El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, presiona a los constituyentes electos para que la nueva carta esté terminada este mismo año, mientras éstos definen el reglamento de la Asamblea que se instalará el próximo martes.
Chávez, considerado el gran ganador de las elecciones de constituyentes del domingo pasado, consideró que la Asamblea debe reducir de seis a tres meses el plazo fijado para redactar la nueva Constitución venezolana.
"El 3 de noviembre deberíamos estar haciendo el referendo para que el pueblo acepte la nueva Constitución", dijo Chávez ante una multitud reunida la noche del miércoles para celebrar su 45 cumpleaños.
Esta celebración, inédita en el país, fue otra muestra de la popularidad del mandatario, cuyos partidarios conquistaron 120 de los 128 puestos en disputa en las elecciones del domingo.
Los constituyentes electos conformarán, junto con tres representantes indígenas, el cuerpo de 131 miembros encargado de elaborar la nueva carta.
Chávez, que esta semana ya tuvo dos reuniones con constituyentes electos, afirmó que el 12 de diciembre podría elegirse un nuevo Congreso y alcaldes "en función de la nueva Constitución" si se apura el trabajo.
Además, confirmó que entregará a la Asamblea un proyecto base sobre el contenido de la Constitución, tan pronto el órgano se instale el próximo martes, como lo dispuso el Consejo Nacional Electoral (CNE).
Su propuesta no es muy bien recibida por opositores, que consideran que acelerar el debate constituyente implicaría "presiones indebidas" para imponer ideas y, de esa forma, acortar el debate.
El constituyente Claudio Fermín, uno de los ocho constituyentes electos independientes, recordó que Chávez había anunciado un debate constitucional hondo y serio que requiere tiempo.
"Si a Chávez le estorba este debate, entonces le fingió al país", comentó Fermín.
Mientras, los constituyentes chavistas comenzaron a elaborar el reglamento que regirá la Asamblea, al que podrían aprobar sin inconvenientes dada su aplastante mayoría.
Un borrador publicado este jueves por el diario El Universal incluye una disposición para que el trabajo de constituyente sea "incompatible con el de cualquier otro destino público o privado".
El texto también establece que la Asamblea sesionará todos los días, incluso feriados, y que sus sesiones serán públicas. Inasistencias injustificadas de los delegados darán origen a procedimientos para revocar su mandato.
Además, dispone amplias libertades para el trabajo de los medios de comunicación, que incluso podrían transmitir las sesiones. "No puede haber restricción alguna y debe protegerse a los comunicadores sociales", advierte.
Cuando el trabajo de la Asamblea concluya, el texto constitucional resultante sería sometido a referendo y quedaría consagrado con una mayoría simple de votos afirmativos.
El reglamento también ratifica el carácter originario de la Asamblea, lo que la coloca por encima del poder constituido y le permitiría, incluso, disolver los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial.
Varios constituyentes oficialistas y el propio Chávez habían adelantado su interés de disolver el parlamento, donde hay mayoría opositora.
Pero tras la contundente victoria del oficialista Polo Patriótico el domingo, el ánimo ha sido de conciliación. El propio parlamento aceptó colaborar con la Constituyente, declarándose en receso hasta octubre y convocando, como es habitual, a una "comisión delegada".
Algunos constituyentes oficialistas dijeron que no había interés en disolver ningún poder del Estado mientras éstos no interfieran con la Asamblea, que sesionaría en la propia sede parlamentaria. (FIN/IPS/lc/mj/ip/99