Países y organismos dan prioridad a Kosovo a la hora de asignar sus recursos humanitarios, y dejan de lado a Albania, Macedonia y Serbia, donde los refugiados ejercen una fuerte presión social y económica, advirtieron hoy el Banco Mundial y organizaciones no gubernamentales (ONG).
"A medida que los refugiados de Kosovo se retiran (de Albania), surge la inquietud de que los grupos humanitarios y los donantes se retiren con ellos y abandonen" ese país, dijo Olivia Lind Haldorsson, de VOICE, una red de ONG con sede en Bruselas.
"En algunas zonas (de Albania) se debió interrumpir la restauración de estructuras existentes, ya que los recursos se reorientaron para cubrir las necesidades inmediatas de los refugiados", dijo Haldorsson desde Tirana, donde VOICE abrió una oficina.
La población de refugiados en Albania descendió de 444.000 a mediados de junio, cuando terminaron los ataques aéreos de la OTAN contra Yugoslavia, a unos 69.000 esta semana, según el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados y la Comisión Europea, el poder ejecutivo de la Unión Europea.
Desde mediados de junio, más de 640.000 de los 800.000 albanokosovares que huyeron de Kosovo volvieron a la provincia serbia, lo cual provocó la salida de la misma de 130.000 serbios y gitanos hacia el resto de Serbia o a Montenegro, la otra república de la federación yugoslava.
El nuevo administrador de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en Kosovo, Bernard Kouchner, dijo esta semana que la ayuda humanitaria a la región se debe entregar "mucho antes de lo esperado", debido a la rapidez con que vuelven los albanokosovares.
El Banco Mundial advirtió que no se sentarán las bases para la paz en los Balcanes si los fondos disponibles se destinan más que nada a la ayuda humanitaria de Kosovo.
"La rehabilitación de Kosovo se enfrentará a poderosos obstáculos sin un marco regional que mejore las condiciones económicas y sociales de los países afectados del sudeste de Europa", dijo esta semana Rory O'Sullivan, representante especial para los Balcanes del Banco Mundial.
"Es claro que el crecimiento económico y la prosperidad en la provincia (serbia de Kosovo) y en el resto de la región es un prerrequisito para la estabilidad y la paz duradera del sudeste de Europa", agregó.
La ayuda financiera para reconstruir los Balcanes tras la guerra de Kosovo fue el principal tema de discusión de los ministros de Finanzas del Grupo de Siete países industrializados y los directores de instituciones financieras internacionales que se reunieron en Bruselas el martes.
El presidente del Banco Mundial, James Wolfensohn, dijo antes de la reunión que el proceso de reconstrucción de Kosovo se debe hacer dentro de una estrategia más amplia que incluya a Albania y Macedonia.
"Quisiera exhortarles a redoblar sus esfuerzos para ayudar a estos países en el sudeste de Europa a cumplir sus brechas en las balanzas de pago de 1999", dijo Wolfensohn a los funcionarios en Bruselas.
El Banco Mundial también señaló que sólo puede planificar sus actividades en la región para los próximos 18 meses a más tardar, porque el futuro de Kosovo sigue ligado al futuro político de Serbia.
Analistas financieros señalan que es poco realista pensar que se puede mejorar la economía de la región sin ayudar a Serbia, pero las potencias occidentales insisten en que no darán asistencia para la reconstrucción de la república yugoslava mientras el presidente Slobodan Milosevic siga en el poder.
El presidente de Finlandia, Martti Ahtisaari, advirtió esta semana que no prevé rápidos cambios políticos en Yugoslavia, e insistió en ayudar a Serbia para al menos restaurar los sistemas de abastecimiento de agua y energía eléctrica destruidos por la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte).
Cierta ayuda humanitaria se designó a Serbia, pero la entrega se demoró por las discrepancias entre la mayoría de los líderes de la Unión Europea por un lado y Estados Unidos y Gran Bretaña por el otro.
Los países donantes deben reconocer que para tener una reconstrucción significativa, "se deben establecer contactos con Serbia", dijo Christian Poortman, coordinador del Banco Mundial para el sudeste europeo.
La Comisión Europea calculó que el ingreso de 444.000 refugiados albanokosovares en Albania puso "una tremenda presión" en el país y es un "verdadero desafío a la estabilidad económica".
La Comisión Europea estima que aumentará drásticamente la dependencia albanesa de la ayuda externa, ya que se calcula que el déficit de cuenta corriente del país se duplicará a 12 por ciento del producto interno bruto este año.
Así mismo, la incapacidad de la vecina Bulgaria para atraer "la cantidad suficiente de financiación externa ejercerá mayor presión en el presupuesto y pondrá en peligro el proceso de reformas" económicas, advirtió el organismo.
La Comisión también espera que el presupuesto nacional de Macedonia se "deteriore drásticamente en 1999", porque la guerra disminuyó en 70 por ciento las exportaciones del país.
La Unión Europea anunció esta semana que destinó 507 millones de dólares a Kosovo, pero el dinero se obtendrá de fondos incluidos en el presupuesto para la ayuda al exterior.
Esto hace temer que el costo de la reconstrucción de Kosovo limite la ayuda a otras regiones del mundo, sobre todo de los países en desarrollo.
El Banco Europeo de Inversiones calculó que el costo de la reconstrucción de Albania, Macedonia y Yugoslavia ascenderá a 25.000 millones de dólares en el próximo lustro. (FIN/IPS/tra-en/ns/ak/aq/dv-ip/99