La moneda única europea, el euro, puede levantar "nuevos muros" para dividir el continente entre países ricos y pobres, advirtió hoy el Vaticano.
El euro puede determinar la supremacía de las finanzas y de los aspectos económicos-mercantiles y construir un muro para proteger a la Unión Europea (UE) de los inmigrantes procedentes de Europa oriental, según un documento redactado por obispos y expertos.
Existe el riesgo de "una nueva división", tras la caída del muro de Berlín, se observó en el informe "Instrumentum Laboris", preparado con vistas al sínodo episcopal de Europa y dado a conocer en conferencia de prensa.
El sínodo congregará del 1 al 23 de octubre a los obispos de toda Europa en presencia del papa Juan Pablo II.
Los redactores del documento puntualizaron que reconocen la importancia de la unión monetaria en la construcción de la UE, pero insistieron en que el continente podria quedar dividido "entre los países que tienen una moneda fuerte y aquellos que cuentan con una moneda no convertible".
O sea, entre un "sistema económico relativamente estable y un sistema económico precario, con todas las secuelas que ello conlleva".
El sínodo de octubre será el segundo de obispos europeos y partirá de las conclusiones del primero, realizado en 1991, dos años después de la caída del muro de Berlín.
"Nos hemos dado cuenta que el comunismo no es el único enemigo" de la Iglesia Católica, pues en Europa oriental, "el predominio cultural del marxismo fue sustituido por el predominio de un pluralismo tendencialmente escéptico", se lee en el informe.
"Fenómenos negativos que caracterizaban sobre todo a Europa occidental, como el consumismo, el hedonismo, el relativismo cultural y religioso", influyen ahora en Rusia y en Europa oriental, donde también se comprueba "la aparición de fenómenos mafiosos", señalaron los redactores del documento.
"Es grande el riesgo de una progresiva y radical descristianización y paganización del continente", agregaron.
También preocupa a la Iglesia Católica de Europa el resurgimiento del antisemitismo y del nacionalismo, el crecimiento de las sectas religiosas.
Pero no faltan, de todos modos, señales de esperanza. Al respecto, se destaca que los jóvenes demuestran un deseo de espiritualidad y que aumentan los grupos auténticamente cristianos.
Mientras, el ministro de Hacienda del Vaticano, el arzobispo Sergio Sebastiani, informó que una comisión ítalo-vaticana estudia la admisión del euro en el estado pontificio.
La UE aprobó la integración en el euro de Andorra, Mónaco, San Marino y el Vaticano, cuatro pequeños estados independientes enclavados entre España y Francia el primero, al sureste de Francia, el segundo, y en Italia los dos últimos.
La participación de esos países en la moneda única europea será negociada por España, Francia e Italia. (FIN/IPS/jp/ff/cr/99
