La temperatura política previa a la elección del próximo presidente de Indonesia aumentó con el ataque a la legitimidad de la presidencia de Jusuf Habibie por la líder opositora Megawati Sukarnoputri.
Aunque algunos analistas opinaron que su raro discurso emocional del jueves, difundido por la televisión nacional, demostró su crecimiento como líder, otros lo consideraron una mera réplica a las críticas vinculadas con su género, su capacidad para gobernar y su falta de experiencia.
Megawati, hija del presidente fundador de Indonesia, Ahmed Sukarno, fue blanco en las últimas semanas de críticas de grupos como el musulmán Partido Unido del Desarrollo, el cual anunció que sólo apoyaría un candidato masculino por motivos religiosos.
Hasta ahora, sin embargo, el Partido Unido se mantuvo en el campo reformista junto con el Partido-Lucha Indonesio por la Democracia (PLID) de Megawati, el Partido del Mandato Nacional, el Partido del Despertar Nacional y el Partido de la Estrella Creciente.
Varios partidos de orientación musulmana se unieron al coro de los que favorecen un candidato masculino para esta nación predominantemente islámica.
Pero hasta el jueves, Megawati, cuyo partido obtuvo cerca de 34 por ciento de los votos en las elecciones parlamentarias de junio, había permanecido en silencio.
El discurso por televisión en el que la líder de 57 años expuso su opinión sobre temas diversos, desde el territorio de Timor Oriental hasta la corrupción, significó un alivio para sus seguidores.
"Como ven, ella tiene su propia opinión sobre las cosas. Entiende los deseos de la mayoría de los indonesios y el sufrimiento de la gente", manifestó Matori Abdul Djalil, presidente del Partido del Despertar Nacional.
Pero Eep Syaefullah Fatah, experto en ciencia política de la Universidad de Indonesia, opinó que Megawati no fue completamente honesta al reclamar la presidencia sabiendo que ningún partido obtuvo una mayoría clara en los comicios de junio.
"Ella proclamó al PLID como ganador de la elección, pero no explicó que apenas obtuvo 34 por ciento de los votos", observó Fatah.
El próximo presidente será seleccionado en noviembre por la Asamblea Consultiva del Pueblo, de 700 miembros, y tanto Megawati como Habibie son candidatos.
El gobierno próximo tendrá que ser de coalición, dado que ningún partido obtuvo una mayoría clara en junio. Aparte del PLID, que logró 34 por ciento de los votos, el gobernante Golkar obtuvo 22 por ciento.
"He guardado silencio por algún tiempo porque quiero ver qué grupos son favorables o contrarios al actual status quo", explicó en su discurso más completo hasta la fecha. "Ahora conozco la situación y es hora de que hable", agregó.
Aunque Megawati señaló que su silencio forma parte de su "estrategia política", un activista estudiantil de Yakarta expresó dudas al respecto.
"Cuando siete estudiantes fueron muertos a tiros, guardó silencio. Cuando decenas de mujeres chino-indonesias fueron violadas, guardó silencio. Y cuando otros cientos murieron violentamente en Ambon, Aceh y Timor Oriental, guardó silencio. ¿Cuál es esa estrategia política?", preguntó.
Megawati prometió que, si se transforma en la presidenta de Indonesia, pondrá fin a las violaciones a los derechos humanos en las provincias de Aceh, Irian Jaya y Timor Oriental.
La líder opositora aseguró que respetará el resultado del próximo referéndum en Timor Oriental, en el que la población de esa antigua colonia portuguesa ocupada por Indonesia en 1975 decidirá entre un plan de autonomía propuesto por Yakarta o la independencia, bajo la supervisión de las Naciones Unidas.
No obstante, criticó a Habibie por afectar la soberanía nacional sin la aprobación del parlamento.
"La decisión de Habibie contradice el decreto de la Asamblea Consultiva del Pueblo de 1978, el cual estableció que Timor Oriental es una provincia de Indonesia", observó.
Megawati advirtió que, como el actual gobierno carece de legitimidad, no debería adoptar políticas estratégicas y comprometedoras para el país sin consultar a los partidos que obtuvieron la mayoría de los votos en las elecciones de junio.
Aparte de atacar varias políticas del gobierno de Habibie, quien sucedió al dictador Alí Suharto tras los disturbios desatados por la crisis financiera de 1997, Megawati intentó aplacar algunos de los temores relacionados con su posible presidencia.
La líder prometió pelear por los intereses de los musulmanes, en respuesta a las críticas de que no es "lo suficientemente musulmana".
"La comunidad islámica constituye la mayoría de este país, y pelear por ella es pelear por la nación. Ordené a los legisladores del PLID que coloquen los intereses de los musulmanes entre las prioridades de su agenda", declaró.
Durante la campaña electoral, Megawati también respaldó a legisladores no musulmanes. Aunque esta actitud le valió el apoyo de algunos sectores, otros grupos islámicos se disgustaron.
En cuanto al movimiento de reforma política, la líder manifestó que ha estado y permanecerá "al frente".
"Mi visión sobre la probable reforma de la Constitución, el ejército y el juicio del ex presidente Suharto es la visión de una reformista", afirmó.
Pero Amien Rais, presidente del Partido del Mandato Nacional y potencial rival de Megawati, opinó que no hubo nada nuevo en su discurso.
"Ni siquiera quedó claro lo que opina sobre el juicio de Suharto, Timor Oriental y el papel del ejército", declaró.
Algunos analistas comentaron que Megawati se aseguró el apoyo de los militares, que ocupan 38 de los 450 escaños del parlamento, en una reciente reunión con el comandante del ejército y ministro de Defensa, el general Wiranto.
Otros observaron que la líder no dijo una sola palabra en su discurso respecto de los abusos cometidos por el ejército en Aceh, Irian Jaya y Timor Oriental.
"La visión de Megawati sobre estos temas cruciales es similar a la de los militares. Es por eso que ahora se atreve a exigir la renuncia de Habibie", opinó un analista. (FIN/IPS/tra-en/ky/js/mlm/ip/99