El conflicto entre China y Taiwán salpicó a América Central esta semana, cuando Beijing acusó a Taipei de sobornar a los países del istmo luego de que éstos respaldaran el ingreso de Taiwán a la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
El respaldo se produjo el martes, luego de la reunión de cancilleres de Belice, Guatemala, Honduras, El Salvador, Nicaragua, Costa Rica, República Dominicana y Taiwán, preparatoria de una cita presidencial prevista para septiembre en el país asiático.
La declaración de Beijing produjo indignación en el istmo. El canciller de Honduras, Roberto Flores, rechazó las acusaciones y aseguró que el respaldo a Taiwán obedece sólo a su cercanía ideológica.
En Costa Rica, el canciller Roberto Rojas calificó de "sobredimensionada", la reacción de China, porque el apoyo de América Central busca respaldar el esfuerzo de Taiwán a favor de la democracia y la defensa de los derechos humanos.
Sin embargo, aceptó que si la incorporación de Taiwán a la ONU tuviera alguna posibilidad de éxito, Costa Rica la avalaría. "Nos parece que Taiwán, por su condición económica y política, es un actor importante dentro del comercio mundial y debería ser acogido por los organismos internacionales", afirmó.
Pero subrayó que la posición de Costa Rica es realista y, por lo tanto, no avala una eventual discusión del tema en la ONU.
Las declaraciones de Rojas coinciden con cierta cautela expresada por Costa Rica y otros países centroamericanos frente al conflicto chino después de la cita del martes, en la que el canciller de Taiwán, Jason Hu, prometió ayuda por 21 millones de dólares para el istmo.
Honduras, El Salvador y Nicaragua no tuvieron reparo en suscribir una propuesta presentada el jueves por un total de 12 países al secretario general de la ONU, Koffi Annan, para que un grupo de trabajo revise el caso de Taiwán, considerada por China como una provincia rebelde.
La revelación la formuló el viceministro de Relaciones Exteriores de Taiwán, David Lee.
A pesar de que forman parte de los 29 países que mantienen relaciones diplomáticas con Taipei, Costa Rica y Panamá no firmaron la propuesta. Y las razones no son secretas.
En el caso de Costa Rica, Rojas reiteró que no cree que la iniciativa tenga posibilidad de éxito y recordó que ya el tema de Taiwán fue resuelto en 1971, cuando el organismo mundial decidió que la representación le corresponde a China.
Panamá, por su parte, espera profundizar sus relaciones comerciales con la China. Funcionarios de ese país declararon a la prensa que el gobierno de Mireya Moscoso, que asumirá la Presidencia el 1 de septiembre, mantendrá las relaciones con la Taiwán, pero no apoyará su ingreso a organismos internacionales.
China está teniendo una creciente influencia en las operaciones del Canal, cuya control tendrá Panamá en forma total a partir del 31 de diciembre próximo.
Una muestra de ello es la concesión de la gestión de los dos principales puertos del canal a una compañía china con sede en Hong Kong, una medida que ya preocupa en Estados Unidos.
"Parece que hemos entregado la plaza sin efectuar un solo disparo", expresó el senador Trent Lott, líder de la bancada republicana, en una carta enviada al secretario de Defensa, William Cohen.
Pero el gobierno no mostró preocupación y recordó que los tratados Torrijos-Carter de 1977, en los que se estipula el retorno de la vía interoceánica a la soberanía panameña, contiene cláusulas que garantizan los intereses de Estados Unidos.
Funcionarios del Departamento de Defensa recordaron que, de acuerdo con los tratados, Estados Unidos podrá utilizar la fuerza militar sin consultar a Panamá para reabrir el canal si alguien "lo cerrara o interfiriera en sus operaciones".
No sólo China tiene fuerte influencia en el Canal de Panamá. De hecho, varios consorcios taiwaneses pretenden invertir en el canal a partir del año 2000 y ya están construyendo una zona de procesamiento en una antigua base militar.
En el resto de América Central, Taiwán mantiene inversiones calculadas en unos 300 millones de dólares, principalmente en el sector textil, en zonas francas industriales.
Además, se calcula que desde 1992, cuando ambas partes pusieron en marcha un foro de diálogo político y cooperación, Taiwán ha dado asistencia económica a América Central por 330 millones de dólares, de los cuales 180 millones han sido destinados a proyectos regionales. (FIN/IPS/mso/ag/ip-if/99