia Territorial, Gene Walker, advirtió a los habitantes que "no deben dar nada por sentado, porque esta (temporada) podría ser muy difícil".

En San Vicente, la Cruz Roja está en campaña para poner en marcha nuevamente a los comités de desastre locales. En Santa Lucía, que no sufre el paso de huracanes desde hace más de una década, el Coordinador de Preparación para Desastres, Timothy James, protesta porque muy pocas personas toman el riesgo en serio.

En una conferencia sobre desastres regionales celebrada en Miami, Barbara Carby, de Jamaica, manifestó su inquietud por la pasividad de la población.

"La gente no debe pensar que la temporada va a ser lenta porque haya comenzado tardíamente", dijo Gray, quien confirmó el pronóstico que hizo a principios de abril y que repitió a fines de mayo.

"El que hayamos tenido sólo una tormenta nominada hasta el momento y ninguna en julio no significa mucho. Hubo años muy activos en los que no ocurrió nada hasta mediados o fines de agosto", advirtió.

"Todo nos indica que va a ser una temporada muy activa, y que sucederá en un lapso muy reducido", aseguró Max Mayfield, el vicedirector del CNH.

"La falta de actividad (al principio de la temporada) no es un indicador confiable de las condiciones durante el resto de la temporada. Así mismo, incluso en años activos hay períodos alternantes de actividad e inactividad durante el período de agosto a noviembre", declaró la NOAA.

Las advertencias no deberían ser necesarias. Algunos de los huracanes más devastadores de la región ocurrieron en la segunda parte de la temporada. "Gilbert" en 1988, "Hugo" en 1989, "Andrew" en 1992, "Luiz" en 1995, y "Georges" y "Mitch" el año pasado ocurrieron tarde en la temporada.

Pero si la historia y las reiteradas advertencias de científicos y técnicos no llamaron la atención del público, seguramente lo hizo la mayor actividad de los últimos días. (FIN/IPS/tra-en/ps/cb/aq/en/99

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