El futuro del parlamento de Venezuela es una incógnita, ante la instalación de una Asamblea Constituyente que podría disolver los poderes constituidos, mientras la escena política se reacomodaba hoy tras el trauma electoral del domingo.
El aplastante triunfo del oficialismo en las elecciones de los miembros de la Asamblea Constituyente provocó una oleada de especulaciones sobre los cambios que ocurrirán en este país.
La mayor parte de las especulaciones se refieren al destino del Congreso legislativo, donde el oficialismo dispone de apenas 30 por ciento de los escaños.
Contituyentes oficialistas reiteraran su propósito de utilizar los poderes de la Asamblea para disolver el parlamento, declarar emergencia judicial e, incluso, eliminar la fiscalía, iniciativas amortiguadas por el propio presidente Hugo Chávez.
El parlamento tomó este martes la iniciativa como medida de distensión con la Asamblea Constituyente, y decidió postergar la elección de magistrados de la Corte Suprema, que era vista como una afrenta por el oficialismo.
"Han asumido la nueva realidad política", comentó el presidente del Congreso, Luis Alfonso Dávila, un partidario de Chávez que no ha ocultado su respaldo a una eventual disolución del Poder Legislativo.
El argumento de los oficialistas que postulan la disolución del parlamento es que la gestión del Poder Legislativo podría entorpecer a la Asamblea Constituyente, que, agregan, debe contar con libertad de acción.
El presidente de la Cámara de Diputados, Enrique Capriles, destacó la importancia de buscar "consenso y colaboración", que incluya fórmulas de cooperación entre el Congreso legislativo y la Asamblea Constituyente.
Se espera que, en procura de una mayor conciliación para la discusión constituyente, el parlamento declare un receso y, como es habitual en estos casos, delegue la función legislativa en una comisión delegada.
El oficialista Polo Patriótico conquistó este domingo 117 de los 128 puestos para la Asamblea Constituyente, un triunfo arrollador que relegó de forma absoluta a los partidos que gobernaron en los últimos 40 años.
La convocatoria a la Asamblea, que deberá redactar una nueva Constitución en seis meses, es el principal proyecto de Chávez, un teniente coronel retirado que asumió el poder en febrero.
Chávez ha adoptado una posición mas moderada frente a la eventual disolución del parlamento pues considera que no es el momento táctico, aseguró este martes el vespertino El Mundo.
Las fuerzas políticas opositoras han reaccionado frente al impacto que produjo el triunfo del "chavismo" en las elecciones de miembros de la Asamblea Constituyente.
La directiva del partido democratacristiano Copei renunció en bloque este lunes, y el martes la crisis se había apoderado del comité ejecutivo del partido socialdemócrata Acción Democrática, donde también podría haber dimisiones.
Esos dos partidos se alternaron el poder durante la mayor parte del actual ciclo democrático venezolano, iniciado en 1958 tras el derrocamiento del dictador Marcos Pérez Jimenez.
La otra fuerza opositora es el conservador Proyecto Venezuela, cuyo líder, Henrique Salas, manifestó la intención de respetar el triunfo "venga de donde venga".
Salas, el único contrincante serio que tuvo Chávez en las elecciones presidenciales de diciembre, rechazó a quienes cuestionan la legitimidad de la Asamblea Constituyente basados en la abstención de 53 por ciento.
"No podemos caer en la mezquindad de negarle legitimidad a esta Asamblea", dijo, pero al mismo tiempo recordó a los contituyentes oficialistas que si se proponen "refundar una república", como proclama Chávez, "son responsables de todo un país" y no sólo de un sector.
El Consejo Nacional Electoral (CNE) informó que los constituyentes electos en todo el país serán proclamados antes del fin de semana, y que, por lo tanto, la Asamblea podría instalarse a comienzos de agosto.
Lo más probable es que a partir de ese momento sesione en instalaciones prestadas por el Congreso. (FIN/IPS/lc/mj/ip/99
