El sistema bancario de México, cuyo saneamiento tras cinco años de crisis costará a los contribuyentes 84.000 millones de dólares, sufre anemia aguda por falta de capital para reactivar el circuito del crédito y su restablecimiento requerirá año y medio, advirtieron analistas.
El apoyo al sistema financiero mexicano es el más alto concedido por gobierno alguno de América Latina en países agobiados por desequilibrios en instituciones de crédito, pues equivale a 20 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), señaló el jueves la calificadora Standard & Poor's (S&P).
Para su capitalización y para recuperar su salud, perdida con la gran devaluación del peso mexicano en diciembre de 1994, cuando apenas comenzaba el gobierno de Ernesto Zedillo, los bancos mexicanos necesitan de unos 12.000 millones de dólares, estimó el presidente de la firma internacional, Víctor Herrera.
A raíz de la más severa crisis económica que ha afectado a México durante las últimas tres décadas, desencadenada a escasas tres semanas de que Zedillo asumió el poder, en diciembre de 1994, los bancos mexicanos suspendieron la asignación de créditos.
El financiamiento al sector privado del país había caído en términos reales de menos 1,3 por ciento en octubre de 1998 a retroceder en menos 12,4 por ciento en abril, mientras la captación de la banca se desplomó 0,1 por ciento, de acuerdo con fuentes bancarias.
El desastre económico abultó de manera alarmante las carteras vencidas de los bancos, las cuales fueron a parar al extinto Fondo Bancario de Protección al Ahorro (Fobaproa).
En lo que amplios segmentos políticos y sociales del país calificaron de "fraude del siglo", los pasivos de ese fondo fueron absorbidos por el gobierno.
En una polémica decisión, el gobernante Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el derechista Partido Acción Nacional (PAN) unieron sus fuerzas en el Congreso legislativo para signar un acuerdo por medio del cual los contribuyentes deberán asumir el costo de la crisis bancaria.
Tal acuerdo dio origen a principios de mayo al Instituto de Protección al Ahorro Bancario, en sustitución del Fobaproa.
La decisión de transferir al presupuesto del Estado los pasivos de Fobaproa abrió nuevas y profundas fisuras en el bloque político opositor formado por el PAN y el izquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD).
El PRD, que gobierna desde diciembre de 1997 la ciudad de México, sostuvo que la cuenta estuvo plagada de irregularidades. El Congreso legislativo contrató a un auditor privado que investiga los créditos transferidos al fondo.
"No está suficientemente claro de dónde provendrán los recursos que necesita ahora la banca mexicana", destacó Herrera.
En el marco de un seminario organizado por la Asociación de Banqueros de México (ABM), Herrera señaló que "no veo a inversionistas nacionales o extranjeros interesados en este momento en la banca mexicana".
Los inversionistas que "han metido recursos al sistema bancario en los últimos años han sufrido fuertes pérdidas" y "es difícil que alguien quiera arriesgar sus recursos para comprar problemas", agregó.
El respaldo del gobierno al sistema bancario "es el más alto en América Latina", si se considera que el costo fiscal en Colombia ascendería a ocho por ciento y en Argentina a cinco por ciento del PIB, precisó S&P.
En 1995, los responsables de las finanzas del país calcularon el rescate bancario en un costo fiscal de cinco por ciento del PIB.
La ABM estima que el sistema bancario del país, al que define como la parte más débil de la economía, requiere entre 5.000 y 8.000 millones de dólares para su capitalización.
"Eso que llaman rescate bancario no es otra cosa que deuda pública que tendremos que pagar nosotros, nuestros hijos y nuestros nietos", afirmó este viernes el analista Ignacio Catalán.
Aun cuando las instituciones de crédito recibieran los recursos que demandan, "sus problemas podrán quedar resueltos después de año y medio", lo que resta del gobierno actual.
Los pronósticos de que será la administración que surja de los comicios presidenciales del 2000 la encargada de forjar un sistema bancario sólido se basan fundamentalmente en que hasta que finalice el siglo el gobierno "sólo podrá ir cubriendo los intereses nominales" del costo del recate, dijo Catalán.
México, que hace dos semanas blindó su economía con créditos por 23.700 millones de dólares para desterrar los riesgos de crisis económicas que suelen acompañar los últimos meses de un periodo de gobierno, tiene una deuda externa de 161.315 millones de dólares.
Según la Secretaría (ministerio) de Hacienda, no se esperan presiones que obliguen a refinanciar el adeudo con los organismos financieros internacionales durante los próximos seis años.
El país destina 15 centavos de cada peso al costo de la deuda externa.
Desde su instalación formal, el IPAB trabaja en el saneamiento y capitalización de Bancrecer, Serfin, Atlántico y Promex, las dos primeras instituciones por medio de recursos y las otras dos se fusionarán con otros bancos locales.
La operación de Bancrecer, que se espera para los próximos días, tendrá un costo de unos 8.200 millones de dólares, según datos extraoficiales.
Los banqueros mexicanos insisten en que para reabrir el circuito del crédito a las actividades productivas, es urgente además la aplicación de una reforma jurídica a fin de ejecutar las garantías por los préstamos otorgados. (FIN/IPS/pf/mj/if/99