Ministros y productores del Grupo de Cairns, que nuclea a 15 países agrícolas eficientes, no creen que la negociación para eliminar subsidios sea fácil, pero todos confían en que la convergencia de intereses con Estados Unidos aliente una reforma.
Este es el mensaje que se llevaron de Buenos Aires productores rurales de los 15 países y delegados oficiales de la XIX Reunión Ministerial del Grupo de Cairns, que sesionó este fin de semana en Buenos Aires con un invitado clave: Dan Glickman, secretario de Agricultura de Estados Unidos, país ajeno a la agrupación.
A partir de este momento y hasta noviembre, los países del Grupo de Cairns y Estados Unidos intentarán acercar sus posiciones en una alianza que les permita cosechar avances en materia de agricultura para la próxima ronda de negociaciones multilaterales de comercio.
Se prevé que la denominada Ronda del Milenio comience en la reunión ministerial de la Organización Mundial de Comercio (OMC), que comenzará el 30 de noviembre en Seattle, Estados Unidos.
Paralelamente, los empresarios agropecuarios del Grupo de Cairns tuvieron una reunión paralela a la de los ministros, en la que se manifestaron muy duros contra el mantenimiento de los subsidios, pero admitieron que en el corto plazo ven muy difícil su total remoción, excepto por la intervención de Estados Unidos.
El Grupo de Cairns, creado en 1986 en el marco de la Ronda Uruguay del Acuerdo General de Aranceles y Comercio (GATT), está integrado por Argentina, Australia, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Fiji, Filipinas, Indonesia, Malasia, Nueva Zelanda, Paraguay, Sudáfrica, Tailandia y Uruguay.
Todos estos países representan 25 por ciento de la producción agrícola mundial.
Sus objetivos —lograr que la agricultura se incluya en las negociaciones comerciales multilaterales, así como la eliminación de subsidios a la exportación y de ayudas internas para la producción, y asegurar el acceso libre a los mercados— fueron en algún momento coincidentes con los de Estados Unidos.
Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, en 1998 la Unión Europea (UE) gastó 142.000 millones de dólares en subsidios, Estados Unidos 100.000 millones y Japón 55.000 millones, un hecho que en el contexto de caída de precios por sobreoferta perjudica mucho a los países del Grupo de Cairns.
En las deliberaciones de Buenos Aires, que finalizaron con un comunicado que fija la posición del Grupo de cara a la Ronda del Milenio, los ministros y Glickman manifestaron total coincidencia en admitir que no será fácil perforar el muro de subsidios que, en lugar de retroceder, aumentó en volumen en los últimos años.
Por una coincidencia de eventos, el ministro de Agricultura de Francia, Jean Glavany, visitó Buenos Aires este mismo fin de semana.
Glavany dijo que mientras Estados Unidos proclama el liberalismo pero en los hechos subsidia, la UE "asume" que protege a sus agricultores. "No se equivoquen de adversario", advirtió en un mensaje al Grupo de Cairns.
En un anticipo de la dureza de la posición de Francia en Seattlea, Glavany aseguró que "si Europa no subsidiara, en lugar de 700.000 productores en Francia quedarían entre 100.000 y 200.000". Y añadió: "Dar o no subsidios es una decisión política, democrática y soberana de cada gobierno".
Pese a esto, todos en el Grupo de Cairns creen que el desafío vale la pena y algunos consideran que es un imperativo.
Estos últimos son países en desarrollo, urgidos por la presión de sus agricultores, que no reciben ningún tipo de ayuda pese a la caída de precios de 30 por ciento promedio en los últimos dos años en los productos agrícolas.
Los propios ministros reconocieron reiteradamente que el grupo no es un bloque monolítico, está integrado por países industrializados y países en desarrollo. Los primeros (Australia, Canadá y Nueva Zelandia) cuentan con herramientas para defender a sus productores.
Se trata de ayudas que teóricamente no distorsionan los precios mundiales.
El ministro de Candá Lyle Vanclief, quien admitió que no todos los países "pueden darse el lujo" de subsidiar, reconoció que la crisis agropecuaria internacional obliga a los gobiernos a dar sostén a sus productores, y pidió que las eventuales medidas que se tomen tengan el menor impacto posible en los precios.
