La persistencia del conflicto comercial entre Argentina y Brasil obligó a postergar las reuniones que técnicos y viceministros del Mercosur que se habían convocado para el miércoles y jueves pasado en Montevideo con el fin de buscar una salida a la crisis del bloque.
Fuentes de la cancillería uruguaya dijeron a IPS que los dos mayores países del Mercosur (Mercado Común del Sur), que incluye también a Paraguay y Uruguay, no pudieron llegar a entendimientos antes de la fecha prevista inicialmente para las reuniones, que "podrían" realizarse la semana próxima.
"Las reuniones tendrán que realizarse, porque así se acordó a nivel político, pero todo parece indicar que no será posible encontrar siquiera un principio de solución", estimaron las fuentes.
La posibilidad de un acuerdo entre Argentina y Brasil "es remota", en especial porque funcionarios brasileños han dicho que su negociación definitiva será con el próximo gobierno argentino, añadieron.
Las elecciones de Argentina se realizarán el 24 de octubre y el nuevo presidente asumirá el 10 de diciembre. Todas las encuestas indican que triunfará Fernando de la Rúa, el candidato de la actualmente opositora Alianza.
"El próximo presidente argentino será quien asista a la cumbre presidencial del Mercosur que se llevará a cabo en Uruguay a fines de diciembre", remarcaron los informantes.
En las últimas horas se produjeron múltiples contactos entre los cancilleres de Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, pero la firmeza en la posición de los dos primeros se mantuvo inalterable.
El martes llegaron a Montevideo el subsecretario general para Asuntos Políticos de Brasil, Ivan Cannabrava y el director general del Departamento de las Américas de ese país, Antonio Mena, "con el fin de mantener consultas políticas" con el gobierno uruguayo, dijeron fuentes de la embajada de Brasil.
Las reuniones que debían realizarse el miércoles y jueves pasados fueron decididas el día 6 por los cancilleres y ministros de Economía del Mercosur, en instancias celebradas en Montevideo para tratar de conciliar las posiciones de Argentina y Brasil.
Aquela reunión tuvo como marco reproches y pullas entre el canciller y el ministro de Economía de Argentina, Guido Di Tella y Roque Fernández, respectivamente, y sus colegas brasileños Luiz Felipe Lampreia y Pedro Malán.
Se resolvió convocar por primera vez al Grupo de Seguimiento de la Coyuntura, integrado por técnicos, y al Grupo de Coordinación de Políticas Macroeconómicas, integrado por viceministros, para que analizaran la situación y aconsejaran soluciones.
Ambos grupos fueron creados a comienzos de junio, por una cumbre del Mercosur realizada en Asunción.
Sus objetivos son buscar soluciones para compensar los desequilibrios comerciales en el área, evitar la aplicación de medidas proteccionistas unilaterales, y avanzar hacia la meta de coordinar las políticas macroeconómicas.
Los conflictos comerciales entre Argentina y Brasil se agudizaron desde la depreciación del real en febrero, y la actual crisis comenzó el 13 de julio, cuando Buenos Aires anunció que aplicaría medidas de salvaguardia para limitar el ingreso de productos textiles, aplicando normas de la Organización Mundial del Comercio (OMC).
Brasil anunció que discutiría esas medidas en el marco de la OMC.
El 26 de julio Argentina reglamentó además el régimen regional de salvaguardias establecido en 1987 en la Asociación Latinoamericana de Integración. Esa decisión, la más resistida por Brasil, tuvo el propósito central de proteger la producción argentina de calzado, acero laminado en caliente y papel.
El 29 de julio, el presidente argentino Carlos Menem se reunió en Brasilia con su par brasileño Fernando Henrique Cardoso, y decidió dejar sin efecto la decisión que había adoptado tres días antes.
Sin embargo, Argentina insiste en que Brasil debe otorgarle algún tipo de compensación por el quiebre de la relación de precios en dólares entre ambos países que se produjo tras la depreciación del real, y causó una brusca caída de las exportaciones argentinas a Brasil.
Durante la cumbre de junio en Paraguay, Argentina propuso sin éxito un mecanismo con ese objetivo.
Aquella iniciativa preveía que un país del Mercosur pudiera adoptar medidas proteccionistas "durante un período estrictamente limitado", cuando otro "procesara una modificación del tipo de cambio que alterase las condiciones de competencia".
Argentina planteó que esas medidas proteccionistas debían ser autorizadas por el Grupo Mercado Común (integrado por los negociadores de los cuatro socios), previa consulta a un comité de técnicos.
Brasil adoptó en enero un régimen de cambios flotante, pero su Banco Central interviene en el mercado cuando las autoridades económicas lo consideran conveniente.
Argentina mantiene el tipo de cambio fijo, Uruguay tiene una banda de flotación controlada del precio del dólar, y Paraguay ha dejado flotar a su moneda luego de que se depreciara.
El lunes 16 Lampreia reiteró que la posición de Brasil ante las demandas argentinas es inamovible.
El cancilller brasileño dijo al diario Folha de Sao Paulo que los sectores económicos argentinos que reclaman a su gobierno protección arancelaria "son esencialmente los mismos que ya recibieron tratamiento especial entre 1991 y 1998, pues tuvieron protección tarifaria hasta fines del año pasado".
Mientras, en Brasil, esos mismos sectores "supieron ajustarse a los desafíos de la competencia internacional y dieron grandes saltos de calidad y productividad. No deben ser castigados por las quejas de quienes no se actualizaron", dijo Lampreia. (FIN/IPS/rr/mp/ip if/99