La celebración del Día de la Independencia se transformó hoy en Venezuela en un nuevo episodio del cerrado duelo entre el presidente Hugo Chávez y sus opositores, 20 días antes de la elección de la Asamblea Constituyente.
En la sesión solemne del Congreso legislativo, presentes el jefe del Estado y el alto mando militar, el orador de orden, Jorge Olavarría, pidió enjuiciar al presidente por haber violado la Constitución y la ley de las Fuerzas Armadas.
Olavarría recordó el ascenso dispuesto por Chávez de 33 oficiales con rangos de coronel y general sin autorización del Senado, como prevén las normas, aún cuando el mandatario pidió que la Corte Suprema de Justicia dirima ese conflicto.
"Si no lo enjuician no será por falta de causales", dijo Olavarría dirigiéndose al parlamento y a la Corte, en medio de aplausos de las mayoritarias bancadas opositoras y gritos en contra de las minoritarias, que defienden al mandatario.
Más que palabras, los gestos y el color de la jornada mostraron el enfrentamiento político en Venezuela estos días, previos a la elección de una Constituyente de 131 miembros en la cual Chávez quiere una mayoría que disuelva el parlamento.
Chávez, cuando fue teniente coronel del ejército en 1992, encabezó una asonada contra el entonces presidente Carlos Andrés Pérez, la cual fracasó, pero en diciembre de 1998 fue elegido presidente con más de 56 por ciento de los votos.
Su propuesta de "refundar la república" incluye redefinir el papel de las Fuerzas Armadas para involucrarlas en tareas de desarrollo social, y pasa por quebrar el espinazo de los partidos tradicionales que guiaron la democracia venezolana desde 1958.
Los candidatos del grupo que lidera Chávez, el Polo Patriótico (militares retirados, políticos de izquierda, empresarios proteccionistas y la esposa del presidente, Marisabel Rodríguez), seguramente serán la bancada mayor de la Constituyente, pero es una incógnita si reunirán mayoría absoluta.
Chávez soportó impertérrito, en ocasiones hojeando una Biblia, el discurso en el que Olavarría le acusó de demagogo, de buscar una asamblea dictatorial y de ofender y amenazar constantemente a la Corte, al parlamento, la Fiscalía, la Contraloría y a los gobernadores de los estados.
El presidente del Senado, coronel retirado Luis Dávila (Polo Patriótico), llamó al orden varias veces a Olavarría, recordándole la majestad de la fecha que se conmemoraba y le acusó de "provocar un bochorno y ensuciar aún más al Congreso" legislativo con su discurso "irrespetuoso".
La presidenta de la Corte Suprema, Cecilia Sosa, se retiró cuando se produjeron las primeras menciones a la Corte en el discurso de Olavarría.
Luego, se ausentó la esposa de Chávez, quien criticó duramente al orador porque en la campaña electoral de 1998 apoyó a su esposo y luego giró hacia la oposición.
Poco después, se marchó al unísono el alto mando militar. "Las palabras del orador no correspondían a la fecha", fue la explicación del ministro de Defensa, general Raúl Salazar.
"Vuelo como las águilas, no me arrastro como las serpientes" fue el único comentario de Chávez al salir del parlamento rumbo a un paseo caraqueño donde presidió un desfile militar conmemorativo.
Allí pidió a los generales "dedicar el desfile al pueblo" y mostrar la solidaridad con la poblacion civil "como prueba de que Venezuela no abre sus puertas a una dictadura, sino que nos estamos liberando de la tiranía de los cogollos", como se denomina a las cúpulas políticas.
Este lunes también circuló el primer número de un diario que Chávez ha lanzado para propagar sus ideas y su gestión, un tabloide llamado El Correo del Presidente, pese a que sus opositores sostienen, en bloque, que el mandatario no debe hacer campaña directa por sus candidatos.
El diario completa una trilogía con otros esfuerzos de comuniación: espacios semanales de radio y televisión en los que el mandatario interactúa con los oyentes que por teléfono o personalmente le presentan pedidos particulares, reivindicaciones colectivas o ideas para gobernar.
Hasta ahora, según analistas de empresas encuestadoras, la táctica de enfrentamiento, como la vivida en la jornada de este lunes, ha terminado por favorecer a Chávez, como dueño de la calle ante el mutis de los partidos opositores, y también de los medios. (FIN/IPS/jz/mj/ip/99