La posición es muy parecida a la que planteó Glickman. El funcionario estadounidense, que insistió en formar una sociedad con los miembros de Cairns, sostuvo que se debe que ayudar a los productores más pequeños, tratando de que esa asistencia tenga el menor impacto posible en el comercio.
De hecho, en su país se discute actualmente un paquete de medidas de ayuda al campo por 6.000 millones de dólares. Glickman intentó en vano calmar al Grupo de Cairns, asegurándoles que aún es un proyecto y que, de aprobarse, se hará respetando las reglas de la OMC, lo que no es una garantía contra el proteccionsmo.
Los países industrializados de Cairns tienen agencias gubernamentales que compran los granos a un precio que muchas veces es superior al de mercado, de manera de asegurar estabilidad a los productores en momentos de malas cosechas o de precios en caída.
El canadiense aseguró que si alguna de las medidas de ayuda al campo que aplica su país perjudica el libre comercio, aun cuando esté dentro de las reglas de la OMC, la tendrá en la mira, pero no hay un compromiso de no aplicar ninguna protección en caso de que la crisis de sobreproducción y precios bajos se mantenga.
Lo mismo prometió el ministro australiano, Mark Vaile, quien es además presidente del Grupo de Cairns. Vaile aseguró que las juntas estatales de granos en su país tienen un manejo limpio y transparente que no distorsiona los precios en el mercado mundial.
En cambio, los países en desarrollo, que son mayoría en el Grupo de Cairns, tuvieron palabras más duras para definir su posición.
Argentina y Brasil advirtieron que, sin acuerdo en agricultura, en la próxima ronda no habrá acuerdo en ningún otro sector, y hubo amenazas de copiar la politica proteccionista.
Del mismo modo, un directivo de los productores chilenos informó que en su país ya existe un subsidio social mensual a los productores más pequeños.
Un estudio de la Cancillería argentina señala que América Latina, que tiene seis países en el Grupo de Cairns y otros tres pujando por ingresar, perdió en los últimos 15 años la oportunidad de exportar 200 mil millones de dólares por los subsidios que aplican las naciones industrializadas.
De hecho, dos años después de la creación del Grupo de Cairns, en 1988, cinco miembros sudamericanos mostraron su poder de influir en la negociación global al bloquear el consenso por cuatro meses hasta lograr fijar objetivos de liberalización del comercio agrícola.
El documento que cerró la sesión de ministros llama a eliminar subsidios y rechaza la teoría del "multifuncionalismo", por considerarla una nueva argumentación para justificar las ayudas.
La teoría europea reza que la agricultura propicia el empleo rural, la sustentabilidad del ambiente y del paisaje rural, entre otras funciones.
Un delegado de Argentina que prefirió el anonimato admitió que el documento —el cual, según su delegación sería "un grito de Buenos Aires"— fue más suave de lo esperado por la necesidad de consensuar.
Pero advirtió que "basta que haya unos pocos valientes" dentro del grupo, para patear el tablero de las próximas negociaciones.
El ministro de Agricultura de Brasil, Marcos Pratini de Moraes, agitó el fantasma de un nuevo freno a la ronda de negociaciones si no se aceptan los planteos del Grupo de Cairns de colocar a la agricultura en igualdad de condiciones respecto de otros productos y de priorizar la fijación de normas que liberalicen los intercambios.
Al finalizar la reunión de Buenos Aires, Pratini dijo que si los países en desarrollo no pueden vender su producción esencialmente agrícola no podrán pagar sus cuentas y sobrevendrá una nueva ola de proteccionsmo al comenzar el siglo.
Pratini dijo que la negociación con la UE será dura y requerirá una fuerte articulación de los países agrícolas, incluido Estados Unidos, que produce 13 por ciento del comercio mundial de productos del sector.
Pero valoró la presencia en Buenos Aires de Glickman como una señal de que hay interés en el proceso que viene.
De la posición de Estados Unidos en la ronda depende que muchos de los reclamos del Grupo de Cairns se hagan efectivos, dijo el brasileño, aunque sólo en Seattle se verá que grado de compromiso tiene ese país con sus "socios" estratégicos de Cairns. (FIN/IPS/mv/mj/if dv/99