SUDAFRICA: Mbeki reivindica a Mandela pero quiere cambios

Thabo Mybuyelwa Mbeki, el nuevo presidente de Sudáfrica, sostuvo que mantendrá los objetivos y el estilo de su antecesor, Nelson Mandela, pero representa a la generación siguiente y tiene su propia agenda.

Mbeki, de 57 años, ha sido durante mucho tiempo una especie de "príncipe heredero", esperando en la sombra para desplegar las dotes dipolomáticas y de conductor que adquirió bajo la guía del extinto Oliver Tambo, presidente del Congreso Nacional Africano (CNA), y del propio Mandela.

Su padre, Govan Mbeki, fue también un dirigente importante del CNA, y esto otorgó al actual presidente las credenciales de pertenecer a una "aristocracia" vinculada con las luchas históricas contra el régimen racista del apartheid, que evidentemente tiene gran peso entre los afiliados al partido.

Sin embargo, hay negros menos comprometidos con la actividad política que tienen sentimientos ambiguos hacia Mbeki.

Por una parte, lo aprecian porque es el sucesor elegido por Mandela, cuyo gobierno acompañó desde la vicepresidencia, y un líder que habla apasionadamente sobre la necesidad de acelerar la transformación de Sudáfrica en un país que integre a todas las comunidades étnicas.

Pero también lo ven como un individuo que hasta las elecciones del 2 de junio pasó poco tiempo en las zonas rurales y comunidades urbanas periféricas, y se dedicó en forma prioritaria a la relación con grupos del mundo de los negocios y la participación en misiones comerciales o políticas en el exterior.

Al asumir el gobierno, Mbeki instó a "poner manos a la obra" para construir un gran país multiétnico, revelando su impaciencia ante la lentitud con que funciona la burocracia estatal.

Frank Chikane, director general de la presidencia, declaró que "el mayor desafío que enfrenta el gobierno es el de lograr que la administración pública funcione con eficiencia".

"Necesitamos fortalecer la presidencia y darle capacidad de manejar la aplicación de la política de desarrollo de una manera integrada", agregó.

Mbeki será asistido por el vicepresidente Jaco Zuma para gobernar Sudáfrica. Zuma, de 57, es el miembro más antiguo del ejecutivo despues de Mbeki.

El nuevo vicepresidente, Jaco Zuma, no tiene el peso político con que contaba Mbeki durante el gobierno de Mandela. Esto significa que el peso de la investidura presidencial será mayor, y Mbeki será sabio si permite que emerjan centros rivales de poder, esenciales para el funcionamiento democrático.

En el acto de asunción al mando el 16 de junio, Mbeki rindió simbólico tributo a quienes perdieron la juventud y la vida buscando la liberación política y económica al país.

El nuevo presidente añadió que el significado pleno de la liberación no se comprenderá hasta que el pueblo sudafricano supere la herencia deshumanizante de las privaciones del pasado.

Mbeki representa a la generación que fue instruida para desempeñar el liderazgo en los años 70, tras el juicio de Rivonia, en el cual Mandela fue condenado a prisión perpetua pero aprovechó el proceso para exponer públicamente los principios y objetivos del ANC.

Otros integrantes de esa generación fueron el extinto Stephen Biko, un visionario de la conciencia negra asesinado en 1977, y el ex comandante rebelde Chris Hani, un jefe carismático asesinado en 1993.

Ambos fueron, como Mbeki, líderes de los llamados "jóvenes leones", a los cuales también se menciona a menudo como "la generación perdida" del país.

Es responsabilidad del nuevo presidente satisfacer las necesidades educativas, económicas y sociales de esa generación y la siguiente, cuyos destinos y el del continente africano están tan íntimamente relacionados.

Según Kevin Putt, un estudioso de asuntos políticos, afirmó que la percepción popular de que Mbeki será un decidido "hombre de las transformaciones", como Mandela fue "el hombre de la reconciliación", coincide con las expectativas de un sector de la sociedad sudafricana y de la comunidad internacional.

"Sin embargo, reconciliacion y transformación son dos caras de la misma moneda", explicó.

El propio Mbeki afirmó que "el retiro de Mandela no cambia las bases objetivas de las que surgió su enfoque de la política", y aseguró que aunque la gente piense que "Mandela tuvo un proyecto personal de reconciliación (…), no fue personal sino formado por las circunstancias del país".

De todos modos, el nuevo presidente tratará de imponer su visión personal del "renacimiento africano" y uno de los medios en que confía para lograrlo es la "acción afirmativa" (promoción selectiva de los integrantes de grupos sociales postergados), de la cual es un decidido partidario.

Bongiwe Mculu, una integrante del CNA, comentó que "la acción afirmativa no es una filosofía ni un fin en sí misma", sino un instrumento para lograr una sociedad más equilibrada, que represente ampliamente la realidad étnica del país. (FIN/IPS/tra- en/jb/mn/ego/mp/ip/99)

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