La ciudad Santa Cruz de la Sierra, el principal centro económico de Bolivia, acogió la última semana con salas llenas al Primer Festival de Cine Iberoamericano.
Once países iberoamericanos presentaron una veintena de largometrajes producidos durante los últimos 18 meses, mientras en forma paralela se desarrollaron encuentros con directores y artistas internacionales llegados hasta esta calurosa ciudad del este de Bolivia, a 900 kilómetros de La Paz.
Los organizadores explicaron el motivo por el cual Santa Cruz fue escenario de un acontecimiento internacional de esa magnitud: esa ciudad atrae cada vez a un mayor número de visitantes de países sudamericanos por su alto desarrollo industrial, empresarial y ahora también cultural.
Ariel Gamboa, director del Festival, aseguró que el objetivo de la iniciativa consiste en consolidar a Santa Cruz como una ventana de exhibición para la producción audiovisual iberoamericana y una plataforma para encontrar oportunidades de coproducción cinematográfica.
"Este es un espacio de reconocimiento y exhibición que nace. Bolivia no tenía acceso ni interrelación con la dinámica audiovisual latinoamericana. Ahora sí, y será cada año, para no salirnos del circuito mundial", afirmó el director del Festival.
Entre las películas exhibidas en la muestra se destacaron la argentina "El amateur", de Juan Stagnaro, la boliviana "El triángulo del lago", de Mauricio Calderón, la brasileña "Love & Cia", de Helvencio Ratton, y las chilenas "Gringuito", de Sergio Castilla, y "Ciego ciego", de Nicolás Acuña.
Se presentaron también la colombiana "La vendedora de rosas", de Víctor Gavina, la cubana "La vida es silvar", de Fernando Pérez, las españolas "Manos de Seda", de César Martínez, y "En la puta calle", de Enrique Gabriel y la mexicana "Un embrujo", de Carlos Carrera.
Venezuela participó con "Amaneció de golpe", de Carlos Aspúrua, "Rizo", de Julio Soza, "Coraje", de Alberto Durant, y "Fintar o destino", de Fernando Vendrell.
En la muestra de Santa Cruz participó el mexicano Jorge Fons, director de la película "El callejón de los milagros", ganadora del Festival Latinoamericano de la Habana 1995, quien se refirió al cine latinoamericano como un medio de reafirmación de su identidad, y a su eterno fantasma, Hollywood.
"Le dedicamos tiempo a las cosas que ellos (los estadounidenses) no ven", dijo el director mexicano. "Nosotros hacemos una película cada año o cada dos años, pero es indispensable que no bajemos los brazos, que sigamos con la promoción y difusión del cine latinoamericano".
El Festival hizo un reconocimiento especial al cineasta boliviano Jorge Sanjinés por su trayectoria profesional. En una amplia retrospectiva se exhibieron sus películas "El enemigo principal", "La nación clandestina", "Para recibir el canto de los pájaros", "Ukamau" y "El coraje de un pueblo".
Sanjinés, en cuya última película, "Para recibir el canto de los pájaros", actúa la actriz Geraldine Chaplin, no sólo dirige, sino que también investiga y escribe.
"Yo creo que en realidad este es un reconocimiento a una obra y esa obra no es sólo mía, es la obra de muchos artistas que con su talento y sacrificio han contribuido a que mis películas se hagan realidad", comentó el cineasta boliviano. (FIN/IPS/ac/ag/cr/99