ASIA: Fundamentalismo religioso amenaza logros de la mujer

Los progresos hechos por las mujeres para lograr igualdad y liberarse del miedo y la violencia están amenazados por fundamentalistas religiosos en muchas partes de Asia, denunció la relatora especial de la ONU sobre Violencia contra la Mujer.

La relatora especial Radhika Coomaraswamy afirmó que en muchas regiones del mundo las mujeres afrontan serios obstáculos interpuestos por grupos extremistas.

Ya sea el prohinduísta Partido Bharatiya Janata (PBJ) en India o los fundamentalistas islámicos de Afganistán o Pakistán, estos movimientos se camuflaron exitosamente como una forma de renacimiento cultural.

"Observamos que ese fundamentalismo aumenta en el sur de Asia y en Medio Oriente", dijo a IPS la estudiosa srilankesa, que ahora está preparando un viaje a Afganistán.

Señaló que el extremismo religioso es uno de los problemas cruciales que enfrentan las mujeres en el nuevo milenio, y corresponde a la comunidad internacional trabajar con grupos locales para combatir la opresión femenina en cualquiera de sus aspectos.

Coomaraswamy, la más conocida activista de derechos humanos de Sri Lanka, visitará Afganistán desde este domingo 29 de agosto al 12 de septiembre para analizar la situación de las mujeres en ese país.

Viajará acompañada por Kamal Hossein, un ex ministro de Exteriores de Bangladesh y actual relator especial de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) sobre Afganistán. Ambos viajarán desde Pakistán.

Noticias y relatos de voluntarios dan cuenta de que la situación en Afganistán, particularmente en lo que respecta a mujeres y niños, es horrorosa.

El grupo extremista islámico Talibán, que se apoderó de Kabul en septiembre de 1996, prohibió la educación de niñas y mujeres, por lo cual no pueden asistir a escuelas ni universidades.

Las mujeres tampoco pueden trabajar fuera de la casa, excepto en pabellones hospitalarios femeninos.

Los atuendos occidentales y el maquillaje tambien están prohibidas. Trascendió que algunas mujeres sufrieron mutilaciones de sus labios porque se les descubrió trazas de cosmético.

Los zapatos de taco alto y las sandalias están igualmente vedados, y las mujeres no pueden usar los baños públicos.

Además, las mujeres deben abstenerse de hablar con hombres, si no son miembros de la familia, o asistir a reuniones sociales excepto bodas o funerales, donde hombres y mujeres también están segregados, según los informes.

La relatora especial de la ONU sobre Violencia contra la Mujer normalmente visita países por invitación de sus gobiernos. La invitación a Afganistán emanó del gobierno depuesto de Rabbani, reconocido por la organización mundial.

"El gobierno de Rabbani controla apenas una pequeña franja de Afganistán, pero yo espero obtener permiso de los talibanes para visitar Kabul, una vez que llegue a Pakistán. Generalmente, las agencias de la ONU reciben autorización para visitar Kabul", apuntó Coomoraswamy.

La relatora y su coordinador en Ginebra tienen previsto visitar Kabul, Kandahar y Jalalabad donde planean documentar la situación de las mujeres e informar a la ONU. Desde su nombramiento en 1994, la experta ha recorrido el mundo para informar sobre la condición femenina y llevar sus problemas al foro internacional.

"La violencia contra las mujeres en el hogar o durante conflictos armados parece ser un fenómeno universal y, a pesar que difiere según las regiones en términos de intensidad, la hemos encontrado en todas partes", expresó.

Añadió que fue necesario un acercamiento global para tratar esas cuestiones, por lo cual recomendó aplicar normas internacionales a las leyes locales.

"Los gobiernos generalmente reconocen esos problemas pero su pasividad es uno de los principales motivos de la persistencia de la violencia… Deben implementar programas para prevenir la violencia relacionada con el género", exhortó.

Coomaraswamy, que este año visitó India, Nepal y Bangladesh para estudiar los problemas del tráfico de mujeres, criticó un proyecto de convención de Asia meridional que deben firmar los líderes regionales en su reunión anual de noviembre en Nepal.

"Es decepcionante que se trate sólo de una convención sobre ley y orden, y no sobre derechos humanos. La definición de tráfico es muy limitada y no considera las formas modernas de esa actividad", indicó.

"La convención tampoco señala violaciones específicas vinculadas a abusos de derechos humanos, y habla de rehabilitacion y repatriación de las víctimas sin un programa apropiado", agregó.

Otros funcionarios dijeron que Mary Robinson, la comisionada de derechos humanos de la ONU, escribió a la secretaría de la Asociación de Cooperación Regional de Asia Meridional (SAARC) en Katmandú diciendo que la convención estaba por debajo de los niveles internacionales.

Robinson recomendó que la convención no sea tomada en consideración por los líderes en la cumbre de noviembre.

Muchas niñas de Nepal y Bangladesh son compradas o raptadas por intermediarios y llevadas a través de la frontera a los burdeles de Bombay y Calcuta, en India, denunció Coomaraswamy.

"Muchas de ellas son menores de edad apresadas contra su voluntad y sometidas a esclavitud sexual", observó.

"Nepal está tratando de elaborar una legislación amplia para prevenir ese tráfico, pero la corrupción en el sistema de justicia penal es tal que los guardias fronterizos pueden ser sobornados… y la policía también, de modo que hay toda una cultura de la tolerancia con la cual se debe lidiar", agregó.

La experta, que es directora ejecutiva del Centro Internacional para Estudios Etnicos de Sri Lanka, no ha podido examinar la condición femenina en su propio país. "No podría ser una observadora imparcial", explicó. (FIN/IPS/tra-en/fs/rdr/ego/mlm/hd/99

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