El Museo de Arte de Brooklyn, en Nueva York, expone "Impresionistas en invierno: Efectos de Nieve", una colección de 45 paisajes invernales pintados en la segunda mitad del siglo XIX por seis artistas franceses, entre ellos Claude Monet y Camille Pissarro.
Obras de Gustave Caillebotte, Paul Gauguin, Pierre Auguste Renoir, Alfred Sisley, Monet y Pisarro pertenecientes a colecciones públicas y privadas, se exhibirán hasta el 29 de este mes en siete salas del museo de Brooklyn.
Es la primera vez que se exponen paisajes invernales impresionistas en Nueva York.
"Impresionistas en invierno" consiste en una serie de pinturas en las cuales, a diferencia de los tonos pastel y las escenas soleadas que se asocian habitualmente al impresionismo, predomina una paleta baja de grises, marrones, azules y blancos.
Gauguin (1848-1903) y Renoir (1841-1919) sostenían que la nieve es "una de las enfermedades de la naturaleza" y pintaron pocos paisajes invernales, pero esa estación del año se convirtió en uno de los temas centrales de Monet (1840-1926), Pissarro (1830-1903) y Sisley (1839-1899).
Estos pintores produjeron cientos de obras tituladas "efectos de la nieve" en las cuales estudian el ambiente creado por la luz y la atmósfera del frío invernal, desde los techos de París hasta la lejana campiña inglesa.
Monet fue el primero y más prolífico de los impresionistas que pintaron "efectos de nieve". En 1865, pintó su primer paisaje nevado, cerca de Honfleur. El lugar le impresionó tanto que volvió a los dos años.
Su deseo de "recrear los extremos de la naturaleza en el lienzo" lo llevó a soportar uno de los inviernos más crueles del siglo, el de 1869-70.
"Hacía un frío indescriptible. Pero afuera vimos una pequeña estufa, luego un caballete, y finalmente a un hombre envuelto en tres abrigos, con guantes y la cara semi congelada. Era el señor Monet, que estudiaba un aspecto de la nieve", escribió el periodista Leo Billot.
"Hoy pinté, parte del día, bajo la nieve, que no cesa de caer. Usted se habría reído si me hubiera visto completamente blanco, con fragmentos de hielo colgando de mi barba como si fueran estalactitas", relataba Monet en una carta al crítico Gustave Geoffrey.
Las obras más llamativas de Monet son sus paisajes."Boulevard Saint-Denis, Argenteuil, en Invierno"(1875) captura el momento en el cual se produce un cambio climático. Un grupo de personas con paraguas avanza en la calle luchando contra el viento y la nieve, mientras el sol se prepara para salir por entre las nubes.
El oscuro primer plano del paisaje, compuesto de verdes, marrones y blancos, se transforma en un fondo más brillante de beiges y azules. Las cercas que convergen en el centro de la composición realzan las diagonales creadas mediante el color.
Monet captó escenas de la naturaleza igualmente sobrecogedoras en series como "La debacle" y "Cuando se rompe el hielo". El río Sena se congeló durante el crudo invierno de 1879-80, así que cuando las temperaturas subieron, en enero, el hielo se rompió y se desplazó flotando por el río.
Monet realizó una composición casi mística sobre ese hecho, con gigantescos témpanos de hielo flotando en un río verdoso en el cual se reflejan las siluetas distorsionadas de los árboles de la orilla.
El color era un elemento central para los impresionistas. Así que, cuando muchos de ellos se lanzaron al desafío de representar escenas invernales, aparentemente monocromáticas, se dedicaron a poner a prueba la teoría de que el blanco es la suma de todos los colores.
Ese descubrimiento, procedente de las investigaciones científicas en el campo de la óptica, seguidas atentamente por los impresionistas, promovió el despliegue de la paleta completa de colores.
"No hay nada más frío que el sol de verano cuando se encuentra en su máxima altura, al contrario de lo que creen los coloristas", sostenía Pissarro, que no se hizo famoso por sus paisajes invernales aunque estaba muy orgulloso de ellos.
"La naturaleza es colorida en invierno y fría en verano", recalcaba.
"Efecto de nieve en Louveciennes"(1874), de Sisley, muestra el contraste del brillo de la nieve con las sombras azules y lavanda del cielo y la vegetación, y recrea la sensación del frío seco de un día soleado de invierno.
Sisley comenzó a pintar paisajes invernales a comienzos de 1870, unos años después que Pissarro y Monet, pero al menos 50 de sus obras están dedicadas a plasmar sobre el lienzo los "efectos de nieve". (FIN/IPS/tra-en/km-fah/mk/ceb/aq/cr/99