Cinco millones de personas en Angola necesitan la ayuda urgente de la comunidad internacional o se encuentran aisladas del mundo exterior por la guerra civil, advirtió hoy la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
En una sesión cerrada del Consejo de Seguridad, el subsecretario general Sergio Vieira de Mello destacó que dos millones de angoleños "viven una existencia precaria en necesidad, o dependiente, de la ayuda" exterior.
Tres millones más están absolutamente aislados "y por tanto su situación es imposible de evaluar", agregó.
Parte de la población aislada habita zonas controladas por la rebelde Unión Nacional por la Independencia Total de Angola (Unita), que controla gran parte de la zona central del país, y otros residen en lugares más remotos aun, desvinculados totalmente por la guerra.
Aunque 70 por ciento de los 12,5 millones de habitantes se encuentran en áreas controladas por el gobierno, muchos viven en zonas periódicamente atacadas y en necesidad de ayuda humanitaria, explicó Vieira de Mello.
Catherine Bertini, directora ejecutiva del Programa Mundial de Alimentos (PMA), añadió que en muchas ciudades los refugiados desplazados de otros lugares del país no tienen alimentos ni refugio y son vulnerables a enfermedades, como la poliomelitis y la meningitis.
"En muchas formas, el conflicto se parece a un asedio medieval, donde los civiles se encuentran apiñados en los centros urbanos luego de huir de sus granjas", declaró Bertini al Consejo de Seguridad, y agregó que los alimentos y las enfermedades "cumplen su papel en esta batalla".
El PMA y la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación calcularon que la producción angoleña de alimentos descenderá 11 por ciento este año, luego de que se intensificaran los combates entre el gobierno y Unita a fines del año pasado.
Todos los días mueren 200 angoleños de enfermedades provocadas por la desnutrición, dijo Bertini.
Aviones del PMA entregan a diario 200 toneladas de alimentos y fármacos, pero Bertini calculó que aumentará a 1,1 millones la cantidad de angoleños que necesitarán ayuda alimentaria el próximo año, a un costo de 155 millones de dólares.
Vieira de Mello declaró que 600.000 de los dos millones de habitantes que necesitan ayuda humanitaria la están recibiendo, pero agregó que la ONU aún no tiene acceso a gran parte del país, lo cual dificulta el trabajo de asistencia.
"El acceso a los necesitados se hace mayoritariamente a través del costoso transporte aéreo, o por vía terrestre, donde las minas y las emboscadas son habituales", informó.
"Pero el acceso se complica por la inseguridad y por el retraso para concedernos el permiso para ingresar a las zonas con necesidades humanitarias", precisó.
Bertini advirtió que la falta de acceso elevó el costo de entrega de la ayuda en los últimos meses. La distribución de una ración de alimentos a una sola persona aumentó de ocho centavos a 19 centavos de dólar por día, dijo.
"La inseguridad no permite que la mayoría de las vías terrestres se puedan usar para transportar alimentos", señaló, y agregó que varios aviones fueron derribados, según la mayoría de las fuentes, por Unita, lo cual también aumentó el riesgo para este medio de transporte.
Las consecuencias de la guerra que, con excepción de varias breves interrupciones, comenzó con la independencia angoleña en 1975, perjudicaron especialmente a los niños, dijo la directora ejecutiva del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), Carol Bellamy.
En 1997, explicó, de cada 1.000 nacidos vivos murieron 292 niños y niñas menores de cinco años, y 42 por ciento de los niños angoleños tienen un peso insuficiente, moderado o severo, para su edad.
Incluso esos datos se obtuvieron en "un raro período de paz relativa", porque la situación se deterioró desde entonces, precisó.
Unicef considera que Angola es el país donde los niños corren mayor riesgo de morir, de padecer desnutrición y abusos", dijo Bellamy, según resultados basados en estudios en las 18 provincias angoleñas.
Los combates también perjudicaron programas destinados a erradicar la poliomelitis ya que millones de niños quedaron sin vacunar, explicó.
El Consejo de Seguridad considera varias medidas para sancionar a Unita, a la que se atribuye haber violado un plan de paz en 1992 cuando se negó a desarmar a sus combatientes, lo cual provocó la intensificación de los combates en los últimos meses.
El embajador de Canadá, Robert Fowler, presidente de un Comité de Sanciones de la ONU que supervisa un embargo contra Unita, solicitó el mes pasado que se refuercen las sanciones contra el grupo rebelde.
Entre las medidas que recomendó están el mayor intercambio de información entre los países de Africa austral sobre la violación de las sanciones, y la participación de Interpol para determinar si estas se produjeron. (FIN/IPS/tra-en/fah/mk/aq/dv-ip/99