El aumento de la contaminación provocada por una compañía méxicana que construye una autopista contigua a la bahía de la capital panameña ha generado polémica y malestar entre millares de personas afectadas por el proyecto.
Pobladores de las barriadas Campo Limbergh, Romeral y Casablanca bloquearon los accesos al Corredor Sur en señal de protesta por el uso de las estrechas calles de esa zona residencial como vías de salida e ingreso a la autopista.
En tanto, los vecinos de las barriadas San Francisco, Coco del Mar, San Sabastián, La Playita y Boca la Caja, contiguas a un tramo de seis kilómetros de autopista que se está construyendo sobre el mar, denunciaron que la obra provoca el aumento de la contaminación de las aguas.
Esa parte de la autopista será inaugurada a fines de este mes, mientras que el tramo terrestre, de unos 13 kilómetros de extensión, fue habilitado a principios de julio.
Los vecinos de estas cinco barriadas ubicadas sobre el sector sudoeste de la capital, se han organizado en el comité Campaña Ciudadana Frente al Corredor Sur y cuentan con el apoyo de la Fundación para la Libertad Ciudadana y la Defensoría del Pueblo.
La obra, de 19 kilómetros de extensión desde el centro de la capital hasta el aeropuerto internacional Tocumen, fue otorgada por concesión administrativa a la compañía Ingenieros Civiles Asociados (ICA).
ICA recuperará la inversión de 222 millones de dólares mediante el cobro de peaje durante 30 años, así como por la venta de unas 30 hectáres de tierras del antiguo aeropuerto para vuelos domésticos Paitilla y un relleno de otras 40 hectáres sobre la bahía cedidos por el Estado como parte de pago de la obra.
Pese a que el Corredor Sur está orientado a resolver el grave congestionamiento de tránsito en esa parte de la ciudad, los vecinos de las barriadas contiguas a la autopista aducen que perderán su anterior calidad de vida por el ruido y la contaminación.
La manzana de la discordia es un terraplén de unos tres kilómetros de extensión construido por ICA sobre la bahía por donde pasará una parte de la autopista, lo que según los vecinos del lugar va a impedir el reflujo normal de las aguas en la costa y aumentará la sedimentación y los malos olores.
En esa zona descargan varios tubos colectores de aguas servidas, el supercontaminado río Matasnillo y más de 50 tuberías clandestinas que quedarán parcialmente bloqueadas por el terraplén.
Otros tres kilómetros de autopista construidos sobre pilotes a lo largo de la costa no representan problema.
A esa situación se le agrega la contaminación por ruido provocado por los automóviles que circularán a altas velocidades por la nueva autopista.
Félix Wing, portavoz de los residentes, adujo que "la bahía podría convertirse en un pantano de lama fecal" si no se adoptan medidas urgentes para evitar que las aguas queden semirepresadas por el terraplén.
Antes de la construcción del Corredor Sur, la bahía presentaba una concentración de bacterias cercana a las 20.000 unidades por mililitro de agua, pero tras la construcción del terraplén, en algunos sitios la cantidad aumentó hasta 47.000 bacterias por mililitro de agua, indicó.
Wing afirmó que esos datos fueron recabados en recientes análisis tomados por la firma Laboratorios de Análisis Industriales (Laisa) de varias muestras de agua y sedimento extraídos de la bahía.
El Defensor del Pueblo, Italo Antinori, advirtió que el Corredor Sur "va a provocar una verdadera catástrofe ambiental con graves consecuencias para la vida humana y el ecosistema".
En los análisis realizados por Laisa por encargo de la Defensoría del Pueblo fueron encontradas importantes concentraciones de bacterias, como la causante del cólera, el vibrion colérico, según Antinori.
Itzel Velázquez, portavoz de ICA, atribuyó las protestas de las personas afectadas por el Corredor Sur a "una campaña mal intensionada" de la Fundación para la Libertad Ciudadana y otros sectores que se oponen al proyecto por razones políticas.
ICA explicó en un comunicado que los datos ofrecidos por Wing y Antinori "son parciales y no cuentan con respaldo científico".
La empresa subrayó que levanta muestras mensuales sobre la sedimentación y contaminación de las aguas, dentro y fuera del área del proyecto, y que, en contra de lo informado por Wing y Antinori, la mismas revelan que no aumentó la contaminación dentro del terraplén. (FIN/IPS/sh/ag/en/99