/BOLETIN-INTEGRACION/ MERCOSUR: Argentina se prepara para crisis en Brasil

La moneda en Brasil sigue contra las cuerdas y la vecina Argentina, que está a casi dos meses de elecciones presidenciales, debate con qué herramientas enfrentar una eventual oleada de nuevos azotes del socio mayor del Mercosur.

Tras la devaluación del 13 de enero, la presión cambiaria retornó a Brasil en las últimas semanas provocando una depreciación casi diaria de la moneda hasta rondar los dos reales por dólar. En Argentina, la cotización del peso sigue a la par del dólar.

La Unión Industrial Argentina emergió en esta batalla como el grupo más combativo, a la vanguardia de los sectores empresarios. La entidad fabril se manifiesta como la más afectada por la devaluación brasileña de enero, aunque el impacto fue diferenciado por sectores.

La Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas informó que la producción industrial cayó 12,3 por ciento en los primeros siete meses de 1999. Mientras, la información oficial indica que en julio el retroceso fue de 14 por ciento, el más alto en 10 años.

La gravedad del deterioro se manifiesta en que hasta rubros como alimentos o lácteos, que dependen de una demanda inelástica, marcaron un retroceso destacado.

El presidente de la entidad, Osvaldo Rial, sostuvo el jueves que "el destino de la relación con Brasil se está complicando" por la depreciación que se registra día a día en ese país. Así mismo, declaró que "el diálogo con ese país es bastante complicado".

La devaluación de la moneda en Brasil desencadenó en enero una serie de conflictos por la mayor competitividad conseguida por los precios de la producción brasileña que pugna con la de Argentina, la caída en las compras brasileñas y el aumento de sus exportaciones.

Esos flujos comerciales, que cambiaron de sentido respecto de los últimos años, estuvieron seguidos por trabas de diversa índole en uno y otro país, que no se condicen con los compromisos de integración hacia una unión aduanera asumidos por el bloque regional.

En este marco, la Unión Industrial Argentina celebró desde el miércoles una asamblea en la provincia de Córdoba, a la que asistieron el presidente Carlos Menem y los candidatos presidenciales para las elecciones del 24 de octubre.

En principio los industriales propusieron un acuerdo social para salir de la recesión, del que se hizo eco el presidente Menem. Luego, según se adelantó, llegará el planteo de formar un "grupo productivo" que reemplace al actual grupo de presión de los empresarios.

El actual Grupo de los Ocho está integrado por industriales, comerciantes, constructores, dirigentes de la Bolsa de Comercio, banqueros y dirigentes ruralistas. Pero la actual conducción de la entidad fabril quiere dejar afuera a banqueros y agentes de bolsa.

Así mismo, el nuevo perfil que busca dar la Unión Industrial Argentina al grupo de presión se completaría con las organizaciones que nuclean a pequeños y medianos productores agropecuarios, que hoy están fuera del círculo que hasta ahora había sido aliado del gobierno.

Los industriales, o, al menos, un sector importante de la entidad, creen que, dadas las circunstancias de crisis, la situación podría agravarse en los próximos meses con la depreciación del real, por lo que deben separarse de los sectores financieros demasiado interesados en el ajuste fiscal.

Rial sostuvo en Córdoba que una de las principales inquietudes de los industriales es saber qué harían para revertir el retroceso económico los candidatos presidenciales en caso de llegar al gobierno, y cómo encararían la relación con Brasil.

El diálogo con ese país está prácticamente suspendido después de la última reunión de ministros de Economía y cancilleres Mercosur que se realizó en Montevideo el día 6. Brasil sugirió retomar las negociaciones cuando el nuevo gobierno de Argentina asuma el 10 de diciembre.

En el marco de esas discusiones, el ministro de Economía de Argentina, Roque Fernández justificó la sanción de salvaguardias en su temor, expresado ante empresarios y luego negado en público, de que el real se vuelva a depreciar con fuerza antes de fin de año.

Como un adelanto del tipo de sugerencias que llevarán los industriales a oídos de los candidatos, el empresario Roberto Rocca, dueño del consorcio ítalo-argentino Techint, advirtió que el nuevo gobierno deberá estudiar una flexibilización de la paridad cambiaria.

Rocca señaló que la relación de un peso por cada dólar que se inauguró en Argentina con el plan de convertibilidad en 1991 "no es para siempre", y recomendó al próximo gobierno que, una vez consolidado, anuncie un régimen de fluctuación.

El empresario admitió que en Argentina existe una traba psicológica para levantar las restricciones cambiarias, porque el país tuvo una triste historia de alta inflación, devaluaciones bruscas y nuevas alzas de precios, pero confió en que ese "trauma" sea superado. (FIN/IPS/mv/mj/if/99

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