Bangladesh considera demandar a Unicef porque esta agencia ayudó a construir pozos de agua que resultaron contaminados con arsénico y habrían envenenado a 30 millones de habitantes, 25 por ciento de la población del país de Asia meridional.
El Ministerio de Ambiente y el Departamento de Ingeniería de Salud Pública de Bangladesh estudian la posibilidad de demandar a Unicef (Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia) o pedir la indemnización de los millones de envenenados por el agua contaminada.
El organismo de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) con sede en Nueva York, que cooperó con Dacca para excavar 4,5 millones de pozos en los últimos 25 años, dijo que era injusto culpar solamente a Unicef tratándose de una colaboración de responsabilidad compartida.
"Unicef formó parte de una coalición que excavó los pozos", declaró la directora ejecutiva de Unicef, Carol Bellamy, y recalcó que los donantes de Gran Bretaña, Suecia y Suiza que participaron en la financiación del proyecto lo hicieron con las mejores intenciones.
"Algunos culpan a Unicef por la tragedia, mientras otras culpan a otros", dijo Bellamy a IPS.
Se calcula que 59 de los 64 distritos del país tienen pozos de agua contaminados con arsénico.
El embajador de Bangladesh ante la ONU, Anwarul Karim Chowdhury, que fue alto funcionario de Unicef, dijo que el organismo debería participar más activamente en una campaña de información pública para advertir sobre el peligro que representa el arsénico en el agua.
El agua contaminada con arsénico no tiene sabor, olor ni color distintos a lo normal. "No hay forma de detectarlo y esa es la razón por la que la gente continúa tomando el agua", explicó Chowdhury a IPS.
Agregó que unos 30 millones de los 126 millones de habitantes de su país habrían sido afectadas por el envenenamiento y más de 1.000 murieron debido a complicaciones derivadas de la contaminación.
En una reunión del Comité Ejecutivo de Unicef fijada para septiembre, Bangladesh presentará una declaración en la que expresará su "grave inquietud por el hecho de que un gran sector de la población… haya estado expuesto a la contaminación con arsénico y a sus graves consecuencias sobre la salud humana".
De acuerdo con Chowdhury, la declaración solicitará a Bellamy que tome medidas urgentes para mejorar la situación y también exhortará a Unicef a "aumentar la coordinación con el Banco Mundial y otros organismos de la ONU relacionados con este problema".
Bellamy reconoció que "se descubrió arsénico en algunos de los pozos cavados en los últimos 25 años en Bangladesh".
"Cavamos los pozos por orden del gobierno de Bangladesh. La mayoría…fueron construidos por el gobierno, pero Unicef fue parte del programa y un socio clave del mismo", agregó.
En una entrevista con la cadena de radio y televisión British Broadcasting Corporation (BBC) en julio, Babar Kabir, que dirige la iniciativa del Banco Mundial para limitar los efectos del arsénico en Bangladesh, dijo que este "tal vez sea el mayor caso de envenenamiento masivo en la historia de la humanidad".
"Calculamos, porque la base de datos respecto de esta información no existe, que entre 70 y 75 millones de personas correrían serios riesgos" de ser envenenados, dijo.
Cuando se le preguntó en qué medida las agencias de la ONU eran responsables, el portavoz del foro mundial David Lockwood dijo que el asunto debe ser considerado desde la perspectiva adecuada.
El trabajo se hizo en base a "programas gubernamentales, con ayuda de la ONU. Por eso vuelvo al tema de la responsabilidad del Estado por sus ciudadanos. No creo que la ONU tenga responsabilidad directa por los ciudadanos de los estados miembros", declaró.
Con respecto a la indemnización, el subdirector ejecutivo de Unicef Stephen Lewis admitió que "no lo pensé con atención. Diría que ese dilema le corresponderá al gobierno de Bangladesh, y no a una agencia multilateral como Unicef".
"Si se presentan demandas para exigir la indemnización, y no sería la primera vez que se presentan ese tipo de demandas contra las autoridades estatales responsables, tal vez Unicef sea nombrada, pero creo que habrá que demostrar intención", dijo.
Según Bellamy, el objetivo primario de Unicef era brindar una fuente de agua mejor que la existente, "pero ahora se encontró arsénico y no hay otras fuentes de agua".
Reveló que se están realizando "grandes esfuerzos" para evitar que la población siga usando los pozos de los que bebieron el agua durante los últimos 25 años. Pero "no dejarán de beberla aunque haya una gran X en el pozo", agregó.
Unicef trabaja con el Banco Mundial y la Organización Mundial de la Salud para ofrecer fuentes de agua alternativas, dijo Bellamy. (FIN/IPS/tra-en/td/mk/at/aq/he/99