La brecha que en Estados Unidos separa a ricos, en su mayoría blancos y asiáticos, y pobres, sobre todo negros e hispanos, también se manifiesta cada vez más en el acceso a Internet, advirtió el presidente Bill Clinton.
Sólo cerca de 12 por ciento de los hogares negros e hispanos tienen acceso a la red informática mundial, frente a 30 por ciento de las familias blancas y 36 por ciento de las de origen asiático, señaló un estudio del Departamento de Comercio.
Las familias con ingresos anuales superiores a 75.000 dólares tienen 20 veces más posibilidades de acceder a Internet que aquellas que perciben menos de 15.000 dólares en el mismo lapso, según el informe.
Menos de 12 por ciento de las familias cuyo ingreso anual es inferior a 25.000 dólares tienen acceso a Internet desde su casa, frente a 60 por ciento de los hogares con ingresos superiores a 75.000 dólares.
El factor étnico es crucial, incluso entre las familias de bajos recursos. Un niño de familia blanca tiene tres veces más posibilidades de acceder a la red que uno negro y cuatro veces más que uno hispano, según el informe, basado en una encuesta realizada a 48.000 núcleos familiares a principios de año.
Clinton recalcó que "aumentó la brecha digital entre los que tienen acceso a una economía informática y a Internet y los que no lo tienen".
"Esa división existe respecto de la educación, los ingresos, la región y la etnia. Si queremos desatar el potencial de nuestros trabajadores, deberemos cerrar la brecha", advirtió Clinton.
El vicepresidente Al Gore, que inició su campaña como sucesor de Clinton en las elecciones nacionales del próximo año, también se preocupó por el asunto y convocó "una cruzada nacional" para eliminar la brecha.
El acceso a la tecnología informática se convirtió muy rápidamente en "uno de los principales problemas de derechos económicos y civiles" para este país, dijo Gore en un discurso pronunciado en una convención nacional de periodistas pertenecientes a minorías étnicas.
Gore adhirió también a las recomendaciones del Departamento de Comercio, entre las cuales figura duplicar los fondos públicos para que esa tecnología sea más accesible en las comunidades que la utilizan poco, y aumentar la inversión en educación informática en las escuelas.
"En el siglo XXI, la innovación y la tecnología pueden ser fuentes de oportunidades y no de desigualdad", alegó Gore.
El informe de 108 páginas muestra que la propiedad de las computadoras y el uso de Internet floreció en Estados Unidos en los últimos cinco años en todos los estratos de la población.
Más de 42 por ciento de los hogares estadounidenses tenían una computadora personal a fines de 1998, frente a sólo 24,1 en 1994.
La cantidad de familias negras e hispanas que tienen computadoras se duplicó en los últimos cinco años.
Cerca de 26 por ciento de los hogares tenían acceso a Internet a fines de 1998, lo cual implica un crecimiento de 40 por ciento desde 1997.
El acceso a Internet aumentó 53 por ciento en los hogares de blancos, 52 por ciento entre las familias negras y 48 por ciento entre las hispanas, durante el año pasado.
Pero el crecimiento fue desparejo entre los grupos, y la consecuencia fue que la "brecha digital" se profundizó. No sólo la etnia y los ingresos conforman esa división. Los autores del informe señalan que la educación también es un factor clave.
La probabilidad de que los ciudadanos con educación terciaria o universitaria tengan una computadora en su casa es ocho veces mayor que la de aquellos con enseñanza primaria, y la probabilidad de que los primeros tengan acceso a Internet es 16 veces mayor que la de los segundos.
Las diferencias entre la población rural y la urbana son muy llamativas. La probabilidad de que un hogar de altos ingresos de la zona urbana tenga acceso a Internet es 20 veces mayor que la de un hogar rural de bajos ingresos.
En cada categoría, y sobre todo entre los hogares que están por debajo de la línea de pobreza de 15.000 dólares anuales, los habitantes de la zona rural están en desventaja frente a sus conciudadanos de las zonas urbanas.
La brecha creada por motivos étnicos y económicos es la más inquietante, sobre todo porque la diferencia aumentó en ciertas áreas clave, según muestran los autores del informe.
"La brecha digital de Estados Unidos se está convirtiendo rápidamente en abismo racial", sostuvo Larry Irving, subsecretario comercial de Telecomunicaciones.
Casi 10 por ciento de las familias negras y 12,3 por ciento de los hispanas tenían computadoras en sus casas en 1994, mientras 27 por ciento de los hogares blancos contaban con el mismo equipamiento.
La posesión de computadoras aumentó el año pasado a 23,2 por ciento de los hogares negros, 25,5 por ciento de los hispanos y 46,6 en los blancos. La diferencia entre los blancos y las minorías aumentó casi 40 por ciento.
La brecha entre quienes tienen acceso a Internet y quienes no lo tienen aumentó en forma aún más significativa en un período más breve ya que, en 1997, 21,2 por ciento de las familias blancas utilizaban la red, mientras 8,7 de los hispanos y 7,7 por ciento de los negros contaban con esa posibilidad.
Hacia fines de 1998, cerca de un tercio de los hogares blancos estaban conectados a la red, frente a 12,9 de los hispanos y 11,7 por ciento de los negros. La brecha entre los blancos y las dos minorías menos privilegiadas aumentó, por lo tanto, más de 50 por ciento.
La brecha con respecto al acceso a Internet aumentó en forma sustancial entre los hogares más ricos y los más pobres, si bien las diferencias en cuanto a la posesión de computadoras disminuyeron entre 1997 y 1998.
Ese descenso podría ser una consecuencia indireta de la crisis financiera de Asia. Los costos de producción decrecieron allí, lo cual hizo que muchas compañías vendieran sofisticados equipos informáticos a menos de 1.000 dólares.
Sin embargo, la probabilidad de que los hogares con ingresos superiores a 75.000 dólares tengan una computadora en casa es nueve veces mayor que las de las familias más pobres, y 20 veces mayor en cuanto al acceso a Internet. (FIN/IPS/tra-en/jl/aa/ceb/aq/cr/99