Las protestas estudiantiles en Irán parecen poner en juego la esencia de la revolución islámica de 1979, pero en realidad son la expresión más violenta del conflicto político entre dos generaciones de revolucionarios.
La vieja guardia, fogueada en la larga lucha contra el gobierno del sha Reza Pahlevi, quien fue obligado a abandonar el gobierno en enero de 1979, y luego en la guerra contra Iraq (1980-1988), está resuelta a defender sus privilegios.
A su vez, los jóvenes reformistas tratan de sacar todo el provecho posible de la campaña para las elecciones legislativas del año próximo, que serán cruciales para sus intereses.
La batalla entre partidarios y opositores del reformista presidente Mohammed Khatami tiene como centro el debate sobre la prensa, que ha florecido durante los dos años de gobierno de Khatami y representa la amenaza más directa al poder de los tradicionalistas.
La actual oleada de protestas comenzó la semana pasada, después de que los legisladores tradicionalistas lograran la aprobación de un proyecto de ley que reforzó la censura a la prensa y fue visto como un ataque directo a Khatami, a quien apoya la mayoría de los medios de comunicación independientes.
Las movilizaciones de los estudiantes estallaron tras el cierre de Salam, el más importante de los diarios que apoyan las reformas, y ataques a los dormitorios de la Universidad de Teherán, realizados el jueves por grupos tradicionalistas radicales apoyados por la policía.
El origen del conflicto se remonta, sin embargo, al año pasado, cuando se produjo una serie de asesinatos de intelectuales, laicos o islámicos liberales, que habían empezado a ejercer la libertad de expresión que los periódicos independientes se comprometieron a defender.
Esos homicidios siguieron a los esfuerzos del gobierno de Khatami para realizar auditorías de los bienes de los teócrtaas conservadoras, quienes controlan porciones significativas de la economía en nombre de la revolución islámica y no deben rendir cuentas a nadie sobre su gestión.
Varios agentes informales de la policía secreta fueron acusados de los asesinatos de intelectuales.
El año pasado, Salam publicó un documento secreto que despertó sospechas sobre la posibilidad de una elaborada operación de encubrimiento de los crímenes por parte de los tradicionalistas. El autor de ese documento, uno de los presuntos homicidas, había muerto en prisión en circunstancias no aclaradas.
Durante las últimas semanas, la batalla entre reformistas y tradicionalistas ha comenzado a manifestarse en el escenario de la campaña para las elecciones legislativas del año 2000.
Muchos tradicionalistas temen perder el control del organismo legislativo, e intentan desacreditar a las fuerzas reformistas representadas por el presidente.
Según los analistas, los conservadores buscan debilitar la posición de Khatami mediante ataques a sus iniciativas para aumentar los vínculos con la Unión Europea y comenzar un proceso de apertura hacia Estados Unidos.
Este año fueron arrestados 13 judíos a quienes se acusó de espionaje, y algunos observadores consideraron que se trataba de una maniobra de los tradicionalistas para demostrar que el país aún enfrenta amenazas de sus "archienemigos" Estados Unidos e Israel.
Se informó que el gobierno de Alemania había suspendido la prevista visita de Khatami a ese país, para presionar por la liberación de los 13 detenidos, y el presidente del parlamento de Francia advirtió que las naciones europeas podrían interrumpir sus relaciones con Irán si los presuntos espías eran ejecutados.
Los tradicionalistas esperan que el proceso por espionaje debilite el incipiente interés del presidente estadounidense, Bill Clinton, en reanudar las relaciones con Irán.
Esas relaciones cesaron hace 20 años, cuando un grupo de estudiantes islámicos radicales ocupó la embajada de Estados Unidos en Teherán, y mantuvo a 50 estadounidenses como rehenes durante 444 días.
Los partidarios de Khatami, quien fue elegido hace dos años tras prometer reformas y liberalización, piensan que las iniciativas sociales y económicas del presidente no han avanzado con mayor rapidez por el sabotaje de los tradicionalistas, quienes controlan los principales resortes del poder.
Khatami es consciente de que la oleada de protestas puede poner en peligro al conjunto del movimiento reformista, y realizó una severa advertencia a los estudiantes, que han desafiado la prohibición oficial de realizar movilizaciones, volcándose por miles a las calles.
En un mensaje difundido por la televisión estatal el martes, tras seis días consecutivos de agitación en Teherán, el presidente calificó a las protestas callejeras de "desviaciones que serán reprimidas con fuerza y decisión".
Khatami acusó a los dirigentes estudiantiles de "fomentar las tensiones y el desorden" y "atacar los fundamentos del régimen", señalando que algunas consignas coreadas por los manifestantes apuntaban "muy claramente contra los principios fundamentales del gobierno y del progreso político".
El presidente se refería a la consigna "Khamenei debe irse", coreada el martes contra el ayatolá Alí Khamenei, guía espiritual supremo que lidera a los tradicionalistas y a quien normalmente nadie se atreve a criticar.
Muchos estudiantes piensan que las declaraciones de Khamenei sobre las protestas de los últimos días alentaron a los grupos radicales que realizan acciones violentas contra los reformistas.
Algunos analistas señalaron que las manifestaciones de hostilidad hacia Khamenei por parte de los estudiantes pueden hacer que las protestas tomen un rumbo sin precedentes, e incluso provocar una cruenta represión.
Hace 20 años un diario publicó un informe que criticaba la campaña de los clérigos islámicos contra el sha, y se produjo una protesta callejera contra el periódico en la ciudad de Qom, sagrada para los islámicos.
El ejército abrió fuego contra los manifestantes y comenzó una escalada de violencia en todo el país, cuyo desenlace fue la caída del régimen pro occidental de Pahlevi.
Es posible que la actual oleada de protestas no desestabilice de un modo tan grave a la república islámica, pero se trata de los disturbios estudiantiles más importantes desde que el sha debió abandonar el país. (FIN/IPS/su/an/mp/ip/99