La cultura y los medios de comunicación son el instrumental de un proyecto del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en América Latina que promueve valores como la tolerancia y la igualdad de géneros.
El proyecto Etica Cívica y Cultura Democrática, dirigido desde la oficina del PNUD en Santiago de Chile, tiene como uno de sus aliados fundamentales a las radios comunitarias en su labor de difundir "el sentido humano del desarrollo".
Concursos para la producción de microprogramas, "jingles" y "spots" radiales, la publicación de un boletín virtual y la edición de libros con debates y reflexiones sobre los desafíos éticos actuales son parte de las actividades del proyecto.
También promueve el intercambio cultural con actividades artísticas, que han incluido presentaciones en Costa Rica del trovador argentino Alberto Cortez y en Ecuador del grupo chileno Illapu, contó a IPS Luis Mella, uno de los expertos del proyecto.
El objetivo del PNUD es "abrir un espacio a los agentes de la cultura y del humanismo en el debate público acerca del actual patrón de desarrollo y la calidad de la democracia, y de este modo movilizar el campo de la cultura hacia el desarrollo humano".
El proyecto postula una mayor conciencia ciudadana como clave de una mejor evaluación de la marcha de la sociedad y del papel de los dirigentes políticos y sociales, para enfrentar así la crisis de participación y el desprestigio de la política.
En esta reflexión se advirten también como peligros para la gobernabilidad democrática las oportunidades e inequidades que crea la globalización y que hacen "más trágica" la pobreza, según la expresión del sacerdote chileno Esteban Gumucio.
Para Andrés Opazo, coordinador regional del proyecto, "las contradicciones que acarrea el modelo de desarrollo imperante sirven de acicate para imaginar formas de convivencia en la que tenga más espacio una cultura de la solidaridad".
Esta cultura de la solidaridad se gesta en un marco de tolerancia, con un "amplio espacio a la diversidad, estimulando el diálogo entre religiones, entre creyentes y agnósticos, así como entre pueblos, modos de vida y culturas diferentes", agregó Opazo.
El proyecto lanzó en 1998 el libro "Ecuador: los desafíos éticos del presente" y presentará el 3 de septiembre una obra sobre Chile con un título similar, para publicar ese mismo mes "Panamá: un canal, muchas culturas" en ese país istmeño.
Está también en vías de lanzamiento el texto sobre los desafíos éticos en Costa Rica, mientras que en Argentina se difundirán los planteamientos de varios escritores en un inserto en la revista Voces, de la Universidad Nacional de Río Cuarto.
Los libros recogen los puntos de vista de los más variados sectores, desde gobernantes y líderes políticos, hasta dirigentes de movimientos sociales, indígenas, trabajadores de la cultura, ambientalistas y personalidades religiosas y académicas.
"La cultura y el arte están intrínsecamente vinculados a toda expresión de la vida humana, tanto en lo personal como en lo público, y por ende en lo político", señaló Aase Smedler, la representante del PNUD en Ecuador, en la presentación de la obra editada en ese país.
"Para construir un equilibrio entre la utilidad inmediata y particular y el interés común, y resaltar la tolerancia y la solidaridad que promueven los derechos humanos en toda su potencia, el arte y la cultura nos abren espacios diferentes", añadió.
Estos espacios actúan "valorizando y respetando la diversidad, incorporando la universalidad y promoviendo una sociedad más humana", añadió.
A través del proyecto, y con ocasión del 50 aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, en 1998 se realizó un concurso de programas de radio, denominado "Constructores de ciudadanía: derecho a la diferencia y espíritu de tolerancia".
El concurso fue convocado por el PNUD, la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), el Fondo de Desarrollo de las Naciones Unidas para la Mujer (Unifem) y la Asociación Mundial de Radios Comunitarias (AMARC).
"Frontera Caliente", un microprograma del mexicano Torsicio Garca, ganó el primer premio, dotado con 3.000 dólares, y "Cucha, la carbonera", del cubano Eddy Gamboa, obtuvo el premio único, también de 3.000 dólares, para el mejor programa sobre la ciudadanía desde la perspectiva de la mujer.
Las mejores producciones presentadas al concurso, que incluyó también "jingles" sobre los derechos de la mujer, fueron recogidos por el PNUD en dos discos compactos que ahora se difunden por la vasta red de radios comunitarias en la región.
Desde su sede latinoamericana en Quito, que dirige José Ignacio López Vigil, AMARC distribuye los discos compactos a sus afiliadas con un instructivo para promover debates en las medios populares acerca de los temas que en ellos se abordan.
"La cantidad y calidad de los programas participantes en ese primer concurso y el cumplimiento de los objetivos propuestos nos animó a lanzar un nuevo concurso este año, esta vez con el formato de 'spots', convencidos de la necesidad de difundir los valores de ciudadanía", señaló Mella.
"Somos diferentes, valemos igual" es la idea central de este segundo concurso, en cuya organización participan igualmente Unesco, Unifem y AMARC, además de la Corporación Andina de Fomento.
El PNUD invita ahora a dirigir la mirada radial sobre todo a los jóvenes, las mujeres, los indígenas, los migrantes y la población de la tercera edad, como sujetos a menudo marginados del desarrollo humano.
"Las diferencias de género (hombres y mujeres), de generación (jóvenes y adultos mayores), de cultura e idiomas (indígenas), de nacionalidad (migrantes) no pueden ser pretexto para ninguna clase de discriminación social, cultural, polótica o económica", señala la convocatoria al concurso. (FIN/IPS/ggr/dv hd cr/99