Las "frías estadísticas" reflejan en Paraguay un "estancamiento y crisis que no se pueden cubrir", dijo hoy el presidente Luis González Macchi, al informar al parlamento sobre 12 meses en los que hubo tres mandatarios y fue asesinado un vicepresidente.
González Macchi comprometió a su gobierno de unidad nacional a implementar de inmediato un plan de reactivación económico-social y un proyecto de desarrollo de largo plazo que apele a una "participación crítica y constructiva" de partidos políticos y sectores sociales.
"Fue un mensaje abierto y quizás debamos abandonar posturas radicales", opinó el presidente del hoy cogobernante Partido Liberal Radical Auténtico, Julio César Franco. Su par del partido gobernante desde 1947, el Colorado, Bader Rachid Lichi, agregó que "una democracia sin pan es débil".
"Me cabe un tercio de la responsabilidad", dijo González Macchi en referencia al último año. El mandatario asumió el 28 de marzo en su calidad de presidente del parlamento para completar el período que inició el 15 de agosto pasado Raúl Cubas, hoy asilado en Brasil.
Ante el Congreso legislativo, González calificó a Cubas de "engendro de principe regente" que asumió la presidencia "para cedérsela a quien consideraba su único propietario", en referencia al ex comandante del Ejército, Lino Oviedo, a quien acusó del asesinato del vicepresidente Luis María Argaña.
La Justicia aún no logró pruebas que incriminen a 70 oviedistas detenidos por el crimen ocurrido el 23 de marzo, entre los que figuran ex ministros y senadores que fueron desaforados.
Otros están prófugos, como el diputado Conrado Pappalardo y el senador Horacio Galeano Perrone, o consiguieron asilo en Uruguay, como el ex ministro de Defensa Nacional, José Segovia Boltes, y el propio Oviedo en Argentina.
El presidente paraguayo dijo este jueves que la renuncia de Cubas y la muerte del vicepresidente "formaban parte de un plan" para convocar a elecciones adelantadas y permitir que el ex militar pudiera ser electo presidente.
En las elecciones del 10 de mayo de 1998, Oviedo aún estaba en prisión militar, condenado a 10 años, debido a la insubordinación que encabezó en 1996. Esa sentencia le valió la inhabilitación como candidato a pesar de que había sido elegido para ello en las elecciones internas del Partido Colorado en septiembre de 1997.
González Macchi opinó que Cubas no imaginó la reacción popular como "coraza protectora" para apoyar el juicio político a un "presidente que había quedado sin legitimidad".
Ese "error de cálculo terminó con la matanza" de siete "jóvenes y campesinos" frente al Congreso a fines de marzo, dijo. A su entender, ese fue "el precio de sangre que Paraguay pagó" por la vuelta a la institucionalidad y debe ser un "recuerdo del futuro que no queremos".
González Macchi hizo una reseña de sus pasos desde el 28 de marzo al 30 de junio de 1999, así como de las actividades finales del gobierno de Juan Carlos Wasmosy (1993-1998) del 1 de julio al 15 de agosto del año pasado y los siete meses del presidente Cubas hasta el 28 de marzo.
El mandatario pidió apoyo al Congreso legislativo para "el reencuentro de todos los paraguayos" con el objetivo de "estar a la altura del momento de la historia y a tono con las exigencias del país", en lo que el vicanciller Carlos Mateo Balmelli calificó de "llamado a cambiar la conducta política".
A punto de cumplir 100 días de gobierno, González dijo que "a Paraguay sólo se lo puede gobernar con grandeza" y apuntó que "la política paraguaya padece de vicios partidarios del pasado que habremos de corregir en el futuro".
Tras exponer el contexto político que le llevó a la presidencia, habló de sus planes de gobierno y entregó un informe técnico de la gestión económico-social del gobierno, a lo que calificó como "frías estadísticas" que arrojan un "estancamiento y crisis que no se pueden cubrir".
Los indicadores "positivos se ven neutralizados", por lo que "Paraguay perdió de nuevo un año en su lucha por el desarrollo a causa de una aventura política grave y aleccionadora que quiso llevar el Estado a la disolucion para un experimento totalitario".
El presidente paraguayo concluyó que una "democracia sin empleo, sin salud, sin educación ni progreso, es enferma y débil", por lo que su gabinete instrumenta "un plan de reactivación economico-social inmediato" para estabilización macro, baja inflación, más empleo y posición fiscal sostenible.
El Proyecto Nacional de Desarrollo de largo plazo que prometió será "un programa bitácora que marque el rumbo para el siglo XXI de todos los paraguayos, incorporando componentes que conviertan las políticas en decisiones de Estado para superar las diferencias sectoriales y partidarias".
González Macchi solicitó a todos los partidos "renunciamientos para llevar adelante esos cometidos" y a los sectores sociales que "antes del instrumento de la protesta como cerrar rutas, hacer huelga o invadir propiedades se use antes el instrumento del diálogo". (FIN/IPS/cm/mj/ip if/99