En el norte de Tailandia amenaza con estallar un conflicto de larga gestación entre grupos étnicos de las montañas, agricultores de las tierras bajas y las autoridades estatales por el uso de los recursos naturales.
La tensión llegó a tal punto que si el gobierno no escucha las quejas de los montañeses, podría haber violentos enfrentamientos en un futuro cercano, advirtieron analistas.
En mayo, más de 10.000 miembros de grupos étnicos minoritarios realizaron una manifestación sin precedentes en el pueblo de Chiang Mai, y casi llegaron a un enfrentamiento con funcionarios forestales y agricultores de tierras bajas que se oponían a sus demandas.
Los montañeses quieren que las autoridades forestales dejen de expulsarlos de las parcelas agrícolas en los bosques y una política clara que les garantice acceso permanente a esas áreas. También quieren que se les deje de negar la ciudadanía tailandesa, a pesar de haber vivido en el país por generaciones.
Los agricultores de las tierras bajas acusan a los montañeses de modificar la línea divisoria de las aguas en las tierras altas y amenazar el suministro de agua de quienes viven corriente abajo.
El Departamento Forestal Real (RFD) acusa a las tribus de las tierras altas de destruir los bosques mediante los cultivos rotativos.
En virtud de esa práctica, talan y queman un área determinada del bosque, la cultivan durante uno a tres años, la dejan en barbecho y se trasladan a una nueva área. Generalmente regresan a la vieja parcela después de un lapso de 10 o 15 años.
Los grupos étnicos afirman que coexistieron con los bosques durante generaciones sin destruirlos, y acusan a funcionarios estatales corruptos de hostigarlos y violar sus derechos humanos.
"Los funcionarios amenazaron con realizar arrestos y afirmaron que somos inmigrantes tribales, aunque saben que nos establecimos en nuestros pueblos hace más de 30 años", dijo un líder tribal durante la manifestación, según los medios tailandeses.
Un grupo de conocidos académicos de ciencias sociales de la Universidad de Chiang Mai se unió a la lucha en favor de los montañeses. Sus investigaciones sobre silvicultura comunitaria apoyan las demandas de los montañeses.
"Hay muchas investigaciones recientes que muestran que los cultivos rotativos, con ciertas precauciones, pueden ser una forma de agricultura ecológicamente sustentable", dijo Pratuang Narintrankool Na Ayudhaya del Centro de Estudios Etnicos y Desarrollo con sede en Chiang Mai.
Pratuang agregó que las tribus montañesas desempeñan un papel importante en la conservación de la biodiversidad en los bosques y en la prevención de los incendios forestales anuales.
Según los académicos de ciencias sociales, se culpa a los montañeses de la deforestación causada principalmente por las compañías madereras y las actividades financiadas por el Estado, como la construcción de carreteras y represas.
La superficie de bosques de Tailandia se redujo a sólo 27 por ciento, en comparación con 60 por ciento hace unas décadas. El departamento forestal convirtió los bosques restantes en parques nacionales, y quiere que los montañeses que viven allí evacúen esas áreas.
Además del conflicto respecto del uso de los recursos forestales, los grupos étnicos de las tierras altas también tienen problemas con las autoridades estatales debido al lento proceso para otorgar la ciudadanía a su gente.
Desde la adopción de una política de gobierno para otorgar la nacionalidad tailandesa a minorías étnicas a lo largo de las fronteras del país a mediados de los años 60, sólo 26 por ciento de la población tribal de casi 800.000 habitantes recibió documentos de identidad nacionales.
Los grupos étnicos tailandeses están divididos en nueve grupos minoritarios y representan más de uno por ciento de los 62 millones de habitantes del país.
Sin los documentos adecuados que prueben su ciudadanía, las minorías étnicas son objeto de hostigamiento y extorsión por la policía y su movimiento entre las diferentes provincias está restringido.
Funcionarios afirman que el proceso de otorgamiento de la ciudadanía es muy lento debido al gran número de inmigrantes de los países vecinos, que según ellos dificulta la distinción de los montañeses nuevos de los que llevan más tiempo establecidos.
Los principales grupos étnicos como los karen, hmong, yao, lisu, akha y lahu se encuentran en Birmania, Laos y también en el sur de China.
A juicio de los académicos, estos problemas se deben a las políticas "racistas" de los sucesivos gobiernos, que tratan a las minorías étnicas como "incivilizadas" y las consideran "un problema a resolver".
Históricamente, la política estatal referente a los grupos étnicos del norte de Tailandia apuntaba a evitar que amenazaran la seguridad nacional, disminuir el cultivo de opio en el terreno montañoso a lo largo de las fronteras con Birmania y Laos, y evitar la deforestación.
Debido a este tratamiento como ciudadanos de segunda clase, los grupos étnicos de las montañas tienen grandes problemas.
Entre ellos está la incapacidad de participar de manera igualitaria en la economía, el acceso limitado a los servicios gubernamentales, la falta de derechos respecto de la tierra y de ciudadanía y la creciente alteración de los sistemas sociales que conduce a la drogadicción, prostitución y pérdida graual de la identidad cultural.
"En el proceso de desarrollo, siempre son las personas sin poder, como las mujeres, los niños y las minorías étnicas las que deben sacrificarse y sufrir", dijo Chayan Wattanaputhi, director del Centro de Estudios Etnicos de la Universidad de Chiang Mai.
Agregó que aunque muchos funcionarios gubernamentales tienen buenas intenciones, no tienen suficiente respeto por el conocimiento y las costumbres indígenas de los habitantes de las tierras altas.
"Para ellos, desarrollo significa mejoras económicas, ley y orden, y la integración de estas comunidades étnicas en el estado moderno. Significa la expansión del control estatal sobre los recursos económicos", explicó.
La tensión generada por las protestas de los montañeses se diluyó por el momento con la promesa del gobierno de Chuan Leekpai de que pronto se propondrá una nueva política forestal comunitaria (que les permitirá vivir en los bosques) que será discutida públicamente.
El gobierno también prometió terminar en el 2001 el proceso de otorgamiento de ciudadanía a los montañeses que tengan derecho a ella.
Sin embargo, se teme que ninguna de esas promesas se implemente de manera adecuada. "Hay casi un millón de personas que pertenecen a minorías étnicas viviendo en los bosques del norte de Tailandia. Si alguien intenta expulsarlos, seguramente habrá resistencia", dijo un analista político tailandés en Bangkok.(FIN/IPS/tra-en/bs/js/at/aq/hd/99