Las autoridades electorales de Venezuela lanzaron hoy una intensa campaña para instruir a los votantes que deben elegir la Asamblea Constituyente, cuando faltan apenas dos semanas para los comicios.
Dos desafíos importantes serán identificar para el elector a los 1.159 candidatos e informar adecuadamente sobre el mecanismo de votación por el que se elegirá a los venezolanos encargados de redactar una nueva Constitución.
Pero también será clave estimular la participación para conjurar el fantasma de la abstención. El Consejo Nacional Electoral (CNE) lanzará una campaña destacando que en esta oportunidad se elige "el futuro del país".
La Asamblea Constituyente tendrá 131 miembros, de los cuales tres serán representantes de los pueblos indígenas elegidos por separado. Los otros 128 serán seleccionados en los comicios del domingo 25 de julio.
El CNE aseguró que en menos de una semana distribuirá millones de ejemplares de un borrador de la boleta de votación para que la gente pueda practicar el proceso de selección de sus candidatos.
Por otra parte, los electores recibirán una "gaceta electoral", como se ha denominado a la publicación en la cual cada uno de los aspirantes estará plenamente identificado, incluida su foto.
La idea es que los votantes conozcan el nombre, el rostro y el número de su candidato, tres elementos que estarán desplegados en la boleta de votación, para que el proceso sea más ágil y preciso.
Cada elector deberá seleccionar 10 candidatos nacionales de una lista de 93 aspirantes, más un número variable de candidatos regionales, que depende de la candidad de constituyentes correspondiente en cada caso, calculado en base a la población representada.
Las autoridades electorales dispusieron que hasta 10 personas voten simultáneamente en cada mesa, como un mecanismo para agilizar el proceso. Un votante informado debería demorar hasta cinco minutos, pero esta sería una situación ideal.
El CNE ahora trabaja a toda máquina tratando de recuperar el tiempo perdido por un retraso en los preparativos, atribuido a la tardanza en la asignación de fondos que fueron aprobados sólo el jueves en el parlamento.
Representantes del Congreso legislativo argumentaban que no podían dar luz verde a la partida presupuestaria, debido a fallas en la presentación de solicitud de fondos por parte del Ejecutivo.
En varias oportunidades el presidente del CNE, Andrés Caleca, advirtió que existía peligro de una postergación de las elecciones debido a una falta de fondos que habría provocado "daños irreversibles" al proceso.
Esos llamados de alerta tropezaron invariablemente con el rechazo del presidente Hugo Chávez, para quien el proceso no puede retrasarse por ningún motivo.
Chávez, un teniente coronel retirado que encabezó un fallido golpe de estado en 1992, se impuso en las elecciones presidenciales de diciembre de 1998 con una campaña centrada en la oferta de una nueva Constitución.
En febrero, cuando Chávez asumió el poder, ratificó su propósito desde el primer minuto al asegurar que juraba como presidente sobre una Constitución "moribunda".
La Constitución vigente fue aprobada en 1961, en los albores del ciclo democrático venezolano, inciado tras el derrocamiento del dictador Marcos Pérez Jiménez en 1958.
Los 131 constituyentes deberán comenzar a trabajar a comienzos de agosto, y se espera que el nuevo documento esté redactado para comienzos del 2000. La Constitución será sometida a un referendo, para que los electores venezolanos den su aprobación final.
Una vez elegida, será la propia Asamblea Constituyente la que deberá establecer sus normas de funcionamiento. Pero aún no se sabe a ciencia cierta cuáles serán sus límites.
Los partidarios de Chávez, agrupados en el Polo Patriótico, no ocultan su deseo de que la Constituyente pueda incluso disolver el parlamento. Y el propio presidente ha dicho que le solicitaría a la Asamblea ese gesto.
Las declaraciones son emitidas en un ambiente de fuerte antagonismo. Los enfrentamientos entre fuerzas políticas y candidatos tienden a imponerse sobre el debate sobre el contenido de la nueva Constitución, según analistas.
Una encuesta de la empresa Datanálisis difundida el 23 de junio, un mes antes de la votación, demostró que 55,6 por ciento de los encuestados esperaba que Asamblea Constituyente solucione los problemas económicos del país.
De las personas encuestadas, 29,3 por ciento dijeron que el objetivo de la Asamblea era cambiar la Constitución. (Fin/IPS/lc/mj/ip/99