La experimentación de las nuevas políticas de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para los países en crisis comenzará con Haití, nación caribeña que procura recuperarse de decenios de dictaduras y atraso.
El Consejo Económico y Social (Ecosoc) decidió este martes recomendar que la ONU establezca un programa a largo plazo de apoyo al gobierno haitiano en educación, consolidación de la paz, erradicación de la pobreza, recuperación duradera y desarrollo sustentable.
El enfoque de la ONU para encarar los problemas de los países en crisis se orienta ahora hacia un método amplio que incorpora a autoridades nacionales, al sistema internacional, a donantes y a organizaciones no gubernamentales.
Los 54 estados miembros del Ecosoc seleccionaron a Haití como primer país para la aplicación de los nuevos criterios porque constituye "un modelo ejemplar de coordinación de los trabajos de la ONU", justificó el representante indonesio Makarin Wibisono.
En otros países, las organizaciones internacionales actúan de acuerdo con planes individuales sin la coordinación que se observa de manera sorprendente en Haití, explicó Wibisono, uno de los vicepresidentes de Ecosoc.
La comunidad internacional acudió en auxilio de Haití en 1994, luego de conseguir la restauración del gobierno constitucional presidido por Jean-Bertrand Aristide, desplazado tres años antes por un golpe militar.
Haití, único integrante del grupo de países más pobres que pertenece al hemisferio occidental, recibió en 1995 alrededor de 534 millones de dólares de asistencia externa.
Ese flujo disminuyó a 423 millones en 1996 y a 351 millones en 1997, y se estabilizó en 353 millones el año pasado.
El representante de Letonia, Janis Priedkalns, estimó que las cifras de los últimos años pueden servir de referencia para conjeturar el monto acumulado de asistencia que se requerirá en un plan de largo alcance.
El ingreso anual promedio para los casi ocho millones de haitianos apenas alcanza a 250 dólares, un monto muy distante de los 3.320 dólares correspondientes a América Latina y el Caribe.
La premura por la aplicación del programa en Haití obedece al calendario electoral que anuncia elecciones legislativas y locales para diciembre de este año. Las votaciones presidenciales para la sucesión del actual mandatario, René Préval, están previstas para noviembre del 2000.
En conversaciones informales con representantes de instituciones financieras se anticipó que el flujo de fondos hacia Haití aumentará después de la formación del nuevo parlamento, dijo Priedkalns, uno de los miembros del grupo asesor de la ONU sobre Haití.
El nuevo parlamento haitiano entrará en funciones con probabilidad a más tardar el 11 de enero próximo.
Ecosoc propone que se mantenga el sistema actual de trabajo de las agencias de la ONU en Haití, conjugadas bajo el mecanismo del Coordinador Residente.
La resolución pide a la asamblea general que revise el mandato y las operaciones de la Misión Civil Internacional en Haití (MICIVIH), una misión conjunta de la ONU y de la Organización de Estados Americanos (OEA), aunque auspicia la renovación del mandato correspondiente a la ONU.
Con relación a la Misión de Policía Civil de las Naciones Unidas en Haití (MIPONUH), el grupo asesor estima que debe seguir trabajando en las esferas de la consolidación de la democracia, entrenamiento y profesionalización de la policía nacional de Haití.
Pero la nueva función de MIPONUH será adiestrar a los expertos haitianos que formarán a los nuevos policías.
El presidente de Ecosoc, Paolo Fulci, favoreció la selección de Haití en atención a los difíciles momentos que atraviesa la nación caribeña.
Haití es miembro fundador de la ONU y dentro de cinco años celebrará el bicentenario de su independencia, solo antecedida en el continente americano por la de Estados Unidos, recordó Priedkalns. (FIN/IPS/pc/mj/dv/99