La batalla de los agricultores brasileños contra el arroz importado de Argentina parece sugerir la necesidad de concertación en el Mercado Común del Sur (Mercosur) para enfrentar los avatares de las cosechas y los conflictos que ocasionan.
Una conjunto de factores determinó un excedente de dos millones de toneladas de arroz en el área del Merecosur. En Brasil, el principal mercado para el arroz del bloque, con un consumo anual de 11,7 millones de toneladas, el precio cayó 35 por ciento en reales.
El saco de 50 kilos de arroz se cotiza ahora en Brasil en cerca de 7,5 dólares, menos de la mitad del mejor precio del año pasado, y al impacto de esa variación debe sumarse la devaluación de la moneda en enero.
Los buenos precios de 1998, impulsados por una cosecha brasileña de sólo 8,6 millones de toneladas, insuficiente para satisfacer la demanda, estimularon los argentinos a aumentar este año su producción hasta 1,6 millones de toneladas.
Ese aumento de 40 por ciento del área sembrada en Argentina fue la causa principal del actual exceso de oferta, que deprimió los precios, señaló Antonio Eloi Paz, presidente de la brasileña Federación de las Asociaciones de Arroceros de Río Grande del Sur (Federarroz).
El consumo no absorbe en Argentina ni un décimo de la cosecha lograda, según Paz, que acusó a los exportadores argentinos de practicar "dumping", por vender a Brasil sus grandes excedentes a precios inferiores al costo de producción.
Federarroz promovió el martes el bloqueo del principal paso fronterizo entre Argentina y Brasil, en la localidad de Uruguaiana. La protesta, de una duración prevista de 24 horas, fue prácticamente simbólica, porque los empresarios argentinos retuvieron sus camiones de arroz.
Luego, el ministro de Agricultura de Brasil, Marcus Pratini de Moraes, anunció que el gobierno está dispuesto a ofrecer créditos adicionales a los productores de arroz, para retirar unas 500.000 toneladas del mercado.
El gobierno ya había financiado la retención de 400.000 toneladas como reservas.
Así mismo, de Moraes convocó a los dirigentes arroceros a una reunión el lunes en Brasilia, para discutir nuevas medidas de solución.
Los arroceros de Río Grande del Sur, un estado del extremo sur de Brasil que concentra mitad de la producción nacional de arroz, solicitan que el gobierno exporte 500.000 toneladas de grano para evitar una excesiva acumulación de existencias en los silos que podría mantener el próximo año la presión a la baja de precios.
El problema es que el arroz es de difícil exportación, especialmente para un país que tradicionalmente lo ha importado y no tiene experiencia en los mercados externos del producto.
La mayoría de los países arroceros destinan sus cosechas al consumo interno y el comercio internacional está limitado actualmente a 23 millones de toneladas, seis por ciento de la producción mundial.
Brasil importó dos millones de toneladas en 1998, a causa de la pérdidas de cosechas por problemas climáticos. Pero este año reducirá sus compras a la mitad, calculó la Compañia Nacional de Abastecimiento, del Ministerio de Agricultura .
En realidad, con una cosecha de 11,4 millones de toneladas, el déficit brasileño es de solamente 300.000 toneladas, aunque la importación es necesaria para recomponer existencias.
Argentinos y uruguayos pierden así el gran mercado para sus excedentes de casi 2,5 millones de toneladas. Tendrán que buscar alternativas, dijo Paz, ya que fueron informados con antelación del aumento de la producción brasileña por la ampliación del área cultivada e incremento de la productividad.
Federarroz intentó ponerse en contacto durante la manifestación en Uruguaiana con los productores de Argentina y Uruguay, para acordar acciones comunes, pero sólo los uruguayos concurrieron a la reunión. Los arroceros argentinos no están organizados, comentó Paz.
Con Uruguay es más facil la concertación, incluso porque buena parte del arroz uruguayo es producido por agricultores brasileños que cruzaron la frontera en busca de tierras de bajo precio y más adecuadas para la siembra. (FIN/IPS/mo/ff/dv if/99