Grupos ambientalistas y otras organizaciones sociales rechazaron el reiterado intento del gobierno de Chile de negociar un pacto comercial bilateral con Estados Unidos, considerado una "vía lenta" para acceder al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).
La Alianza Chilena por un Comercio Justo y Responsable criticó la propuesta de ua negociación comercial que el canciller Juan Gabriel Valdés hizo este mes en Washington a la secretaria de Estado estadounidense Madeleine Albright.
La Alianza, una red de grupos ambientalistas, sindicales, humanitarios y entidades académicas, señaló que el gobierno de Eduardo Frei abandona con su propuesta la estrategia de integración que tiene como prioridad a América Latina para volver a insistir en el TLCAN.
Chile fue invitado en la I Cumbre de las Américas, celebrada en Miami en diciembre de 1994, a formar parte del TLCAN, el acuerdo comercial creado por Canadá y Estados Unidos al cual se sumó posteriormente México.
El fracaso del presidente Bill Clinton al pedir al Congreso legislativo estadounidense que le otorgara la facultad de la "vía rápida" ("fast track") para negociaciones comerciales hizo que Chile desplazara su prioridad al Mercado Común del Sur (Mercosur), al cual se asoció en octubre de 1996.
La "vía rápida" permitiría al Poder Ejecutivo estadounidense negociar con Chile y luego poner el acuerdo alcanzado a consideración del Congreso, que deberá aceptarlo o rechazarlo en bloque.
El gobierno de Frei negoció así mismo en 1997 un tratado bilateral de comercio con Canadá, que se sumó al suscrito en 1991 con México, mientras en Washington se difería indefinidamente la posibilidad de que Clinton obtuviera la vía rápida.
"Ni fast track ni slow track (vía lenta): comercio justo", se titula el pronunciamiento de la Alianza de organizaciones no gubernamentales vinculada a grupos que en Canadá, Estados Unidos y México se oponen al TLCAN.
Una "asociación más plena" de Chile con América Latina, a la cual el gobierno estaría ahora renunciando, permitiría "buscar negociaciones más equilibradas con la mayor potencia económica del continente y del planeta", señala la declaración.
Añade que el acuerdo bilateral con Washington "es otra forma para llegar al Nafta (siglas en inglés del TLCAN), puesto que Chile ya ha suscrito convenios de libre comercio con México y Canadá", en una "nueva actitud del gobierno chileno que se debe al fracaso del fast track",
La vía rápida no prosperó debido a "la campaña de oposición de las organizaciones laborales y ambientales y el parlamento de Estados Unidos", motivada por el "verdadero desastre social que el Nafta ha significado a los países miembros".
Un tratado bilateral con Estados Unidos no contribuirá a afianzar el comercio, sino a facilitar los movimientos de las transnacionales que operan en Chile "sin ningún tipo de control ni regulación", según las organizaciones.
Un acuerdo comercial con Estados Unidos "tiende a profundizar la relación económica, basada en profundas asimetrías, en la que Chile exporta materias primas e importa productos altísimamente elaborados".
No toda la industria y los sectores económicos están en condiciones de competir en condiciones de igualdad en los acuerdos comerciales, lo cual ocasiona cierre de fuentes productivas y más desocupación, afirmó la alianza.
"En igual sentido, las inversiones extranjeras, lejos de haber contribuido a la generación de nuevos empleos, en muchos casos han significado un aumento del desempleo, como es el caso de la relación con Estados Unidos", sostiene.
"En la víspera de un acuerdo más global, como el Area de Libre Comercio de las Americas -virtual extension del Nafta al continente-, es urgente realizar estudios de impacto ambiental y social de los futuros acuerdos", señala la declaración.
Del mismo modo, la alianza aboga por "abrir canales reales de participación ciudadana sobre el tema (comercial), que aseguren una legitimidad de las negociaciones y compromisos que se suscriben". (FIN/IPS/ggr/mj/en if/99