El Mercosur ingresó en terapia intensiva, tras dos jornadas de negociación en la capital de Uruguay que no bastaron para resolver la crisis generada por el enfrentamiento entre Argentina y Brasil.
Ante la imposibilidad de un acuerdo, los cancilleres y ministros de Economía de Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay resolvieron el viernes convocar a dos grupos de trabajo, integrados por técnicos y viceministros, que deberán elaborar propuestas en un mes a partir de su primera reunión el día 18.
Uno de los grupos de trabajo, conformado por negociadores técnicos, realizará el seguimiento de flujos comerciales en el Mercosur y con clientes externos, y el segundo, a integrarse por viceministros, elaborará propuestas de coordinación macroeconómica.
Las rígidas posiciones de los socios mayores del Mercosur (Mercado Común del Sur) obligaron a postergar de ese modo la búsqueda de soluciones para compensar los desequilibrios comerciales en el área y evitar la aplicación de medidas proteccionistas unilaterales.
El propio canciller de Argentina, Guido Di Tella, admitió antes de reunirse con sus pares que esa tarea comenzará cuando asuma el 10 de diciembre el próximo gobierno de su país, que será elegido el 24 de octubre.
"No es necesario que cada vez que se encuentran los ministros salgan resoluciones precisas. Lo importante es que el proceso siga adelante", dijo el ministro de Economía de Brasil, Pedro Malán, en un intento por evitar conclusiones pesimistas de los observadores.
"El Mercosur es un proceso. Lo importante es que la nave va", agregó Malán.
Los dos grupos de trabajo que se pondrán en funcionamiento este mes fueron creados en la reunión de presidentes celebrada en Paraguay en junio, y su integración y funcionamiento había sido postergado hasta ahora.
A partir de su primera reunión tendrán 30 días para emitir informes sobre la situación arancelaria, impositiva y de evolución de la economía en los cuatro países del bloque.
La medida fue tomada luego de duras discusiones entre los ministros a raíz de la decisión argentina del 26 de julio de aplicar medidas de salvaguardia a todas los productos importados de América Latina.
El gobierno de Argentina, bajo presión de Brasil, excluyó la semana pasada al Mercosur de estas medidas, tomadas a instancias del sector privado, que atraviesa una difícil situación, con repercusiones en los ingresos fiscales, la producción y el empleo.
Los problemas comenzaron el 13 de enero, cuando Brasil, principal cliente comercial de Argentina —y de Paraguay y Uruguay— devaluó su moneda, con la consiguiente pérdida de competitividad de sus socios en el Mercosur.
Entre enero y junio, el comercio de Brasil con el bloque, que entre 1991 y 1998 se había multiplicado por cinco, cayó 15 por ciento respecto de 1998.
Pero también Argentina vio caer 26,9 por ciento sus ventas hacia el resto del Mercosur, luego de multiplicarlas casi por nueve entre 1991 y 1998.
Tras una fuerte reacción de Brasil, que calificó las medidas de salvaguardia argentinas de acción inconsulta y al margen de las normas del Mercosur, Buenos Aires dio marcha atrás en todas las decisiones que afectaban al Mercosur.
Brasil advirtió que recurrirá a la Organización Mundial del Comercio si Argentina insiste en decisiones proteccionistas.
Los delegados brasileños llegaron a Montevideo dispustos a no aceptar otra cosa que la aplicación de las normas del Mercosur. Desde el 1 de enero de 1997, los integrantes del bloque no pueden aplicar cláusulas de salvaguardia a las importaciones de los restantes socios, según interpreta Brasil.
Argentina pretendía imponer "medidas especiales y transitorias para neutralizar los efectos en el comercio" dentro del Mercosur de "relevantes disparidades macroeconómicas".
Uruguay, por su parte, instó a la convocatoria del Grupo de Alto Nivel de Coordinación de Políticas Macroeconómicas, y Paraguay propuso que el Grupo de Seguimiento de Coyuntura Económica y Comercial elevara propuestas para hacer frente a las alteraciones de competencia de la región.
La discusión entre Argentina y Brasil "llegó por momentos a hacer pensar que alguien se levantaría de la mesa y golpearía la puerta", dijo a IPS uno de los participantes de la reunión. (FIN/IPS/mj-rr/ff/if/99